Esta semana próxima, nuestros hermanos mayores en la fe, el pueblo judío, celebra su pascua, que conmemora la liberación y salida de Egipto y el inicio del peregrinar como pueblo por el desierto, de la mano del Señor y de uno de los mayores profetas, Moisés.
Para nosotros, cristianos, es muy importante recordar su origen porque en ella hunde sus raíces el concepto de nuevo pueblo de Dios en Jesucristo, nuevo Moisés, que nos libera y conduce hacia la Tierra Prometida, el Reino de Dios.
Además, es relevante señalar que la última cena de Jesús, según los Evangelios sinópticos, con la institución de la Eucaristía, se trata de una celebración de la pascua judía.
El cordero pascual que se inmolaba en las casas y en el Templo de Jerusalén, para nosotros es el sacrificio de Nuestro Señor en la Cruz.
Desde aquí queremos desear al pueblo de Israel una feliz celebración.
JAG PESAJ SAMEAJ!
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