Viñeta de El Roto |
Una vez más,
el Día Internacional de los Trabajadores, este 1º de mayo, estará marcado por
el alto nivel de desempleo que hay en España, puesto de manifiesto, una
vez más, en la Encuesta de
Población Activa (EPA).
El informe, hecho público el pasado 29 de abril, apunta una mínima
reducción del desempleo de 2.300 personas, aunque la tasa de paro, por
el descenso de la población activa, sube hasta el 25,93%. En
total, 5,9 millones de parados.
Una situación
que afecta especialmente a los jóvenes –de ellos hablaron
el papa Francisco y el rey Juan Carlos en una audiencia,
pues el drama de no encontrar trabajo afecta a un 55,48% de los
miembros de este colectivo. Igualmente dramático es que dos millones de hogares
tengan a todos sus miembros en paro. Los datos han mejorado ligeramente, pero
parece ser insuficiente para hablar de recuperación económica y de
mejora de la situación de las familias.
Para la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) y la Juventud Obrera Cristiana (JOC), tal y como denuncian en su comunicado conjunto con motivo del 1º de mayo, esta
situación se debe a que se ha puesto en el centro de la actividad
económica el beneficio y el dinero.
“Así, la
persona y sus familias son mercancía que se compra a cambio de un salario cada
día menor. (…) El trabajo, convertido en un factor más de la producción
y al servicio del capital, está dejando de ser un elemento esencial para
que las personas y las familias puedan vivir con dignidad. Un escenario
nefasto para el desarrollo de la vida de tantas personas”, denuncia.
En este
sentido, estas instituciones obreras reclaman que la persona vuelva a
estar en el centro no solo de la actividad económica, sino también de la política,
de las relaciones laborales y del trabajo. “La forma en la que se está
organizando el trabajo y la sociedad nos deshumaniza, nos impide el desarrollo
personal, familiar, social y nos condena a vivir para trabajar, dispuestos a
aceptar cualquier condición social. Se supedita al ser humano y a la
familia a esta lógica”, añaden.
Del mismo
modo, se muestran decididas a seguir luchando por los derechos sociales y
a promover una “necesaria renovación y fortalecimiento” del movimiento
sindical: “Es hora de seguir construyendo pequeñas alternativas en lo económico
y en lo relacional, basadas en el incremento del compartir, a veces incluso de
lo que no sobra, a contracorriente y en contraposición de la cultura falsa
e inhumana del ‘tener más para vivir mejor’”.
De Vida
Nueva
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