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miércoles, 31 de diciembre de 2014

POR LA PALABRA SE HIZO TODO


            En Enero de 2009, últimos meses en Villarino de los Aires, antes de mi penúltima estancia en el Perú, escribí esto que hoy me place reproducir:

            “¡Que fuerza tiene la palabra! Hiere y sana. Paraliza y pone en pie. “Recrea y enamora”, que diría S. Juan de la Cruz. Es verdad que hay palabras vanas, pura cáscara. Significantes sin significado.

            Todo lo anterior se puede decir de la palabra humana. Pero hoy se nos habla de la Palabra. Con mayúscula y sin adjetivos. La Palabra eterna, que existe en Dios y es Dios, por la que se hizo todo. Y que ella misma se hace hombre, se encarna, En esto consiste la Navidad. Que Dios es ya uno de nosotros, hombre sin más.

            Niño en Belén. Trabajador en Nazaret. Predicador itinerante por los caminos tortuosos y torturados de Palestina, del mundo. Sufriente hasta la muerte en la Cruz. Uno de nosotros. Sabiduría escondida. Poder creador enterrado en un “sepulcro nuevo”, del que renace la Vida.

            La palabra humana es con frecuencia mentirosa. Interesada, porque busca el aplauso, el elogio, la seducción... o el voto. Se nota. Está vacía porque no tiene alma, contradice lo que el corazón siente, sofisma creado para confundir. No es palabra sino ruido. Ningún compromiso con lo humano. Necesita ser amplificada para hacerse notar e imponerse, ya que no puede persuadir ni ser amada. Bien orquestada, vence pero nunca convence. Oímos cada día muchas de estas palabras.

            La Palabra de la Navidad es otra. No hace ruido como las bombas. Es “música callada y soledad sonora”. Se parece mucho más a la caricia. Es caricia. Su poder reside en que Dios mismo se ha identificado con la tierra. Es la unidad indisoluble de lo humano con lo divino. Todo es verdadero porque la Palabra es la Persona misma. A la vez inmensamente grande, inabarcable en el tiempo y en el espacio, y pequeña y frágil. Niño de Belén.

            Nacido para ser amado y seguido. Para despertar e iluminar. Es Todo bajo la apariencia de Nada. Luz, Pan, Agua, Vida. ¿La palabra más importante pronunciada por la Palabra? No una, sino muchas pero verdaderas. ¿Por qué no nos quedamos con tres? Perdón, Amor, Entrega hasta el Calvario. Bien entendidas, son una sola Palabra: Dios Encarnado.

            Que nos invita a ser personalmente Palabra. No basta con que los cristianos anunciemos la Palabra de Dios. Para ser creíbles, hemos de trasformarnos en Palabra de Dios. Hacer posible el admirable intercambio: Dios se ha hecho Palabra Humana, para que los hombres seamos Palabra Divina. Largo y duro ascenso hasta la Nada de la Cruz. Sólo accesible a quien no nace de amor humano, sino de Dios, porque “ha contemplado la gloria del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad”.

                                                                          JOSÉ MARÍA YAGÜE



FELIZ Y SANTO AÑO



viernes, 26 de diciembre de 2014

FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA

«Tomó consigo al Niño y a su Madre»  (Mt 2,14)




Uno de los temas más candentes de la sociedad actual es el de la familia, en el que emergen problemas y dificultades considerables, debidos a la falta de valores y de ideales, unidos, por ejemplo, al materialismo y al hedonismo de la vida, a la permisividad de los responsables en campos educativo y moral, y a la carencia de auténticos guías y formadores en este sector. También la Iglesia siente vivo el problema y se interroga acerca del designio que Dios tiene sobre la familia, animando a todos a vivir según el evangelio en el respeto de las culturas y empeñándose en aliviar las condiciones de pobreza y necesidad de muchos núcleos familiares, a ejemplo de la familia de Nazaret plenamente inserta en la vivencia humana y especialmente en la vida de los pobres y de los que sufren.
         La experiencia actual de la familia cristiana presenta, también ella, notables problemas, porque no todo es pacífico o está resuelto, más bien se ven a menudo familias que portan cruces de distinto género y, a veces, pesadas: las de los exiliados de su propia tierra, las divididas por disensiones familiares o por motivos de trabajo, las que han perdido algún miembro por el empeño puesto en defensa de los derechos humanos y de la promoción humana, las laceradas por la inmigración, las que viven socialmente desahuciadas, incomprendidas, marginadas o en ambientes indignos y depravados que devalúan la condición humana.
         La sagrada familia no era una familia sin problemas, pero la presencia de Dios le comunicó fuerza, serenidad y paz interior. Jesús es el lazo de unión de toda familia cristiana.



         Señor Dios, nuestro mundo y también nuestra Iglesia tienen necesidad de reencontrar la unidad y la armonía en muchas familias a ejemplo de la santa familia de Nazaret, para que la paz de Dios se manifieste en ellas, superando discordias, rupturas, incomprensiones y dificultades de todo tipo. Especialmente los padres y los educadores de jóvenes, hoy, sienten vivo, lleno de responsabilidad y pesado su deber educativo en el crecimiento, en la formación y maduración de las nuevas generaciones que, a menudo, les hace experimentar un sentimiento de incapacidad e impotencia, los desanima y los mortifica frente a las dificultades y problemas siempre nuevos que asoman al horizonte de la sociedad.
         Te rogamos que las familias cristianas no se cierren en sí mismas, en su aislamiento egoísta o en su orgullo herido, sino que todas estén abiertas al interés por los problemas de todos, sean animosas en ofrecer su colaboración para resolverlos en sentido evangélico. Que todas las familias tengan el espacio vital necesario para vivir en una casa, tengan una mesa donde no falte el pan y, sobre todo, la alegría de la comunión entre padres e hijos y la esperanza en un futuro mejor que nace de la fe. Señor y Padre de todos los hombres, el apóstol Pablo ha enseñado a los cristianos a vivir la vida familiar «en el Señor »: nosotros te pedimos que la persona de Jesús sea el hilo de oro que una toda nuestra familia cristiana.


         La casa de Nazaret es la escuela donde se ha empezado a conocer la vida de Jesús, esto es, la escuela del evangelio. Aquí se aprende a observar, a escuchar, a meditar a penetrar el significado tan profundo y tan misterioso de esta manifestación del Hijo de Dios, tan simple, humilde y bella. Quizás también aprendamos, casi sin percatarnos, a imitar.

         Aquí comprendemos el modo de vivir en familia. Nazaret nos recuerda lo que es la familia, qué cosa es la comunión de amor, su belleza austera y simple, su carácter sagrado e inviolable. Nos haga percibir como dulce e insustituible la educación en familia, nos enseñe su función natural en el orden social. Aprendamos también las lecciones sobre trabajo. ¡Oh Casa de Nazaret, casa del Hijo del Carpintero! Aquí, sobre todo, deseamos comprender y celebrar la ley, severa cierto, pero redentora de la fatiga humana; aquí deseamos comprender y ennoblecer la dignidad del trabajo de modo que sea entendida por todos (Pablo VI, Discurso de Nazaret, 5 de enero de 1964).


Lecturas del día:


jueves, 25 de diciembre de 2014

MISA DEL GALLO EN LA UNIDAD PASTORAL










FAMILIA


                Cada año, el domingo entre Navidad y año Nuevo, celebramos en la Iglesia la fiesta de la Sagrada Familia. En los últimos años, esta fiesta en España ha estado envuelta en la polémica en torno al color político de la celebración en una plaza pública madrileña. La llegada de un nuevo Arzobispo a Madrid ha significado que, supongo que para evitar cualquier tipo de interpretación política y partidaria, esta celebración va a pasar a la catedral de la Almudena. Enhorabuena al nuevo Arzobispo por esta decisión. Nos permite ir al fondo de la cuestión sin otras connotaciones.
                Lo que la Iglesia quiere celebrar hoy es la familia. Se nos pone como modelo y ejemplo a la familia de Nazaret, conformada por Jesús, María y José. Y se nos ofrecen unos textos bíblicos que tienen gran actualidad. Tanta que me limito a transcribirlos para que  los reflexionemos. No necesitan glosa, aunque se la añadamos en forma de cuestionario.
El que honra a su padre expía sus pecados. El que respeta a su madre acumula tesoros (Ecclo 3, 2-6). ¿Saben los hijos de hoy honrar, respetar, ayudar a sus padres? ¿Qué comporta esto en la vida moderna, sobre todo cuando los padres son ancianos? ¡Cuántos ancianos conozco a quienes los hijos ni siquiera visitan a sus padres en sus residencias de ancianos!
Sobrellevaos mutuamente y perdonaos cuando alguno tenga quejas contra otro (Col 3, 13-14). ¿De verdad caemos en la cuenta de lo necesario que es perdonarnos cada día en la convivencia cotidiana? ¿No vendrán muchos fracasos matrimoniales precisamente de no valorar suficientemente la necesidad del perdón, de pedir y otorgar perdón rápida y sinceramente?
El niño iba creciendo y robusteciéndose, se llenaba de sabiduría y la gracia de Dios lo acompañaba (Lc 2, 40). ¿Buscan los padres de hoy, por encima de cualquier otro objetivo, interés o condicionamiento, este triple crecimiento de sus hijos?
                No corren buenos aires para la familia. En la mayoría de los medios de comunicación, es fácil encontrarnos con la ridiculización de la "familia tradicional" y la exaltación o, al menos, el ver como normal la separación exprés, y a los famosos en sus cambios frecuentes de pareja. Generalmente, en estos casos, los hijos quedan al margen. Salvo en las decisiones judiciales. ¿De verdad alguien cree sensatamente que los hijos no son algo esencial en la relación armónica de una pareja joven? ¡Ya pueden venir leyes contra la violencia de género! Separada la sexualidad del amor y de la fecundidad, puede esperarse cualquier aberración, por mucho que lo lamentemos.
                Felices fiestas de Navidad y año Nuevo.


                                                                                    JOSÉ MARÍA YAGÜE      


miércoles, 24 de diciembre de 2014

UN NIÑO NOS HA NACIDO, UN HIJO SE NOS HA DADO.




Las imágenes de Jesucristo del vídeo no es que me gusten demasiado, pero la música que pone Haendel al texto de Isaías 9,6 es sencillamente sublime.


lunes, 22 de diciembre de 2014

LA NATIVIDAD DEL SEÑOR

"Un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado"  (Is 9,5)


Explicación de icono: 


Para contemplar el misterio de Navidad necesitamos, sobre todo, simplicidad para asombrarnos ante su mensaje. Capacidad de asombro y mirada de niño son los medios necesarios para gustar el anuncio lleno de alegría de esta noche santa. Y esta alegría tiene una motivación clara: el nacimiento de un niño, Salvador universal, que trae motivos de esperanza para todos, que son paz, justicia y salvación. Y ¿qué signos cualifican a este niño? La debilidad, la pobreza, la impotencia y la humildad, cosas que el mundo ha rechazado siempre y que, por el contrario, ha hecho propias el Hijo de Dios.
Con la venida de Jesús las falsas seguridades de los hombres han zozobrado, porque Dios ha elegido no a los fuertes ni a los sabios, ni a los poderosos de este mundo, sino a los débiles, a los pequeños, a los necios, a los últimos: ha elegido «un niño acostado en un pesebre» (Le 2,7.12.16; cf. 1 Cor 1,27; Mt 11,26), pobre, marginado y desestimado. Precisamente sobre esta pobreza se despliega el esplendor del mundo del Espíritu, mientras nosotros estamos complicados en dramas de conciencia, porque nos tienta seguir principios de fuerza, de poder, de violencia. El niño de Belén nos dice que el milagro de la paz de la Navidad es posible para aquellos que acogen sus dones.
A esta luz el acontecimiento de esta noche no es sólo una fecha para conmemorar, sino evento capaz, también hoy, de contagio y de transformación. Cuatro son las noches históricas de la humanidad, según una antigua tradición rabínica: la noche de la creación (Gn 1,3), la de Abraham (Gn 15,1-6), la del Éxodo (Ex 12,1-13) y la de Belén, es decir, esta noche, que es la más importante, porque el Hijo de Dios ha traído su paz, distinta de la pax augusta, y es el fundamento de la «civilización del amor»
(Pablo VI). ¿Somos capaces de vivir el misterio?




Te damos gracias, Señor del universo y de los hombres, porque en Jesús niño, que vino a la tierra portador de tus dones -la paz, la alegría, la justicia y la salvación-, se ha manifestado tu amor a todos. Queremos comprender, si bien con la pequeñez de nuestra mente, algo del misterio del Verbo encarnado, porque con ello se iluminará nuestro misterio humano.
Para los judíos era absurdo pensar que la Palabra definitiva de Dios apareciese en la debilidad del hombre Jesús. Para los paganos era escándalo aceptar la plena humanidad del Hijo de Dios, lugar indigno de la divinidad.
Nosotros, por el contrario, creemos que la Palabra, en un momento histórico muy preciso, «se hizo carne» en la fragilidad e impotencia como toda criatura, naciendo de una mujer, María (cf. 1 Jn 4,2-3), y creemos que en Cristo Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre, reside la revelación definitiva del Padre y el anuncio de la fe que nos salva.
El hombre del tercer milenio tiene necesidad de Jesús, revelador de tu amor de Padre, para escapar de su individualismo y de su superficialidad, que lo privan de los verdaderos valores en que se puede encontrar la esperanza de vivir. Señor, el nacimiento de tu Hijo nos revela que también nosotros en Jesús hemos sido hechos hijos tuyos y te podemos conocer. Haz que toda nuestra vida, sobre el modelo de la de Cristo, se vuelva en actitud de docilidad filial hacia ti y, para ello, en la noche de Navidad nos ponemos de rodillas, en adoración ante el rostro humano del Jesús-Niño, tu Hijo unigénito, en el que resplandece e irradia tu rostro invisible de Padre, para ver nuestro rostro divino.




Pero ¿quién soy yo? ¿Podré decir algo digno de lo que se ve? Me faltan las palabras: la lengua y la boca no son capaces de describir las maravillas de esta solemnidad divina. Por eso yo con los coros angélicos grito y gritaré siempre: «¡Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres que gozan de su amor!».
Dios está en la tierra; ¿quién no será celeste? Dios viene a nosotros, nacido de una Virgen; ¿quién no se hará divino hoy y anhelará la santidad de la Virgen, y no buscará con celo la sabiduría, para hacerse más cercano a Dios? Dios está envuelto en pobres pañales; ¿quién no se hará rico de la divinidad de Dios si acoge algo humilde? Exulto como los pastores y me sobresalto escuchando estas voces divinas: ansío ir al pesebre que acoge a Dios y deseo llegar a la celestial gruta: anhelo ver el misterio manifestado en ella y allí, en presencia del Engendrado, levantar la voz cantando: «¡Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres que gozan de su amor!» 
                                                                                (Sofronio de Jerusalén)


Lecturas del día:




domingo, 21 de diciembre de 2014

RORATE CAELI



Feliz Navidad a todos los visitantes del blog






Uno de los más bellos cantos gregorianos de Adviento, basado en un texto del profeta Isaías:


La traducción:

Destilad, cielos, el rocío;
lloved, nubes, al Justo.


No te enojes Señor,
no te acuerdes más de nuestra maldad.
La ciudad del Santo está desierta;
Sión ha quedado arrasada,
Jerusalén, desolada,
la casa de tu santidad y tu gloria,
donde te alabaron nuestros padres.

Destilad, cielos, el rocío;
lloved, nubes, al Justo.

Hemos pecado y estamos manchados.
Hemos caído como las hojas
y nuestras maldades nos arrastraron como el viento.
Nos escondiste tu rostro
y nos dejaste con nuestra iniquidad.

Destilad, cielos, el rocío;
lloved, nubes, al Justo.

Mira, Señor, la aflicción de tu pueblo
y envía al Prometido:
envíanos al Cordero que rige la Tierra,
desde el desierto de Petra
hasta el monte de la hija de Sión,
para que rompa el yugo de nuestra esclavitud.

Destilad, cielos, el rocío;
lloved, nubes, al Justo.

Consuélate, pueblo mio, consuélate,
que pronto llegará tu salvación;
¿Por qué te consumes de tristeza?
¿Por qué se renueva tu dolor?
Te salvaré, no temas:
yo soy el Señor, tu Dios,
el Santo de Israel, tu redentor.




sábado, 20 de diciembre de 2014

PAPA NOEL Y COCA-COLA



Aunque la mayor parte de la gente lo sabe, no está de más en estas fechas recordar que la figura actual de Papá Noel, derivada de San Nicolás, de gran tradición en los países nórdicos, fue específicamente diseñada por la multinacional Coca-Cola para utilizarla en su publicidad en la década de los 30.
Así que ya sabéis, la figura del Papá Noel gordito, bonachón, jo-jo-jo, de vestimenta roja y tal, está creada para que disfrutemos con la chispa de la vida. En fin.


AVISOS

-  El miércoles 24 la Misa del Gallo a las 12 de la noche en la  Iglesia de San Mateo.

-  El jueves 25 las eucaristías serán como un domingo.

-  El domingo 28, festividad de la Sagrada Familia, en todas las celebraciones esperamos contar con los Grupos de Matrimonios para dinamizar las celebraciones de este domingo y pediremos por todas las familias, y en especial por las que pasan malos momentos.

-  El 30 de diciembre, martes, tendremos la Vigilia de la Paz y de Fin de Año a las 8 en la Iglesia de la Anunciación del Señor. Participamos todos los grupos de la Unidad Pastoral.

-  Miércoles 31 de Diciembre, como un sábado.

-  Jueves 1 de enero: las celebraciones como un domingo.

-  Lunes 5 de Enero como un sábado.

-  Martes 6 de enero, Epifanía del Señor, Eucaristías como un domingo.


jueves, 18 de diciembre de 2014

CUARTO DOMINGO DE ADVIENTO

«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo»  (Lc 1,28)

Anunciación. Sinaí. Siglo XII


La Palabra quiere llegar a nuestro corazón proponiéndonos el tema de la «fidelidad de Dios». Un Dios fiel significa la roca capaz de dar estabilidad a nuestras vidas, pero también un Dios que nos sorprende: David debe aceptar que no son sus proyectos sino los de Dios los que deben conformar su vida. De tal modo, no sólo cambia el arquitecto sino el sentido de todo nuestro proyecto, porque el plan divino descubre las posibles ambigüedades de nuestros proyectos humanos. Es un tema al que hoy somos particularmente sensibles, desde el momento en que experimentamos por una parte nuestra dificultad en ser fieles, sobre todo durante mucho tiempo; por otra parte, nos sentimos traicionados por los otros o por las experiencias personales, incluso hasta por Dios mismo.
«El Señor está contigo»: este saludo del ángel a María es la expresión del rostro de Dios que hoy se nos ofrece también a nosotros. Él está con nosotros mucho antes de que nos demos cuenta. Puede comenzar a nacer una vida nueva tomando en serio estas palabras, pero no se conoce esta confianza de Dios si en concreto no nos ponemos a caminar con él, como María.
Cada uno de nosotros, a lo largo de su vida, ha experimentado el fallo de algún proyecto, con frecuencia hasta de programas que parecían muy buenos, a los que estábamos apegados. A veces el fallo se debe sobre todo a la propia infidelidad o debilidad en perseguir la finalidad prefijada. La Palabra de Dios que hoy se nos propone arroja luz sobre estas experiencias, enseñándonos por una parte a no creernos dueños de nuestra propia vida, y por otra a vivir también el fallo como posible momento de crecimiento, diciendo incluso en esas amargas circunstancias un «sí» a ese Dios que no deja de sernos fiel.



Dios, Padre omnipotente, tú ejecutas tus planes atrayendo a ti, con la fuerza del amor, al corazón humano. Sabes suscitar siervos tuyos entre los poderosos como David y entre los humildes como María. Cólmanos también a nosotros de tu Espíritu, para que aprendamos a acoger tu Palabra. Como María, haznos capaces de sintonizar nuestros deseos con los tuyos: «Hágase en mí según tu palabra», no es una frase pronunciada con resignación, sino que brota espontáneamente de un ánimo profundamente adherido a tu Palabra, proyectado a nuevos deseos que sólo tú puedes suscitar.
Como María, haznos a nosotros hombres y mujeres obedientes. Como miembro de tu pueblo, pueblo de la alianza, ella siempre aprendió que la vida del hombre es válida si está en comunión contigo y, en cuanto se lo pediste, dio en seguida su "sí". Escúchanos también a nosotros, miembros de tu pueblo, a no pesar sino estando en comunión contigo, a darte sin dudar los "síes" que nos pidas.
Como María, haznos siervos tuyos; que éste sea nuestro título de gloria, como lo fue para Abrahán, Moisés, David, María y todos tus amigos. La Navidad nos recuerde que éste ha sido el secreto de la vida de tu Hijo.




La Santísima Virgen María fue la afortunada a quien se hizo esta divina salutación para concluir el "asunto" más grande e importante del mundo: la Encarnación del Verbo Eterno, la paz entre Dios y los hombres y la redención del género humano. Por la salutación angélica, Dios se hizo hombre, y la Virgen, Madre de Dios; se perdonó el pecado, se nos dio la gracia. En fin, la salutación angélica es el arco iris, el emblema de la clemencia y de la gracia que Dios ha hecho al mundo.
La salutación del ángel es uno de los cánticos más hermosos que podemos dirigir a la gloria del Altísimo. Por eso repetimos esta salutación para agradecer a la Santísima Trinidad sus múltiples e inestimables beneficios. Alabamos a Dios Padre, porque tanto amó al mundo, que llegó a darle su único Hijo para salvarle. Bendecimos al Hijo, porque descendió del cielo a la tierra, porque se hizo hombre y porque nos ha redimido. Glorificamos al Espíritu Santo porque formó en el seno de la Virgen Santísima el cuerpo purísimo de Jesús, que fue la víctima de nuestros pecados.
Con este espíritu de agradecimiento debemos rezar la salutación angélica, acompañándola de actos de fe, esperanza, caridad y acciones de gracias por el beneficio de nuestra salvación (Luis María Grignion de Montfort, El secreto admirable del rosario, Madrid 1954, 335-336).


Lecturas del día:

Vídeo:


miércoles, 17 de diciembre de 2014

NUEVA MATANZA DE LOS INOCENTES

Recogemos por su interés la entrevista que Carlos Herrera ha realizado esta mañana a Pilar Vila San Juan, religiosa de Jesús Maria, que lleva 35 años de labor misionera en Pakistán, un país sumido en la más profunda tristeza tras el cobarde atentado perpetrado por los talibanes contra una escuela; un ataque en el que murieron más de cien personas, en su mayoría niños. 

http://www.manosunidas.org/noticia/atentado-pakistanonda-cero-ha-sido-una-matanza-como-la-los-santos-inocentes


UNA PEREGRINACIÓN DE CONFIANZA

                El añorado Hermano Roger hablaba continuamente a sus hermanos de Taizé y a los miles de jóvenes con los que se comunicaba de inaugurar en todo el mundo una "peregrinación de confianza". Él intuía que, en el nivel de la psicología humana, la gran carencia de nuestro mundo es la desconfianza.
                Hoy se ha agravado esta carencia. Sin trascendencia, empeñado el hombre actual en mirar solamente al presente y a la situación de nuestro mundo (desigualdades crecientes, corrupción en todos los niveles, paro masivo, jóvenes sin sitio en la sociedad, y un larguísimo etc.) no inclinan precisamente a confiar.
                La fe, por el contrario, conduce al creyente a "esperar contra toda esperanza". Como sabemos pero no practicamos, la fe no es meramente asentir intelectualmente a unas verdades o dogmas revelados. La fe es confiar.
                El gran modelo de fe, es decir de confianza, es la Virgen María. Ella es, por excelencia, el personaje del Adviento. Establecido el diálogo con Dios, ella se fía de que va a acontecer lo que se le promete, aunque contradice todos sus proyectos y expectativas. A partir de ese momento, ella se pone al servicio de un plan que la supera absolutamente.  Pero que lleva adelante, desde la Visitación a la Cruz, con total fidelidad, no confiando en sí misma sino apoyada en la Palabra escuchada: hágase.
                Por iniciativa de su Obispo, la Diócesis de Salamanca se ha embarcado  en un largo proceso de Asamblea permanente que culminará en la Pascua de 2016. En este periodo, lo decisivo no serán los temas que se debatan, ni siquiera las conclusiones a las que podamos llegar. Lo verdaderamente importante será re-establecer, a través de mucho diálogo, la confianza entre los diversos sectores del Pueblo de Dios. Entre los fieles de la ciudad y del campo, con los sacerdotes, religiosos, religiosas y el Obispo. Una Iglesia más del pueblo cristiano, de todo el pueblo, ha de emerger. Una doble convicción ha de dirigir todo el proceso:

La confianza en que Jesucristo está en el mundo, en su iglesia, en cada corazón humano haciendo su obra de Resucitado en la medida en que se lo permite la libertad de cada persona. Por eso, la oración y el encuentro personal con el Señor Jesús será  el fundamento de todo fruto esperable.
La firme seguridad de que todos estamos implicados. Si asumimos el protagonismo los sacerdotes, no saldremos  del gran lastre que la Iglesia arrastra desde hace siglos: el clericalismo. Hemos de confiar más, mucho más los sacerdotes en los laicos. Pero, a la vez, los laicos cristianos han de tomar mucha más conciencia de que ellos, todos ellos, son Iglesia y esto significa participación, trabajo, información y confianza, en ellos mismos y en los demás. Si este Adviento (periodo de la Asamblea) lo vivimos con verdad y firmeza, podemos esperar una auténtica Navidad eclesial.


                                                                                      JOSÉ MARÍA YAGÜE 


lunes, 15 de diciembre de 2014

FESTIVAL DE NAVIDAD DE LA UNIDAD PASTORAL

Este domingo 15, en el salón de actos de la Gaceta, la Unidad Pastoral celebró el segundo festival de Navidad, con gran éxito de público y numerosas actuaciones musicales y de teatro. 
Al mismo tiempo, se realizó una venta solidaria de bizcochos, empanadas y dulces hechos y donados para la ocasión por miembros de la UP con objeto de conseguir fondos para la operación vivienda de Cáritas.









JANUKÁ




Esta semana nuestros hermanos mayores en la fe, el pueblo judío, celebra la fiesta de la Januká, o fiesta de la luz.
Celebrada durante ocho días, conmemora la derrota de los helenistas y la recuperación de la independencia judía a manos de los macabeos sobre los griegos, y la posterior purificación Templo de Jerusalén de los iconos paganos, en el siglo II A.C.

La tradición judía habla de un milagro, en el que pudo encenderse el candelabro del Templo durante ocho días consecutivos con una exigua cantidad de aceite, que alcanzaba sólo para uno. Esto dio origen a la principal costumbre de la festividad, que es la de encender, en forma progresiva, un candelabro de nueve brazos llamado janukiyá.

HANUKÁ SAMEAJ!
חנוכה שמחה


domingo, 14 de diciembre de 2014

CELEBRAMOS EL RETIRO DE ADVIENTO

El párroco de Alba de Tormes, Gonzalo Escamilla, impartió el retiro de Adviento a la Unidad Pastoral el sábado día 13.
Centrado en la simbología de la Luz en la Biblia, nos recordó que Él viene continuamente a nuestras vidas, hablándonos también de Santa Teresa de Jesús.
Desde aquí le damos las gracias.
Por la tarde, Nacho nos puso al día sobre el trabajo de la Asamblea Diocesana.










sábado, 13 de diciembre de 2014

SAN JUAN DE LA CRUZ


Del Verbo divino
la Virgen preñada
viene de camino:
¡si le dais posada!


AVISOS SEMANA 15 DE DICIEMBRE

Lunes 15
-  A las 5 se reúne el Grupo de Mayores en el centro de la Anunciación del Señor.

Martes 16
-  Grupo de Cáritas de la UP a las 5 en Fátima.
-  Oración de Silencio, con exposición del Santísimo, de 6 a 7 en la iglesia de la Anunciación.

Miércoles 17
-  A las 8:15, tanto el Grupo de Posconfirmación  como  el Grupo de Jóvenes tendremos Oración de Adviento y Celebración del Perdón en la capilla de San Mateo.

Jueves 18
-  Celebración comunitaria de la Penitencia para los mayores a las 5 en la iglesia de San Mateo.
-  Clases de guitarra de la UP a partir de las 5 en los locales de la Anunciación.
-  A las 6 de la tarde los padres de catequesis tienen la Escuela de Familia en el centro de San Mateo.
-  A las 8 habrá Celebración Comunitaria de la Penitencia en la  Iglesia De San Mateo.


Viernes 19
-  Taller de punto a las 5 en los locales de la Anunciación.
-  A las 8 también habrá Celebración Comunitaria de la Penitencia en la Iglesia de Ntra. Sra. de Fátima.


NO CONFUNDAS EL CAMINO




viernes, 12 de diciembre de 2014

TERCER DOMINGO DE ADVIENTO

"El Señor me hace desbordar de gozo, y mi Dios me colma de alegría"  (Is 61,10)

El profeta Isaías. Siglo VIII.

Si la Iglesia es "casa del testimonio", comprendemos que la necesidad de testigos es necesaria cuando se desarrolla un proceso judicial. El evangelio de Juan indica que a lo largo de la historia se lleva a cabo un proceso inmenso en el centro del cual está Jesús -la verdad de Dios- y durante el cual la comunidad de los creyentes es constantemente llamada a estar, como testigo, de parte de Jesús, de parte de Dios, de ese rostro de Dios que Jesús ha dado a conocer. Nuestra comunidad debe hacer visible ese rostro con sus propias obras.
Bajo este punto de vista es útil volver a la primera lectura, donde el Espíritu Santo que irrumpe en el profeta y, luego, en Jesús se derrama ahora sobre la Iglesia. Pero debe estar atenta a «no apagarlo», como indica san Pablo. El Espíritu reviste a la Iglesia con un «manto de justicia», la capacita para que hable de Dios con las obras, para anunciar la buena noticia a los pobres de hoy día. Capaz de «vendar los corazones desgarrados»: debemos esforzarnos por sanar los corazones con una curación que no tiene nada de milagroso sino que requiere paciencia como herida que sólo cicatriza con el tiempo.
Otra de nuestras tareas es «proclamar la libertad de los cautivos y prisioneros», recordando que hay esclavos evidentes y otros latentes, pero no menos graves, por liberar. Finalmente estamos llamados a «proclamar un año de misericordia»: es necesario que comprendamos cómo nuestro tiempo -con frecuencia salpicado por el mal- debe mirarse con respeto y con espíritu de discernimiento como la ocasión de gracia que el Señor nos brinda.
Con la comitiva del Mesías-esposo revestido de justicia nace en nosotros la solidaridad, el compartir, hace estallar en nosotros ese gozo que no es verdadero si no es compartido. Sabemos bien que nunca estaremos a la altura de este programa de justicia y fraternidad, pero el recurrir continuamente al que es esposo y luz permitirá que la fuerza de la caridad no se debilite en nosotros.



Los mensajeros preguntaron a Juan quién era. ¿Qué responde el príncipe celeste, la estrella matutina, el ángel terrestre, Juan? Dice:«No soy», mientras todos quieren ser o parecer algo.
Quien lograse sólo tocar este fondo, habría dado con el camino más cercano, más breve, más llano y seguro hacia la verdad más alta y más profunda que se pueda conseguir en el tiempo. Para esto nadie es demasiado viejo, ni demasiado enfermo, ni demasiado pobre, ni demasiado rico. ¡Qué valor inefable se encierra en este «No soy»! Y, sin embargo, nadie quiere emprender este camino, se mire como se mire: en realidad somos y queremos o querríamos siempre ser, siempre encima del otro.
De aquí provienen todos los llantos y lamentos. Por eso no encontramos paz ni interior ni exterior. Este ser nada proporcionará de todos modos, en todos los lugares, con todos los hombres una paz total, verdadera, esencial, eterna; y sería lo más dichoso, seguro y noble del mundo 
(E. Susone, Opere spirituali. Le prediche, Alba 1971, 584-585).



Atribuyamos enseguida importancia a esta venida de Cristo al mundo; se trata de un hecho trascendental, colocado como clave normativa e interpretativa de todo el mundo religioso que de ahí se sigue.
La vocación cristiana es una vocación al gozo esencial para quien lo acepta. El cristianismo es fortuna, es plenitud, es felicidad. Podemos decir más: es una felicidad que no se contradice; el cristiano ha sido elegido para una felicidad que no tiene otra fuente más auténtica. El evangelio es una «buena nueva», es un reino en el que no puede faltar la alegría. Un cristiano irremediablemente triste no es auténticamente cristiano. Hemos sido llamados a vivir y a dar testimonio de este clima de vida nueva, alimentado por un gozo trascendente, que el dolor y los sufrimientos de todo orden de nuestra presente existencia no pueden sofocar y sí provocar a una expresión simultánea y victoriosa (Pablo VI,Discurso a la audiencia general del 4 de enero de 1978).


Lecturas del día:

Vídeo:



miércoles, 10 de diciembre de 2014

SURGIÓ UN HOMBRE...

            Así comienza el evangelio del tercer domingo de adviento. No se trata de Jesucristo. Él mismo dirá que no es el Mesías, ni el Profeta. No es la luz, pero apunta a la luz para que se reconozca en el mundo al único Mesías, al Profeta y a la luz que nos saque de las tinieblas.

            Muy necesitado anda nuestro mundo de hombres como éste de quien habla el evangelio y que se llamó Juan Bautista. Lo que ocurre es que su figura, tan mal vestido y tan mal comido, no casa con la modernidad. En la cultura de la imagen, lo más importante es la imagen. Pero justamente esto es lo que nos pierde. Siendo importantes las formas, todo se hunde cuando solamente importan las formas.

            ¿Qué distingue a un hombre como aquel de quien estamos hablando? ¿Qué tipo de personas –varones o mujeres- necesita nuestro mundo? Podemos trazar su figura, al hilo del mismo evangelio, con trazos vigorosos y hasta rudos:

Hombres que traigan buenas noticias a los que sufren. Pero, para ser buenas, han de ser verdaderas. Lejos de cualquier demagogia. No obligados a desdecirse al día siguiente de lo que dijeron el anterior.
Hombres que conozcan y reconozcan sus límites. Sin parafernalias ni afanes de grandeza y menos de superioridad. Que se sitúen en medio de la cruda realidad como sus convecinos buscando salidas a este mundo nuestro injusto y roto.
Hombres auténticos porque viven lo que piensan y dicen. Dispuestos, por tanto, a mantenerse sobre el alambre de la inseguridad. Y a merced de quienes ni soportan ni quieren la verdad y viven instalados en la desigualdad del género humano, porque así a ellos les va “bien”.
Hombres no iluminados y deslumbradores con ideas descabelladas, que no soportan la confrontación. Por el contrario hombres que emiten esa luz tenue que permite ver con claridad los contornos, todos los contornos, de la realidad. Luz que procede del interior, de una fina sensibilidad para todo lo humano y de una firme voluntad de buscar soluciones a los problemas.
Esos hombres nunca se identifican a sí mismos con la luz, pero apuntan siempre a ella. Y ponen a las personas en camino.

            La historia nos ha regalado hombres así. Por referirnos a algunos y no muy lejanos (del s. XX) hemos conocido a sabios como Einstein, políticos como Gandhi o, más cercanos a nuestro entorno, De Gasperi, Adenauer, gente muy sencilla como la Madre Teresa de Calcuta... Quizá hoy, estos rasgos los tiene el Papa Francisco, tan distinto de sus antecesores inmediatos, tan frágil y vulnerable, tan cercano pero tan directo. Ojalá muchos nos pongamos a la escucha de “lo que suelta” cada día, tan alejado del discurso fácil y rutinario, pero tan comprometedor y duro de digerir. Pero que suena a verdadero y transformador. Larga tarea tenemos si hemos de cambiar para ser personas de este corte que aporten algo positivo a nuestro mundo.


                                                                                               JOSÉ MARÍA YAGÜE


domingo, 7 de diciembre de 2014

CÁRITAS DE LA UNIDAD PASTORAL

Las reuniones del grupo de Cáritas de la UP han cambiado de día y hora.
Se trasladan a los martes a las 5, en la parroquia de Fátima.


INFORME FOESSA PARA CASTILLA Y LEÓN




Calatrava acogió el acto que tuvo lugar el día 4 de diciembre a las 8 de la tarde en el aula Teresa de Jesús.
Raúl Flores, técnico del equipo de estudios de Cáritas Española y sociólogo experto en exclusión social se encargó de desgranar los aspectos más importantes del informe sobre exclusión y desarrollo social en Castilla y León. 

Las constataciones del VII Informe FOESSA y del  Informe sobre la Exclusión y desarrollo social en Castilla y León ofrecen tanto elementos para la preocupación, dada la envergadura de los efectos que la crisis ha tenido en la estructura social del país, como razones para la esperanza, a la luz de las fortalezas que muestran ámbitos como la participación social, la solidaridad, el voluntariado y las redes familiares.
Flores comenzó su exposición explicando por un lado los datos económicos y por otro, muy importante el tema de la exclusión social, entendido como un proceso de pérdida de integración o participación de la persona en la sociedad.
3 de cada 10 personas en Castilla y León sufre la exclusión del empleo.

Continuó analizando los tres ejes fundamentales que se ven afectados en la exclusión social:el económico, el político y el social - relacional. Donde podemos ver cómo la fractura social se ha ensanchado desde 2007. En Castilla y León un 14% de los hogares se encuentra en situación de exclusión, lo que supone un total de 134.000 hogares. El primer factor que indica esto es el desempleo, pero no solo la economía de los hogares ha empeorado, el deterioro social se extiende a otros ámbitos como la vivienda o la participación política, la salud...

Salidas a la crisis
Desde FOESSA y Cáritas se hace una reflexión de elementos a tener en cuenta para no volver a caer en los mismos errores. 
Respecto al EMPLEO: no crear cualquier tipo de empleo, existe una debilidad de nuestros sistema productivo y una generación expulsada.
En cuanto a las POLÍTICAS SOCIALES: subordinadas a la austeridad, recortes incompatibles con la Europa 2020 y toma de decisiones contrarias a la voluntad de la sociedad. Nos encontramos en crisis un modelo social que buscaba la cohesión social. El efecto amortiguador de las políticas sociales en España se está erosionando teniendo en cuenta además que dos tercios de la exclusión provienen de antes de la crisis. 
En cuanto a la FAMILIA Y LA SOCIEDAD CIVIL: resiste, pero comienza a debilitarse, existe una esperanza desmovilizada, hay una baja participación ciudadana. Sobre todo hay que destacar el papel de las personas mayores.

Raúl Flores finalizó su exposición mencionando algunos riesgos a tener en cuenta y destacando las oportunidades:
- Revisar nuestras preferencias.
- Participar y fortalecer valores cívicos.
- Ser autocríticos.
- Priorizar, revisar las preferencias.

Más información con toda la documentación del informe descargable en:



RETIRO DE ADVIENTO

El próximo sábado 13 de diciembre de 10:30 a 5 en los locales de San Mateo (Sala de las Manos, puerta trasera de la Iglesia) se celebrará el retiro de Adviento para la Unidad Pastoral. Se hace en ese lugar para facilitar la participación de las personas mayores.
Apuntarse en despacho de San Mateo y en la sacristía de la Anunciación. Sería un gesto de fraternidad que nos quedáramos a comer y seguir construyendo la familia cristiana.
Plazo de apuntarse hasta el día 11 de Diciembre.



sábado, 6 de diciembre de 2014

INMACULADA CONCEPCIÓN

"Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo"  (Lc 1,28).

Virgen de Vladimir. Siglo XII

"En ti se alegran, oh llena de gracia, todas las criaturas, el coro de los ángeles y el género humano. Templo santificado y paraíso espiritual, gloria de la virginidad, en tí Cristo se hizo carne, y se convirtió en Niño aquel que desde siempre es nuestro Dios. Él hizo de tu seno su trono, ensanchándolo más que los cielos".
(San Juan Damasceno)


En la fiesta de la Inmaculada, más que hablar de María, sentimos el deseo de acercarnos a ella para que nos introduzca en el misterio de su virginidad, que es un misterio de silencio; en el misterio de su inocencia absoluta, que es un misterio de gozo.
María ya está revestida con vestiduras de salvación, tiene su vestido blanqueado en la sangre del cordero antes de su nacimiento. El Padre, de algún modo, la ha bautizado de antemano en el misterio de la muerte y resurrección de Cristo para presentarla al mundo tota pulchra, toda hermosa. La fascinación de María está en ignorar su propia belleza: su humildad, su transparencia que la hacen vivir mirando fuera de sí misma, toda donación.
María, virgen y madre, imprime al misterio cristiano su aspecto más sugestivo y fascinante; es un nostálgico reclamo a la pureza, a la inocencia. Incluso el hombre más experimentado en el mal difícilmente puede sustraerse a la fascinante atracción de la inocencia y la virginidad.
Nuestro amor a María esencialmente debe traducirse en el deseo de vivir profundamente, sinceramente, su misterio; deseo siempre más vivo, más hondo, de sumergirnos en su pureza, como un bautismo en su inocencia para salir purificados, revestidos con vestiduras de salvación.
Para cualquier alma, el contacto con la Virgen santa es un contacto que purifica y salva. De algún modo, es ya un contacto con la humanidad del Señor que tomó carne en ella. Nosotros, que nos sentimos tan pobrecillos y frágiles, debemos lograr, por la fe, descubrir cada vez más el milagro de la presencia de María entre nosotros.




 La aurora es un momento fabuloso: el que precede inmediatamente al salir el sol. Antes sólo eran tentativas. Un leve palidecer el cielo por oriente, apenas visible en la noche. Sigue un clarear creciente, lentamente al comienzo, luego más rápidamente, siempre más rápidamente. Finalmente un instante en el que el surgir de la luz es tan victorioso y ardiente, el esplendor tan cegador a los ojos habituados a la noche, que nos podríamos creer ante el mismo sol: apenas un instante después, como una llamarada, su luz arde en el hilo del horizonte. Y finalmente el sol. Hasta ese momento, nos podíamos haber engañado, pues ya se transparentaba en lo que sólo era la aurora. Lo mismo la Inmaculada concepción. Primero, a lo largo de los siglos precedentes, se trataba del alba de Cristo, de los comienzos de su pureza y santidad, ya maravillosos considerando que se realizaban en la naturaleza humana, pero aún oscuros respecto a El. María es el culmen de la aurora, el surgir del día. Pero su luz ilumina a todos. La Inmaculada concepción distingue a María de los demás humanos sólo para unirla más a Cristo, que pertenece a todos (...).
Tras el decreto que estableció la venida de Cristo, se da esta larga preparación que ya la realiza inicialmente y que llena toda la historia antigua de la humanidad. Ahora bien, toda esta preparación lleva a María, porque ella (...) es portadora de Cristo. La preparación es inmensa: es la única obra de Dios mismo en este mundo; se compromete con todo su amor: haciendo confluir, en virtud de su gracia, todo lo que en nuestros esfuerzos humanos hay de verdaderamente bueno: se plasma una naturaleza humana que será la suya.
Llega un día en que todo está preparado. En la Virgen todo se reúne para pasar de ella al Hijo (...). María es la figura absoluta y total, y lo es para siempre, porque, siendo Madre de Dios, es la que une el Hombre-Dios con la humanidad (É. Mersch, La théologie duCorps mystique, I, Tournai 1944, 219-221).


Lecturas:
http://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/?f=2014-12-08


viernes, 5 de diciembre de 2014

FIESTA DE NAVIDAD






La fiesta de Navidad de todos los grupos de la unidad pastoral tendrá lugar el domingo 14 de diciembre de 5:30 a 8 en el salón de la Gaceta (Avda. de los Cipreses).
Habrá villancicos, pequeñas obras de teatro….
Entrada libre hasta cubrir el aforo del salón.
Os esperamos para vivir el Adviento con la alegría y esperanza del nacimiento del Niño Dios.


AVISOS SEMANA 8 DE DICIEMBRE

Martes 9 
-  A las 4:30 se reúnen para rezar y formarse el Grupo de la Legión de María en los locales de San Mateo.
-  El grupo de Cáritas de la UP se reúne a las 5 en Fátima.
-  Oración de Silencio, con exposición del Santísimo, a las 6 en la Anunciación.

Miércoles 10
-  A las 6 habrá Celebración comunitaria de la Penitencia en la Iglesia de la Anunciación del Señor.

Jueves 11
-  A las 6 de la tarde todos los grupos de catequesis y los padres tendremos la Celebración de Sembradores de Estrellas para prepararnos al nacimiento del Niño Dios en la Iglesia de San Mateo.
-  A partir de las 5, clases de guitarra de la UP en los locales de la Anunciación.
-  En el despacho de San Mateo a las 8 se reúne el Equipo de Liturgia de la UP.

Viernes 12
-  Taller de punto a las 5 en los locales de la Anunciación.

Sábado 13
-  Retiro de Adviento. De 10:30 a 5 de la tarde en los locales de la iglesia de San Mateo.

La Hermandad de la Borriquita celebrará la  "Operación Juguete”  los días 12 y 13 de Diciembre en el centro comercial  VIALIA de 5 a 9 a favor de la Sociedad San Vicente de Paul.

MISA NAVIDEÑA – El 13 de Diciembre a las 5:45 en la Iglesia de San Mateo con la Bendición de los Niños Jesús. Esperamos que vengan todos los niños y niñas de catequesis.


jueves, 4 de diciembre de 2014

SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO

"Muéstrame, Señor, tus caminos, instrúyeme en tus sendas"  (Sal 24,4).

Juan Bautista nos señala el camino

Una metáfora domina las lecturas de hoy: es la del "camino". Correlativa a la del camino, aparece la idea de Iglesia como nuestro ser pueblo que se forma poniéndose en camino. Isaías se dirige a un pueblo desconfiado, con necesidad de consuelo y ayuda para ponerse en marcha; necesitamos profetas capaces de hablar al corazón, profetas de confianza, no de desventuras. Ante la devastación de nuestras conciencias, bombardeadas por mensajes negativos y nihilistas, es importante para cada uno de nosotros el aliento que nos llega del mensaje profético.
También las palabras del Bautista apuntan en esta dirección, preparando nuestro corazón a la venida del que bautizará con Espíritu. Ciertamente su figura austera y penitente no deja de ir contra nuestro estilo de vida cuando ya no sentimos necesidad de conversión: una consolación "barata" no nos enriquecería con frutos duraderos.
Es indispensable sobre todo nuestro testimonio inspirado en una fe honda en la salvación que nos ofrece Dios, nuestro querer ser pueblo de Dios atraídos por la promesa del Bautista, para después convencer a los demás de la salvación inminente. Por otra parte, siempre nos acuciará la pregunta de los escépticos: ¿es que vale la pena? La Palabra de Dios nos responde que sí vale la pena. La carta de Pedro nos recuerda que éste es un tiempo lleno de la presencia de Dios y sólo podemos verlo así creyendo de verdad y comprometiéndonos con nuestra existencia: la promesa de «cielos nuevos y tierra nueva» genera en el que cree una vida de auténtica santidad, y ella misma es anuncio y signo tangible de aquel mundo nuevo.


Tú nos hablas, Señor, a través de los profetas totalmente inmersos en las vicisitudes de su pueblo y de su tiempo capaces de estar solos o de ir al desierto a proclamar la Palabra a los que le siguen.
Tú nos hablas, Señor, por los testimonios dispuestos a compartir las angustias de sus hermanos, los temores y dramas de los hombres y llenos de fe para indicar tu presencia activa, tu promesa suscitadora de vida.
Tú nos hablas, Señor, por hombres que saben oponerse valientemente a las modas, costumbres, prejuicios, tópicos de sus contemporáneos y a la vez solidarios en el buscar tu rostro que salva, en el hablar al corazón del que desespera.
Te rogamos mires a tu Iglesia, la Iglesia de nuestros días, a nosotros que somos tu pueblo, constituidos por tu gracia en profetas y testigos de tu verdad: concédenos ser mediadores de tu consuelo en el momento mismo de denunciar las hipocresías propias y ajenas. En el desierto de nuestra sociedad haz resonar tu Palabra, para que también "salgamos", confesando nuestros pecados para ser de nuevo inmersos en la gracia de tu Espíritu.


¡Oh grandeza del amor, por el que amamos a Dios, lo preferimos, nos dirigimos a él, le alcanzamos, lo poseemos! Si me pregunto por tus características, caigo en la cuenta de que eres el camino maestro, que acoge, dirige y guía a la meta; eres el camino del hombre a Dios y el camino de Dios a la humanidad.
¡Oh camino feliz, sólo tú conociste el cambio de grandes bienes, por los que vino nuestra salvación! Tú has conducido a Dios hacia los hombres, tú diriges los hombres hacia Dios. Él descendió por este camino cuando vino a nuestro encuentro; nosotros lo recorremos hacia arriba, cuando vamos hacia él: ni Dios podía venir a nosotros, ni nosotros podíamos ir a él, sino por medio del amor.
No sé cuál sea el mayor elogio que se pueda decir de ti, si afirmar que has hecho bajar a Dios del cielo, o que has elevado al hombre de la tierra al cielo; grande es tu poder, si por tu medio Dios se ha humillado tanto y el hombre ha sido ensalzado tanto.
                                                                                           
                                                                                                    Hugo de San Víctor


Vídeo de la semana:

Lecturas del día:


martes, 2 de diciembre de 2014

CONSOLAD A MI PUEBLO

            El término “consolar” suena un tanto cursi, dulzón, feminoide. Se piensa, al escucharla, en esas palabras inútiles siempre, puramente formalistas a veces, y casi nunca auténticas que se dirigen a los “dolientes” en los duelos. Sin embargo, es una muy hermosa palabra. Y más hermoso todavía el “oficio” de consolar. Porque el ser humano pasa por muchas situaciones de aflicción. ¿Puede haber algo más necesario y bello que traer paz, consuelo y alegría a quien sufre, cualquiera que sea el motivo? La dificultad está en hallar las actitudes, las palabras concretas y la cercanía para aportar bálsamo eficaz a las heridas del corazón.

            Porque hay actitudes que no sirven para consolar. Por ejemplo, minusvalorar el sufrimiento del otro, o pretender que uno ya ha pasado por ahí y por cosas peores. No vale tampoco hablar de un futuro mejor sin motivos reales que lo avalen. De nada sirven las palabras huecas que se dicen porque “algo hay que decir”.  Y, por supuesto, pretender consolar sin com-padecer, desde la distancia y la indiferencia, se parece más al  insulto que al consuelo.

            Únicamente aporta consolación quien es capaz de hacer ver y sentir a quien sufre que dentro de él mismo existen motivos reales y fuertes que aportan más gozo y esperanza que el dolor provocado por el trance que se atraviesa. Y únicamente aporta consolación quien experimenta realmente, sin decirlo, el dolor de aquel a quien se quiere consolar. Sólo quita sufrimiento quien carga con él. Sólo alivia a otro quien se implica personalmente  en su dolor. Además, no hay consuelo eficaz si no se pone a la persona en camino, con sacrificio, hacia nuevas experiencias de plenitud y alegría.

            Son muchos los momentos en los que las personas necesitamos ser consoladas. Eficazmente consoladas. El mensaje del segundo domingo de Adviento comienza con estas palabras: “consolad, consolad a mi pueblo”. Este pueblo estaba en el destierro. El  profeta que ha de consolar es también un desterrado. La diferencia estriba en que éste sabe algo más. Tiene la firme seguridad de que el destierro tiene un final. Que hay esperanza porque Dios interviene, porque la propia patria no está tan lejos. 
         
           ¡Cuántos exilios padecemos los hombres de hoy! Graves son los de quienes se han visto obligados, forzosamente obligados,  a emigrar para poder comer. Grave exilio el de quienes perdieron su trabajo y, además de carecer de medios para sobrevivir, se sienten inútiles y onerosos para la familia y la sociedad. Muy grave exilio el del fracaso de quienes un día inauguraron una convivencia que se prometía feliz y terminó lejos del un día amado o amada, lejos también de los hijos.

            Pero hay un destierro que nos afecta a muchos más: vivir lejos de nosotros mismos. Alienados y deshumanizados. Hombres y mujeres convertidos en productores y consumidores, patronos y siervos, publicistas de algo en lo que no creen y seguidores embobados de ideas ajenas o modas efímeras. Sin capacidad de volver sobre sí mismos y buscar dentro lo que fuera no se encuentra.  Que bueno sería si esta próxima Navidad significase el camino de vuelta al interior, hacia el silencio de Belén y Nazaret. En la sencilla Verdad del pesebre (austeridad y autenticidad) encontraremos el consuelo que todos necesitamos.                                                       

                                                                                               JOSÉ MARÍA YAGÜE