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jueves, 29 de enero de 2015

CUARTO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

«Haz, Señor, que escuchemos tu voz»

"Enseña con autoridad" : Cristo Pantocrátor, Icono Monte Athos. Grecia.

        Un aspecto de la victoria sobre el mal, que anuncia y produce el Evangelio del Reino, es también la superación de los «juicios universales», con los que nos inclinamos a hacer coincidir a los otros y a nosotros mismos con nuestros problemas y fracasos o con el mal que se ha cometido. Ésta era, por lo demás, la tentación que asediaba asimismo a la muchedumbre que se encontraba presente en la sinagoga frente al pobre endemoniado.
        Jesús, en cambio, da por sentada una certeza, una certeza para la que ni siquiera los gritos descompuestos y desgarradores del endemoniado suponen un obstáculo: éste sigue siendo un hombre (v. 25), una criatura a la que Dios ha revestido de su gloria. Así, si en nuestro corazón se levantan alguna vez voces descompuestas que nos echan en cara nuestros límites y quieren hacernos perder de vista nuestra dignidad y libertad, aquí está la Palabra de Jesús, que se levanta para hacer callar de nuevo nuestras dudas y la vergüenza paralizadora.
        También hoy sigue actuando el poder de su amor, del mismo modo que cuando redujo al silencio al demonio que atormentaba al pobre enfermo en la sinagoga de Cafarnaún. Esa misma Palabra no cesa de recordarnos la verdad celebrada por tantos pasajes bíblicos, en particular por el salmo 8: Dios revela en la humanidad su propia gloria, imponiendo silencio a las fuerzas del caos («para hacer callar al enemigo y al rebelde»), porque hace de nosotros, hombres y mujeres, sus criaturas amadas. Jesús nos atestigua que Dios está siempre de nuestra parte y no deja que nos arrebate ningún espíritu inmundo. Estar seguros de esta grandeza nuestra, que nos ha sido otorgada por el inmerecido amor divino, y vivir la experiencia de la vida en Cristo nos libera asimismo de la tentación de entender la religión como un perderse en una selva de reglas y preceptos que hemos de conciliar con las siempre cambiantes situaciones de la existencia. Respiramos entonces ese sentido de novedad y libertad que la gente advertía en las palabras y las acciones de Jesús. En efecto, vivir en la libertad a la que nos ha llamado Cristo nos hace reapropiarnos de la economía profética y nos lleva a comprender que también hoy irrumpe la Palabra de Dios con toda su fuerza para consolar y amonestar, justamente como cuando los profetas se levantaban en Israel para hablar en nombre del Dios vivo.


        


        Dijo el padre Antonio: «Vi tendidas sobre la tierra todas las redes del Maligno y dije gimiendo: "¿Quién podrá escapar de ellas?". Y oí una voz que me dijo: "La humildad"» (Vida y dichos de los padres del desierto, vol. I, Desclée de Brouwer, Bilbao 1996, p. 85).
        Sin la tentación, no experimentamos las atenciones que tiene Dios con nosotros, no ganamos la confianza en él, no aprendemos la sabiduría del Espíritu, ni el amor de Dios arraiga en nuestras almas. Ante las tentaciones, el hombre ora a Dios como un extranjero; sin embargo, después de que él, gracias al amor que Dios le tiene, ha hecho frente a la tentación sin dejarse desviar por la misma tentación, Dios le mira como a alguien que le ha amado y puede recibir legítimamente de él la recompensa: le considera como un amigo que, por su amor, ha combatido contra el poder de los enemigos, los demonios (Isaac de Nínive, citado en A. Grün, Il cielo comincia in te, Brescia 22000, pp. 57ss).





     
   «Había en la sinagoga un hombre con espíritu inmundo» (Mc 1,23). ¿Y yo? ¿Cuánto tiempo llevo formando parte de los que asisten fielmente a misa, cada domingo, año tras año...? Pero ¿soy consciente de mi verdadera condición de hombre poseído por un «espíritu inmundo»? Hasta ahora nadie me había hablado de ello, por la enorme facilidad con que podía esconder mi verdadera condición bajo la máscara religiosa. A buen seguro, ha habido horas y días en que me daba cuenta de que «algo no funcionaba»... «¿Qué tenemos nosotros que ver contigo, Jesús de Nazaret?» (Mc 1,24). ¿Advertimos la carga de agresión que irrumpe desde lo más hondo de nosotros mismos sólo al oír la palabra santo? Esta palabra por sí sola hace añicos nuestra idea de vida que - a pesar de todo- nos ha ayudado bien o mal a hacer frente al orden cotidiano. El «Santo» lo dejamos nosotros a los «santos», quienes, no obstante -fíjate tú - , eran hombres, ¡y qué hombres! En lo más profundo de nuestro interior advertimos que Jesús, «el Santo de Dios», nos está pidiendo una conversión, un modo de entender la vida completamente nuevo... «¡Cállate y sal de ese hombre!» (Mc 1,25). Sólo una cosa es segura: sin la Palabra poderosa de Jesús, nunca podrá ser destrozado el dominio tiránico del «espíritu inmundo». Sentimos entonces toda nuestra impotencia e incapacidad para cambiar las cosas nosotros solos, para denunciar la soberanía del «espíritu inmundo». Jesús pronuncia la palabra poderosa. Señor, nosotros queremos, ayuda a nuestra falta de voluntad (H. Jaschke, Cesü, I guaritore, Brescia 1997, pp. 254ss, 260, passim).


Lecturas del día:
http://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/?f=2015-02-01

Vídeo:
http://www.quierover.org/portal/watch.php?vid=66ebb3156







domingo, 25 de enero de 2015

AVISOS SEMANA 26 DE ENERO

Lunes 26 
-  El Grupo de Mayores de la Anunciación se reúne a las 4:30 en el centro de la Anunciación del Señor. Asimismo, a la misma hora el Grupo de Mayores de San Mateo se reúne en el centro de San Mateo.

Martes 27
-  Grupo de Cáritas de la UP, a las 5 en la parroquia de Fátima.
-  Oración de silencio, con exposición del Santísimo, a las 6 en la iglesia de la Anunciación.

Miércoles 28
-  Reunión Grupo de Jóvenes a las 8:15 en el centro de la Anunciación.

Jueves 29
-  Clases de Guitarra desde las 5 en el centro de la Anunciación.
-  Exposición del Santísimo en San Mateo.
-  Reunión del Consejo Pastoral de la UP a las 8:30 en el despacho de San Mateo.

Viernes 30
-  Taller de Punto a las 5 de la tarde en los locales de la Anunciación.
-  Eucaristía de la Hermandad Ferroviaria a las 6 de la tarde en la capilla de la Avda. de París.

Sábado 31
-  Festividad de San Juan Bosco. Celebramos la fiesta de la Asociación de Jubilados "San Juan Bosco" a las 12 en la iglesia de la Anunciación del Señor.

Las cuotas parroquiales de San Mateo ya están disponibles en el despacho de la unidad pastoral  y el cobrador (Paco) comenzara a pasar por las casas. Gracias por vuestra colaboración.


jueves, 22 de enero de 2015

TERCER DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

"Convertíos y creed en el Evangelio"  (Mc 1,15b)




        El Evangelio es la buena noticia de que el Padre nos ama locamente. ¿Qué hemos de hacer entonces? Dios no nos pide cosas grandes, hiperbólicas, sino, simplemente, cambiar de vida, volver a él. Convertirse no es sólo cesar de hacer el mal -como pedía Jonás a los ninivitas-, sino reconocer en nuestras dificultades al Dios cercano a nosotros, que nos ama aun cuando las cosas no vayan como nosotros quisiéramos.
        Así pues, para convertirse es preciso saber apreciar nuestro tiempo como el kairós que Dios nos da, como el «tiempo oportuno» que se ofrece a nuestro presente. Todo es provisional, aunque no el sentido profundo de la realidad que la fe nos presenta. Apropiarnos de la gran oportunidad de llegar a ser hijos de Dios es saber hacerse con la ocasión propicia, es creer en el Evangelio del Reino, evitando detenernos en cosas inútiles, transitorias, sin someternos a los «esquemas» mundanos que nos aprisionan.
        Jesús también viene hoy, misteriosamente, a buscarnos a nosotros, que nos encontramos con un horizonte de vida comparable al que tenían delante los primeros que fueron llamados, unos hombres encerrados en su trabajo de echar las redes y arreglarlas después. Así pues, también nosotros, como los cuatro primeros discípulos, debemos convertirnos a él, reconociendo su paso por nuestra vida y la invitación incesante que nos hace para que le sigamos. Convertirnos en discípulos suyos supone renovar cada día nuestra opción por él, buscando dentro de nuestra historia esa voz suya que nos llama desde siempre. Así, entramos en la historia de la exaltadora promesa del «os haré pescadores de hombres», que no se agota a buen seguro en la tarea del ministerio eclesial, sino que coincide con la experiencia de todo cristiano auténtico.
        He aquí, por tanto, la rebosante alegría de la pesca mesiánica, que supone arrancar a la humanidad de las aguas venenosas del mal, para llevarla al refugio seguro en la vida del Reino. Indudablemente, ninguno de nosotros puede «salvar» a otro hombre, pero todos podemos colaborar con Jesús en el trabajo de echar las redes del Evangelio, a fin de que las personas disponibles se agarren a ellas y renazcan a la vida nueva.





        Señor Jesús, tú me llamas a la conversión, a saber aprovechar el tiempo oportuno que se me ha concedido.
        No me pides que huya de mis responsabilidades en el presente, sino que dirija mis opciones a lo que es conveniente para mi vida espiritual y me mantiene unido a ti, Señor, sin distracciones.
        Con tu ayuda, deseo mantener mi corazón indiviso, consagrado a ti, en el estado de vida en el que me has llamado. En efecto, quiero agradarte, porque comprendo que esto es lo único de lo que verdaderamente vale la pena preocuparse, con la determinación de tender con todas mis energías a ti, Dios mío, mi único fin. La «alegre noticia» de tu venida a nuestra humanidad alegra profundamente mi corazón y me hace vivir la conversión no como un esfuerzo frustrante, sino como la aventura de la reconquista de la verdadera libertad a la que me has llamado.
        Señor, deseo llegar a ser verdaderamente libre, para poder recibir tu llamada y responder con prontitud y generosidad, como tus primeros discípulos. Es hermoso poder escucharte, seguirte y servirte. Que tu gracia lleve a cumplimiento la obra buena que has iniciado en mí.

   


        Ser cristiano significa prestar atención al kairós, a este «momento especial» de la manifestación de Dios en nuestro aquí y ahora. En él se desarrolla la dimensión auténticamente profética de toda vida cristiana, en la atención [...] a todos los signos de la presencia del Reino en nuestra historia. Acoger el Reino de Dios implica una conducta: «Convertíos», precepto urgente, «el tiempo se acaba» (1 Cor 7,29), que acompaña al don del Reino y engendra una nueva actitud respecto a Dios y respecto a los hermanos. Jonás recibió la misión de llamar a la conversión a Nínive, la capital del imperio enemigo de Israel. El profeta, un judío amante de su patria, se niega a realizar esta tarea, pero al final acepta la voluntad de perdón del Señor, que carece de límites raciales o religiosos. El Reino es gracia, aunque para nosotros es también un deber.
        Los primeros discípulos escucharon la «Buena Noticia» y fueron llamados a asociarse a la misión de Jesús (Mc 1,16-20). El Evangelio marcó profundamente sus vidas. Así debe marcar también la nuestra (G. Gutiérrez, Condividere la Parola, Brescia 1996, pp. 170ss).


Lecturas del día:

Vídeo:



DOS IMPORTANTES PÉRDIDAS PARA EL BLOG

Como los lectores más asiduos se habrán dado ya cuenta, en las últimas semanas nos han abandonado dos colaboradores de primera fila:
José María Yagüe, sacerdote colaborador de nuestra Unidad Pastoral, y José Antonio Pagola, que lo hacía a través de la web https://eclesalia.wordpress.com/.
Tanto uno como otro aducen motivos de salud "por la edad", necesitando centrarse a partir de ahora en otros aspectos pastorales.
En fin, como vulgarmente se dice, una pérdida irreparable para este blog.
Echaremos de menos a ambos, porque sin ellos el nivel de calidad y madurez cristiana va a bajar unos cuantos puntos.
En mi nombre y en el de todos los visitantes, muchas gracias por todo este tiempo en el que se han asomado aquí con sus artículos semanales.


YO TAMBIÉN SOY CRISTIANO DE IRAK

domingo, 18 de enero de 2015

AVISOS SEMANA 19 DE ENERO

Lunes 19
-  Grupo de Mayores de San Mateo, a las 4:30 en el centro de San Mateo.

Martes 20
-  Grupo de Cáritas de la UP, reunión a las 5 en la parroquia de Fátima.
-  Oración de Silencio, con exposición del Santísimo, a las 6 en la iglesia de la Anunciación.

Miércoles 21
-  El equipo de Pastoral de la Salud de la Unidad Pastoral se reúne a las 5 en el centro de la Anunciación del Señor.

Jueves 22
-  Clases de Guitarra de la UP desde las 5 en los locales de la Anunciación.
-  Grupo de Jóvenes a las 8:15 en los locales de la Anunciación.

Viernes 23
-  Taller de punto de la UP a las 5 en los locales de la Anunciación.

Esta semana se celebra la Jornada de Oración por la Unidad de los Cristianos. En las misas de la UP tendremos una oración especial.

El próximo domingo 25 tendremos la Fiesta de la Infancia Misionera. Por ello se convoca especialmente a todos los Grupos de Catequesis a la Eucaristía de las 11 en San Mateo.

Mención especial de agradecimiento a los dos Grupos de Limpieza de las iglesias, en la celebración de San Martín de Porres, por su dedicación y generosidad.

Las cuotas parroquiales de San Mateo ya están disponibles en el despacho de la Unidad Pastoral y el cobrador (Paco) comenzará a pasar por las casas. Gracias por vuestra colaboración.


jueves, 15 de enero de 2015

SEGUNDO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

«Aquí estoy, porque me has llamado»  (1 Sm 3,5)

Icono ruso. San Juan mostrando al Cordero de Dios. Fecha indeterminada.

La Palabra de Dios nos pone frente al misterio de la vocación, algo que no se produce nunca por nuestros méritos o por nuestras cualidades humanas, sino que brota únicamente de la libre y misericordiosa iniciativa divina respecto a nosotros. El encuentro con Jesús, aunque se decide en el secreto de nuestra libertad, postula, no obstante, la dinámica del testimonio. Ateniéndonos al relato evangélico, los encuentros con los primeros discípulos acaecen, en efecto, como en cadena: cada uno de ellos llega a Jesús a través de la mediación de otro, porque ésa es concretamente la dinámica de nuestra llegada a la fe. De ahí deriva una enseñanza preciosa sobre la importancia que tiene contar con auténticos testigos, que nos presenten a Jesús como el Señor esperado y favorezcan el encuentro con él, sin que el testigo quiera ligar al otro a su propia persona como si fuera una propiedad suya. El verdadero testigo está, por consiguiente, al servicio del camino hacia una madurez espiritual que es libertad de elección. En este sentido, son unos ejemplos excelentes el sacerdote Elí con Samuel y todavía más el Bautista con sus dos discípulos.
        Con todo, para llegar a ser testigos es menester haber encontrado ya al Señor y haber llegado, por ello, a ser capaz de ir más allá de las apariencias, accediendo a una profunda mirada de fe sobre la realidad. Dar testimonio es regalar a los otros esta mirada que, precedentemente, ya ha cambiado nuestra vida. Eso supone haber entrado en un nuevo tipo de existencia, en una comunión activa con Jesús, una comunión que puede ser expresada como un «habitar con él»; más aún, como un detenerse junto a él. A la fase de la búsqueda, en nuestros días frecuentemente enfatizada con exceso, debe sucederle la de nuestro detenernos, la del reconocer en Jesús la verdadera meta de nuestro corazón, la del ser capaces de perseverar en su compañía: «Se fueron con él, vieron dónde vivía y pasaron aquel día con él».
        En este morar con él adquiere su vigor la contemplación y la escucha, el ponernos a su disposición con todas nuestras energías, como dijo Samuel, con la simplicidad de un niño: «Habla, que tu siervo escucha». Sólo permaneciendo con Jesús comprenderemos de verdad que hemos sido comprados a un precio elevado y nos hemos convertido en templo del Espíritu Santo.



        Señor, tú me has comprado, verdaderamente, a un precio elevado; me has convertido en uno de los miembros de tu cuerpo y en templo del Espíritu Santo. Te bendigo por la grandeza de la llamada con la que me has obsequiado y porque tu Palabra orienta de continuo mi búsqueda hacia un verdadero encuentro contigo.
        Pongo a tus pies todas las ambigüedades de mis expectativas y de mis proyectos, para que sea tu voz la que guíe mis pasos hacia ti. Ayúdame a detenerme junto a ti, a no temer el silencio de la contemplación, ese silencio que me permite experimentar de una manera profunda tu amistad. Haz que pueda conocerte no por lo que he oído de ti, sino por haberte encontrado de verdad, y que tu gracia me comprometa totalmente y renueve todas las fibras de mi ser, puesto que deseo morar contigo y permanecer en tu amor. Sólo así podré llegar a ser un testigo tuyo y regalar a mis hermanos y hermanas el precioso tesoro de la fe en ti.
        Me reconozco fácilmente en Pedro, reacio a reconocerte como su Maestro y Señor, pero deseo llegar a ser cada vez más parecido al discípulo amado y encontrar en mi corazón la disponibilidad y el entusiasmo con los que Samuel respondió a tu llamada. Como él, también yo deseo poder responder: «Habla, que tu siervo escucha». Por eso, hoy, quiero abrir mi corazón a una renovada  escucha de tu Palabra, oh Señor, para seguirte de manera concreta en las opciones que se me presenten en la vida.




        «Uno de los dos que siguieron a Jesús por el testimonio de Juan era Andrés, el hermano de Simón Pedro. Encontró Andrés en primer lugar a su propio hermano Simón y lo llevó a Jesús.» Los que poco antes habían recibido el talento, lo hacen fructificar de inmediato y lo ofrecen al Señor.
        Estas almas, que están dispuestas a escuchar y aprender, no necesitan muchas palabras para ser instruidas, ni tampoco un prolongado período de años y meses para producir el fruto de la enseñanza. Al contrario, alcanzan la perfección desde el comienzo de su aprendizaje. «Da al sabio y se hará más sabio, instruye al justo y aumentará su ciencia» (Prov 9,9). Andrés, por tanto, salva a Pedro, su hermano, e indica, con pocas palabras, todo el gran misterio. Dice, en efecto: «Hemos encontrado al Mesías», o sea, «el tesoro escondido en el campo o la perla preciosa», según otra parábola del evangelio (cf. Mt 13,44ss). Entonces Jesús le miró a los ojos, como conviene a Dios, que conoce «las mentes y los corazones» (Sal 7,10) y prevé la gran piedad que alcanzará aquel discípulo, la excelsa virtud y la perfección a las que será elevado [...] Después, no queriendo que siguiera llamándose Simón, y considerándolo ya en su potestad, con una homonimia le llamó Pedro, de «piedra», mostrando de manera anticipada que sobre él fundaría su Iglesia (Cirilo de Alejandría, Comentario al evangelio de Juan, II, 1, passim).

Lecturas del día:

Vídeo:


viernes, 9 de enero de 2015

NO EN MI NOMBRE






Atentados en París

ASAMBLEA DIOCESANA




¿Quién puede participar en la Asamblea Diocesana?
 Todos, porque el desafío de la renovación es competencia de todos:
 1. Todos: La Iglesia que vive, anuncia, celebra y sirve la caridad en sus comunidades e instituciones eclesiales, en la ciudad y en el mundo rural..., sus laicos, sacerdotes y religiosos; sus movimientos, cofradías, comunidades…
 2. Todos: las personas bautizadas que quizás se sienten más alejadas, que incluso no tienen una pertenencia cordial a la iglesia y ya no experimentan el consuelo de la fe. Incluso también a aquellos que no conocen a Jesucristo pero buscan a Dios, movidos por la nostalgia de su rostro,…
3. Todos: los miembros de una sociedad que peregrina en una ciudad culta, en un mundo rural sencillo y trabajador…una sociedad salmantina articulada en unos moldes culturales, sociales, políticos y económicos concretos, que pasa por una encrucijada importante y tiene heridas de pobreza, exclusión en algunos de sus miembros, pero siempre con la esperanza sembrada en el corazón de sus hombres y mujeres que llevan caminando siglos.

¿Cómo puedo participar en la Asamblea Diocesana?
En cada fase de la Asamblea nos irán indicando la forma de dar cauce a la participación de cada uno, porque el papel de todos es muy importante.
Ahora, en la primera fase de preparación:
• Puedes leer la información sobre la Asamblea que está a tu disposición en las iglesias y despachos parroquiales.
• Puedes participar en la presentación más detallada que se hará de la Asamblea en tu parroquia, movimiento, cofradía, comunidad,… el día y lugar que se indique
• Puedes seguir la información de la Asamblea en (citar la web, Facebook, twitter,…) y en la revista Comunidad
• Puedes comentar con tus amigos y conocidos lo que vayas conociendo e informándote acerca de la Asamblea
• Puedes tener muy presente este tiempo de Asamblea en tu oración
• Puedes hacer todo lo que se te ocurra que pueda ayudar a este importante tiempo de Asamblea que ahora se inicia

Todos estamos invitados porque el desafío de la renovación nos convoca……  
Únete, es el momento, es tu momento


Más información en:



AVISOS SEMANA 12 DE ENERO

Lunes 12
-  Reunión Grupo de Mayores a las 5 en el centro de la Anunciación.
-  Grupo de Adultos a las 8 para estudiar "La alegría del Evangelio" en el centro de la Anunciación del Señor.

Martes 13
-  Cáritas de la UP se reúne a las 5 en la parroquia de Fátima
-  A las 5:30 se reúne el Grupo de la Legión de María en el local de los scouts de San Mateo.
-  Oración de Silencio, con exposición del Santísimo a las 6 en la Iglesia de la Anunciación del Señor.

Miércoles 14
-  A las 4:30 el Grupo de Habilidades Sociales se reúne en el centro de San Mateo.

Jueves 15
-  A las 5, reunión del Grupo de Vida Ascendente en  el  centro de San  Mateo.
-  Clases de Guitarra de la UP a partir de las 5 en los locales de la Anunciación.
-  A las 8 exposición del Santísimo en la Iglesia de San Mateo.

Viernes 16
-  Grupo de Formación Bíblica en el centro de San Mateo.      


jueves, 8 de enero de 2015

BAUTISMO DE NUESTRO SEÑOR

«Éste es mi Hijo amado, mi predilecto, en el que me complazco»  (Mt 3,17)

Bautismo del Señor. Dionsio del monte Athos. 1547.
Explicación del icono en:   http://www.cruzgloriosa.org/icono-del-bautismo-del-senor-explicado/


¿Cuál es la diferencia entre el bautismo de Jesús y nuestro bautismo? El bautismo recibido por Jesús en el Jordán es un rito de penitencia para la remisión de los pecados y, en cuanto tal, Jesús no tenía propiamente necesidad de él. La manifestación del Padre con la bajada del Espíritu Santo, durante la cual es proclamado «Hijo predilecto» (cf. Mt 3,27) y es investido de la misión profética, real y sacerdotal, es la que lo lleva a tomar sobre sí nuestros pecados y los del mundo entero. Es el inicio del bautismo de la Iglesia, del nuevo pueblo de Dios que, con Jesús, sale del agua, sale de la esclavitud del pecado para entrar en la libertad de la vida del Espíritu.
Por su parte el bautismo que nosotros hemos recibido de niños en el nombre de Cristo es la revelación en nosotros del amor de la Trinidad, es el éxodo del pecado a la nueva vida divina, es entrar a formar parte de la comunidad de la Iglesia, cuerpo de Cristo, y así convertirnos en hijos de Dios a todos los efectos.
Todo bautizado es el hijo esperado sobre el que se posa el Espíritu del Señor. Y así nosotros creyentes somos llamados, como la primera comunidad cristiana, a dar testimonio del camino recorrido por Jesús, que es el único que salva al hombre y lo conduce a la comunión con Dios. Se trata de vivir un nuevo estilo de vida, que es identificación con una vida en Cristo y en el Espíritu, a la que se accede en la fe, que se experimenta en el amor y llena de esperanza, se hace visible en la cotidianidad de la vida eclesial. Por tanto, una vida de auténtica conversión a Dios y a los hermanos, que nos lleva a vivir una existencia guiada por el Espíritu Santo.






Señor y Padre nuestro, te damos gracias por el bautismo de Jesús, que nos ha manifestado la plenitud del Espíritu sobre él. Es durante la teofanía que tuvo lugar en el bautismo donde fue reconocido como Mesías. Según una tradición rabínica, el Mesías debía permanecer desconocido hasta que lo revelase un hecho extraordinario operado por ti (cf. Mt 24,23-27). Este hecho extraordinario ha sido la obra del bautista. Así él ha podido manifestar que Jesús es aquel que posee el Espíritu y puede hacer este don, prometido para la era mesiánica, a todos los hombres.
Espíritu Santo, te damos gracias porque has consagrado a Jesús profeta y Mesías y te has manifestado en él con plenitud, para que él pudiera derramar tus dones sobre nosotros. Te pedimos nos hagas redescubrir el significado de nuestro bautismo como don tuyo y del amor del Padre, para responder con coherencia de vida a los compromisos que hemos asumido el día de nuestro renacer como hijos de Dios. Haznos capaces de ser auténticos testimonios tuyos, sin manipulaciones y sin compromisos de ningún género, para anunciar en nuestro mundo la liberación, la justicia y la salvación que tú nos has dado a manos llenas. Haz que tu Iglesia sea en el mundo signo de tu presencia, y forme una verdadera familia de hermanos, unidos en la fe y la caridad evangélicas, con una vida dedicada a tu servicio y al de los más pobres y necesitados.




Vuelve mi Jesús y vuelve el misterio, un misterio sublime y divino. En los días pasados hemos celebrado, como convenía, el nacimiento de Cristo; lo hemos glorificado junto con los ángeles: lo hemos tenido en nuestros brazos con Simeón y lo hemos confesado con Ana.

Ahora, sin embargo, hay otra acción de Cristo y otro misterio: Cristo es iluminado, Cristo es bautizado. Meditemos un poco sobre las distintas formas de bautismo. Bautiza Juan con el propósito de suscitar la penitencia; bautiza también Jesús y Él, sí, bautiza en el Espíritu. Éste es el bautismo perfecto. Conozco también otro bautismo, el del testimonio de sangre, que fue impartido también a Cristo mismo y es un bautismo mucho más venerable que los otros, porque después no será ensuciado por otras manchas. Conozco aún otro que es el de las lágrimas: pero éste es un bautismo más arduo: es el del enfermo, es el bautismo del que pronuncia las palabras del publicano en el templo (...). Al hombre ha sido dada toda palabra y para él se ha instituido todo misterio, a fin de que vosotros lleguéis a ser como lámparas en el mundo, potencia vivificadora para los demás hombres (Gregorio Nacianceno, Homilías sobre la natividad).


Vídeo:
https://www.youtube.com/watch?v=FGgc5HcWcr8

Lecturas de la fiesta:
http://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/?f=2015-01-11


miércoles, 7 de enero de 2015

DESPEDIDA (POR AHORA)

          Queridos amigos lectores:
          Tras nueve años escribiendo semanalmente una breve reflexión, me parece que llega el momento de cambiar de formato. Durante varios años, envié mis reflexiones personalmente a través del correo personal. Después éstas han venido saliendo en algunas páginas web (Valdelosa, vacarparacon-siderar, Parroquia de la Anunciación, etc.).
          Ignoro si los lectores son muchos o pocos. No dejo de escribir por eso. Uno solo valdría la pena si esa página semanal le fuere de utilidad. A todos los que se han interesado semanalmente por mi reflexión, muchísimas gracias.
          Hoy se publica tanto y algunas cosas de tan gran calidad, también en la órbita en que yo me he estado moviendo, que hacen innecesaria mi página. Últimamente me encontraba también sin especial inspiración y por ello he decidido suspender la publicación de mi reflexión. Al menos de momento y hasta que lleguen nuevos impulsos si llegan. Porque nos vamos haciendo mayores.
          El próximo domingo es la Fiesta del Bautismo del Señor. Esta fiesta nos deja varios hermosos ejemplos que siempre podemos seguir:
·         Pasar haciendo el bien. es lo que dice San Pedro que hizo Jesús. Y Dios quiera que se pueda decir de cada uno de nosotros, el día que faltemos.
·         Jesús se puso en la cola de los pecadores para ser bautizado. Algo que nadie debe olvidar: estamos en la cola de los que necesitamos siempre misericordia. La de Dios y la de los demás. A ella y a la vuestra me encomiendo.
           A todos los fieles lectores y, a través de ellos, a conocidos y desconocidos, os deseo UN FELIZ AÑO 2015. Un abrazo cordial.

                                                                                            JOSÉ MARÍA YAGÜE

P.D. Después de escrito lo anterior, leo en El Zahir de Paulo Coelho:
Por eso es tan importante dejar que ciertas cosas se vayan. Soltar. Desprenderse. La gente tiene que entender que nadie está jugando con cartas marcadas, a veces ganamos, a veces perdemos. No esperes que te devuelvan algo, no esperes que reconozcan tu esfuerzo, que descubran tu genio, que entiendan tu amor. Cerrando ciclos. No por orgullo, por incapacidad o por soberbia, sino simplemente porque aquello ya no encaja en tu vida. Cierra la puerta, cambia el disco, limpia la casa, sacude el polvo. Deja de ser quien eras y transfórmate en quien eres.
¿Estáis de acuerdo? Yo sí.

                                                                                   


lunes, 5 de enero de 2015

CARTA "DE" LOS REYES MAGOS

El presente texto recoge las palabras pronunciadas por los Reyes Magos Melchor y Gaspar ante el Senado el pasado 23 de diciembre. El Rey Baltasar no pudo estar presente por haber sido devuelto ilegalmente en la valla de Melilla.

Este texto fue presentado a los Senadores, junto a un escrito suscito por 130 entidades sociales, pidiéndoles que no legalicen las devoluciones ilegales en Ceuta y Melilla.
POR LOS DERECHOS HUMANOS EN LA FRONTERA SUR.

(NARRADOR) Aquellas Navidades, sus Majestades los Reyes Magos de Oriente, Melchor, Gaspar y Baltasar, adelantaron su visita al Reino de España. Habían oído que estaba a punto de aprobarse una ley que mancillaba gravemente los derechos humanos. No lo dudaron. Se apresuraron a empaquetar sus presentes y emprendieron el viaje. Irían a visitar a los Senadores, de quienes dependía ahora que se aprobara definitivamente esa ley que pretendía dar apariencia de legalidad a una práctica inmoral que se venía llevando a cabo en la llamada Frontera Sur de Europa.
Tras muchas penalidades buena parte de la caravana real consiguió llegar a la capital. Se sorprendieron al encontrar un país triste, empobrecido, golpeado por la desigualdad y la corrupción. Reinaban la mala imagen de las instituciones, el alejamiento y el desprestigio de los políticos frente a los ciudadanos.
Reunido el cortejo ante la sede de la Cámara Alta, se adelantó el rey Melchor y tomando la palabra dijo:

(REY MELCHOR) Senadores y senadoras:
Nosotros, los Reyes Magos de Oriente, en esta Navidad del año 2014 queremos traeros junto con la ilusión que necesita vuestro país, muchos regalos para los niños y niñas que no pueden disfrutar de lo mínimo para vivir con dignidad. Nos han llegado muchas cartas pidiendo carbón para vosotros. Pero, no temáis, los Reyes Magos somos buenos, del carbón dejamos que se encargue alguna subcontrata de las muchas que tenéis.
Queremos poneros de manifiesto nuestro estupor por lo poco que han cambiado las cosas en dos milenios. Hace dos mil años tuvimos que hacer oídos sordos ante los consejos interesados de Herodes y saltar los puestos fronterizos de Judea sorteando a los guardias que vigilaban las fronteras. Hoy nos entristece comprobar que los nuevos Herodes mantienen el mismo cínico discurso de antaño. Mientras pomposamente airean los derechos humanos, levantan muros coronados de cuchillas que trocean a nuestra gente.
Tanto, que Baltasar, el rey negro, al tratar de alcanzar Melilla se ha encontrado con una triple valla franqueada por concertinas, incapaz de impedir, por otra parte, los anhelos del sur. Además, no contentos con haberle desprovisto de su tarjeta sanitaria, le han requisado el camello y sin darle opción a abrir la boca, viendo su piel oscura le han negado la asistencia jurídica y el derecho a un intérprete. Llevándolo en volandas como si de un fardo se tratase le han metido precipitadamente vallas adentro, devolviéndolo a Marruecos. En donde, además de haberse quedado sin todos los regalos que traía, se ha llevado una monumental paliza por parte de las fuerzas auxiliares marroquíes.

(NARRADOR) Llegados a este punto al Rey Melchor se le hace un nudo en la garganta y se le quiebra la voz. Percatándose de ello su hermano el rey Gaspar continúa él su locución:

(REY GASPAR) Nos escribe Baltasar diciendo que no os guarda rencor, que sólo le dais pena, mucha pena, muchísima pena. No sabéis lo que os estáis perdiendo. Sois los representantes de un pueblo que merece que la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo sean algo más que letras de neón en vuestra Carta Magna. Sois los garantes de una imponente declaración universal de derechos humanos que habla del deber de comportarse fraternalmente los unos con los otros y del derecho a emigrar. Pero vosotros…, a lo vuestro. No queréis compartir vuestros juguetes con nadie. No os queréis juntar con los niños gitanos del Gallinero, ni con los negros del África subsahariana, ni con los niños moros… Y luego hacéis retóricas declaraciones anti-racistas. Vuestras leyes y vuestras prácticas no son racistas, son sencillamente inhumanas. Dejáis al pueblo que representáis a la altura del betún. Sí, ese con el que tintáis a los blancos para que parezcan negros. A los negros de verdad los maltratáis con normas injustas, con las mismas que maltratáis a vuestros policías y guardias civiles haciéndoles cumplir órdenes imposibles y normas inmorales.
Ya que el derecho de petición no nos es vedado, un último favor os pedimos. Decidle al Ministro del Interior que muchos de los que reclaman hospitalidad, ya la practican acogiendo en sus casas, a pesar de los intentos de unos y de otros por criminalizarlos. Así que, Ministro, seguirán siendo hospitalarios. Seamos todos más humanos y aprendamos la lección de la negra hermana Paciencia, dispuesta a dar su sangre aunque al gobierno le importara un carajo su vida entera cuando se la abandonó a su suerte en Sierra Leona.
Y ahora Señorías, no transijan, tengan el valor de ser honestos. Sean dignos de la confianza que el pueblo ha depositado en ustedes. Voten en conciencia. Dejen que Baltasar pida asilo, que tenga un intérprete y que pueda utilizar sus derechos sin el temor permanente. Que el miedo es mal consejero…
Señorías, cuando llegue el día de Reyes y pongan los zapatos, acuérdense de quienes no los tienen por haberlos perdido en el camino. Con todo, señorías, somos los Reyes Magos y les queremos pedir que sean buenas, que se porten bien, que se preocupen más de los pobres que de las urnas. Y recuerden que lo que les debe quitar el sueño es la suerte de los niños de todo el mundo. Ese mundo al que ojalá nos sumemos todos y en el que nadie sobre, y para cuya construcción nos encantaría contar con ustedes.

(GASPAR SE DIRIGE A MELCHOR [SUSURRANDO]) Vámonos ya Melchor, dejemos la carta y los presentes a los senadores,

(NARRADOR) Y COLORÍN COLORADO ESTO TRISTEMENTE NI ES UN CUENTO, NI SE HA ACABADO





domingo, 4 de enero de 2015

EPIFANÍA DEL SEÑOR

«¡Levántate, brilla, porque viene tu luz!»   (Is 60,1)

Adoración de los Reyes. Capilla de San Martín. Catedral vieja de Salamanca. S. XIII.

        Epifanía quiere decir "manifestación" y la Palabra de Dios en esta solemnidad está centrada toda sobre Jesús Mesías, Rey y Salvador universal de las naciones. No ha venido sólo para Israel, sino también para los paganos, es decir, para toda la familia humana. La venida de los Magos es el inicio de la unidad de las naciones, que se realizará plenamente en la fe en Jesús, cuando todos los hombres se sientan hijos del mismo Padre y hermanos entre ellos. Los Magos, como primeros "escuchadores" y testigos de Cristo, son tipo y preludio de una más grande multitud de "verdaderos adoradores", que constituirá la mies espiritual de los tiempos mesiánicos. Jesús es el sembrador, que trae la buena semilla, de la Palabra para todos; el Espíritu ha hecho madurar la semilla y la Iglesia está invitada a recoger el abundante fruto sembrado con la revelación de Jesús y fecundado con su muerte.
        Como de la vida de comunión y de amor entre el Padre y el Hijo ha derivado la misión de Jesús, así de la intimidad entre Jesús y la Iglesia surge la misión de los discípulos: crear la unidad entre las razas, pueblos y lenguas. Es la Palabra la que crea la unidad en el amor entre los creyentes de todos los tiempos. A través de ella nace la fe y se establece en el corazón del hombre abierto a la verdad en una existencia vital en Dios, que hace al hombre contemporáneo pertenencia de Cristo. A quienes lo buscan con corazón sincero, Jesús les ofrece unidad en la fe y en el amor. En este ambiente vital todos se hacen "uno" en la medida en que acogen a Jesús y creen en su palabra: «Seremos una sola cosa no por poder creer sino porque habremos creído» (san Agustín).
        En Jesús todos pueden ser una sola cosa y descubrir que la plenitud de la vida consiste en entregarse a Cristo y a los hermanos, y esto es amar en la unidad.




        Padre santo, que nos has enviado a tu Hijo como salvador universal de los pueblos, te alabamos por la manifestación de Jesús, nuestro rey. Es un rey sin corona, o más aún, con corona de espinas, porque es en su pasión donde se puede comprender el auténtico significado de su soberanía, una realeza bastante distinta de la que buscan los hombres.
        Te bendecimos, Padre, por Jesús salvador universal. Vino para salvar a todos y para reunir a los hijos de Dios dispersos. No más ya una comunidad dividida y contrapuesta, sino una familia reunida, que camina en la luz y el esplendor de tu gloria. Todos, judíos y paganos, estamos «llamados en Cristo a participar de la misma herencia, a formar un mismo cuerpo» (Ef 3,6), y la venida de los Magos constituye el inicio de esta paz universal de las naciones.
        Señor, queremos comprender cada vez mejor que la solución de la tensión entre universalidad y elección que tantas veces nos ha puesto unos contra otros se resuelve en el entender que la elección es servicio a todo hombre.
        Haz, Señor, que la Iglesia entera sepa, como los Magos, caminar siempre hacia Belén para adorar al rey universal de las gentes pero, al mismo tiempo, sepa desde Belén dirigirse al mundo para desempeñar la misión que Jesús le ha confiado, esto es, la de ir al encuentro de todos. Para que la comunidad cristiana, mientras va en busca de los alejados y de quienes se sienten excluidos, sepa llamarlos a la esperanza y a la vida, sin olvidar que la violencia que pueda sufrir de parte de los hombres forma parte de la misma misión.




        La estrella se detuvo sobre el lugar en que se encontraba el Niño. Al ver la estrella de nuevo, los Magos se llenaron de inmensa alegría. Acojamos también nosotros en nuestro corazón ese gran gozo. La misma alegría anuncian los ángeles a los pastores. Adorémosle junto con los Magos, démosle gloria con los pastores, exultemos con los ángeles, «porque nos ha nacido un Salvador: Cristo, el Señor» (Le 2,11). «Dios, el Señor, es nuestra luz» (Sal 118,27): no en la forma de Dios, para no aterrorizar nuestra debilidad, sino en forma de siervo, para traer la libertad a quien yacía en la esclavitud. Es fiesta para toda la creación: el cielo ha sido dado a la tierra, las estrellas miran desde el cielo, los Magos dejan su país, la tierra se concentra en una gruta. No hay uno que no lleve algún presente, ninguno que no vaya agradecido.
        Celebremos la salvación del mundo, la Navidad del género humano. Unámonos a cuantos acogieron festivos al Señor. Y sea concedido también a nosotros encontrarnos con ellos para contemplar con mirada pura, como reflejada en un espejo, la gloria del Señor, para ser transformados también nosotros de gloria en gloria, por gracia y bondad de nuestro Señor Jesucristo. A él la gloria y la soberanía por los siglos de los siglos. Amén (San Basilio Magno, Homilías, 6).


Lecturas:
http://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/?f=2015-01-06


AVISO MUY IMPORTANTE: ¡SS.MM. LOS REYES DE ORIENTE EN LA UP!




Tras no pocos esfuerzos y arduos trabajos, hemos conseguido que Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente visiten nuestra Unidad Pastoral el próximo día 6.
La cosa no era fácil, dado el cansancio acumulado de toda la noche repartiendo regalos a los niños después de la cabalgata, pero ellos, generosos como son, han logrado hacer hueco en su apretada agenda y estarán presentes en la Eucaristía de la Anunciación a las 12 del martes.
Desde aquí queremos agradecerles en nuestro nombre y, sobre todo, en el de los niños de la UP, este gesto que tienen con nosotros antes de su regreso a Oriente.


jueves, 1 de enero de 2015

ADORACIÓN DEL NIÑO EN LA UNIDAD PASTORAL









SEGUNDO DOMINGO DESPUÉS DE NAVIDAD

«Él nos eligió en Cristo antes de la creación del mundo»  (Ef 1,4)

Icono de la Sabiduría divina

Las lecturas bíblicas de este domingo evidencian que Jesús es el icono visible de Dios Padre. El Hijo, en efecto, mira incesantemente al Padre, que es la fuente de su misión. Todo le viene del Padre: la enseñanza, la actividad, el poder sobre la vida y sobre la muerte. «Mi doctrina no es mía, sino de Aquel que me ha enviado» (Jn 7,16). «La Palabra que habéis escuchado no es mía, sino del Padre que me ha enviado» (Jn 14,24). El Hijo no hace nada por sí sólo, sino «como me ha enseñado el Padre, así hablo» (Jn 8,28). Jesús está a la escucha del Padre con mirada de contemplación interior y transmite sus palabras, es más, comunica tan bien la Palabra del Padre que Él mismo es, para el evangelista, la Palabra del Padre (Jn 1,1-2). Así Jesús es el perfecto revelador del amor del Padre, porque está siempre a la escucha de Dios, y es igualmente la Palabra misma del Padre.
El culmen, sin embargo, de la revelación que Jesús ha transmitido no está en lo que ha enseñado con palabras, sino en la obra que ha testimoniado con su vida. Ha cumplido hasta el fondo la obra que el Padre le había confiado. Y la obra que expresa el don de sí, la cumple Jesús entregando su vida sobre la cruz, haciéndonos así hijos adoptivos del mismo Padre. Es desde la colina en que se alza la cruz desde donde la humanidad toma conciencia de la calidad del amor que Jesús de Nazaret le revela: un amor que supera toda lógica humana y viola las fronteras de Dios.




Señor Jesús, el apóstol Juan nos dice al final de su prólogo: «A Dios nadie lo ha visto jamás; es el Hijo único, que es Dios y está al lado del Padre, quien lo ha revelado » (Jn 1,18). Así, ningún hombre sobre esta tierra ha visto nunca ni podrá ver el rostro de Dios. Pero tú, Jesús, que eres el Hijo amado del Padre, la Sabiduría misma de Dios, e impronta de su Ser, nos lo has manifestado y nos lo has hecho conocer. A través de ti, el Padre se ha revelado con palabras humanas y especialmente en la misión que tú has cumplido entre nosotros, hasta entregarte por amor nuestro sobre el madero de la cruz. Desde entonces en adelante acogerte o rechazarte a ti, es acoger o rechazar al Padre: y, en consecuencia, nuestra salvación.
Señor Jesús, te damos gracias por habernos hecho hijos verdaderos del mismo Padre y por habernos llamado amigos. Sabemos cuánto has sufrido por nosotros con la condena a la cruz, pero tú nos has enseñado que no hay «un amor más grande que éste: dar la vida por los amigos»(Jn 15,13). Te queremos pedir también que nos concedas un corazón grande y generoso para todos nuestros hermanos, a pesar de nuestros pecados, para amarlos como nos has amado tú. Tú te has revelado como Palabra viva del Padre y nosotros, por el contrario, somos a menudo palabras humanas y vacías que no dan cabida a tu evangelio de verdad. Enséñanos lo que verdaderamente vale en la vida, esto es, escuchar la voz secreta que habla en nuestro interior. Si escucháramos esta palabra interior, comprenderíamos lo que dice san Agustín: «He aquí el gran secreto: el sonido de la palabra golpea nuestros oídos, pero el maestro se encuentra en lo más íntimo».




La morada de mi Dios está allí, está más allá de mi alma. Allí habita, desde allí me ve, desde allí me ha creado (...), desde allí me llama, me guía y me conduce al puerto.
El que tiene en lo más alto de los cielos una morada invisible, posee también una tienda sobre la tierra. Su tienda es la Iglesia aún itinerante. Es aquí donde hay que buscarlo, porque en la tienda se encuentra el camino
que conduce a su morada. En la casa de Dios hay una fiesta perpetua (...). La armonía de esta fiesta encanta el oído del que camina en esta tienda y contempla las maravillas realizadas por Dios para la redención de sus fieles. Y así gustamos ya una secreta dulzura, podemos vislumbrar ya, con lo más alto de nuestro espíritu, la vida que no cambia (...). ¿Por qué, pues, te turbas, alma mía? Y el alma responde en lo secreto: «¿Estoy, quizás, desde ahora, en seguro? ¿Quizás el demonio, mi enemigo, no me espía? ¿Y quieres que no me inquiete, estando todavía exiliada lejos de la casa de Dios?».

«Espera en Dios». En la espera, encuentra a tu Dios aquí abajo en la esperanza (...). ¿Por qué esperar? Porque él es mi Dios, la salvación de mi rostro. La salvación no puede venirme de mí mismo. Lo diré, lo confesaré: mi Dios es la «salvación de mi rostro»   (San Agustín)


Lecturas del día:

Vídeo:


SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS

«María guardaba todos estos recuerdos y los meditaba en su corazón»  (Lc 2,19)

Madre de Dios "Zarza ardiendo". Rusia, principios siglo XIX

El episodio bíblico en el que Dios se manifiesta a Moisés dio origen a un particular icono de la Madre de Dios  que establece un nexo muy rico y complejo entre el Nuevo Testamento y las profecías del antiguo que anuncian el acontecimiento de la salvación por medio de María.
La Madre de Dios aparece en el centro del icono sobre una estrella de ocho puntas, que indica la presencia de Dios, el Anciano de los Días, y alude a la zarza (los cuatro rayos azules) ardiendo en el fuego de la energía divina (los rayos rojos).
Se acentúa la realeza de la Virgen, reina celestial circundada por los ángeles, por los símbolos de los evangelistas (en los rayos rojos) y por los elementos naturales, que obedecen a su voluntad. De acuerdo con las visiones del Apocalipsis, los grados angélicos están representados con los atributos propios (estrellas, nubes, rayos, antorchas, espadas), como dispensadores de los elementos naturales. En las cuatro esquinas de la tabla se hallan Moisés delante de la zarza (arriba a la izquierda), Ezequiel delante de la puerta cerrada del santuario (abajo a la izquierda), como símbolo de la Virgen que engendrará a Cristo; arriba a la derecha, la aparición del serafín que purifica con un ascua los labios de Isaías y, finalmente, abajo a la derecha, la lucha de Jacob con el ángel. También la representación central de la Madre de Dios tiene un contenido profético: son visibles los símbolos de la escala (que después de la encarnación une cielo y tierra) y de la piedra (la profecía de Daniel) y la representación de Cristo como sumo sacerdote, celebrando la eucaristía en el altar de su propio sepulcro, en Jerusalén.


En Ti se alegra, ¡oh, llena de gracia! toda criatura,
el coro de los ángeles y el género humano.
Templo santificado y paraíso espiritual, gloria de la virginidad.
De Ti tomó carne Dios, y se hizo niño
Aquel que es nuestro Dios desde siempre.
Él hizo de tu seno su trono
y dejó más grande que el cielo tu vientre.

                                                                                               Juan Damasceno


Lecturas del día: