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viernes, 29 de junio de 2012

13 DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

"Cambiaste mi luto en danza"  (Sal 30,12)

Hemorroísa. Catacumbas de los santos Pedro y Marcelino. Siglo IV

Las tres lecturas de hoy presentan como en un díptico la doble actitud del hombre frente a la revelación de Dios, una revelación que tiene que ver con la Vida, con la Vida que no pasa, plenitud de la comunión con él. El retrato de los necios/impíos hecho por los dos primeros capítulos del libro de la Sabiduría goza de una actualidad impresionante. En sus palabras se refleja plenamente la convicción de los que consideran la vida del hombre como algo absurdo, como algo que carece de todo sentido: «El hombre aparece echado en medio de la existencia como un par de dados. Todo en la vida parece obra de la casualidad: he sido elegido por casualidad, debo comportarme al azar, desapareceré al azar...» (G. Prezzolini). La vida no es otra cosa que un camino hacia la muerte, la única meta cierta de nuestro humano andar.
Las posibilidades frente al anuncio de que aquí no hay muerte, sino sólo un sueño que espera la resurrección, parecen ser también sólo dos en el Evangelio, y se manifiestan como dos movimientos opuestos (uno en dirección a la casa, para salvar; el otro es el de los que intentan bloquear la venida de Jesús): está la decisión del que tiene fe en la Palabra del Señor y es admitido a contemplar el milagro de la vida, y está el juicio del que considera esta Palabra como algo absurdo, quedándose a su vez prisionero de la muerte, de esa muerte para la que no hay resurrección.
En la carta de Pablo, el apóstol proyecta una luz nueva sobre el tema de la plena participación en la vida de Dios: el amor compartido en la solidaridad concreta es lo que nos permite participar en el don de la resurrección.
  


Vídeo del día:
http://www.youtube.com/watch?v=-sBOiYRKG7s&feature=channel&list=UL

Lecturas:
http://www.aciprensa.com/calendario/calendario.php?dia=1&mes=7&ano=2012


jueves, 28 de junio de 2012

LA FE DE LA MUJER


La escena es sorprendente. El evangelista Marcos presenta a una mujer desconocida como modelo de fe para las comunidades cristianas. De ella podrán aprender cómo buscar a Jesús con fe, cómo llegar a un contacto sanador con él y cómo encontrar en él la fuerza para iniciar una vida nueva, llena de paz y salud.
A diferencia de Jairo, identificado como "jefe de la sinagoga" y hombre importante en Cafarnaún, esta mujer no es nadie. Solo sabemos que padece una enfermedad secreta, típicamente femenina, que le impide vivir de manera sana su vida de mujer, esposa y madre.
Sufre mucho física y moralmente. Se ha arruinado buscando ayuda en los médicos, pero nadie la ha podido curar. Sin embargo, se resiste a vivir para siempre como una mujer enferma. Está sola. Nadie le ayuda a acercarse a Jesús, pero ella sabrá encontrarse con él.
No espera pasivamente a que Jesús se le acerque y le imponga sus manos. Ella misma lo buscará. Irá superando todos los obstáculos. Hará todo lo que puede y sabe. Jesús comprenderá su deseo de una vida más sana. Confía plenamente en su fuerza sanadora.
La mujer no se contenta solo con ver a Jesús de lejos. Busca un contacto más directo y personal. Actúa con determinación, pero no de manera alocada. No quiere molestar a nadie. Se acerca por detrás, entre la gente, y le toca el manto. En ese gesto delicado se concreta y expresa su confianza total en Jesús.
Todo ha ocurrido en secreto, pero Jesús quiere que todos conozcan la fe grande de esta mujer. Cuando ella, asustada y temblorosa, confiesa lo que ha hecho, Jesús le dice: "Hija, tu fe te ha curado. Vete en paz y con salud". Esta mujer, con su capacidad para buscar y acoger la salvación que se nos ofrece en Jesús, es un modelo de fe para todos nosotros.
¿Quién ayuda a las mujeres de nuestros días a encontrarse con Jesús? ¿Quién se esfuerza por comprender los obstáculos que encuentran en la Iglesia actual para vivir su fe en Cristo "en paz y con salud"? ¿Quién valora la fe y los esfuerzos de las teólogas que, sin apenas apoyo alguno y venciendo toda clase de resistencias y rechazos, trabajan sin descanso por abrir caminos que permitan a la mujer vivir con más dignidad en la Iglesia de Jesús?
Las mujeres no encuentran entre nosotros la acogida, la valoración y la comprensión que encontraban en Jesús. No sabemos mirarlas como las miraba él. Sin embargo, con frecuencia, ellas son también hoy las que con su fe en Jesús y su aliento evangélico sostienen la vida de nuestras comunidades cristianas. 

De  Eclesalia.net

miércoles, 27 de junio de 2012

SIN GARANTÍAS


«Pero tú, Señor, no te quedes lejos; fuerza mía, ven corriendo a ayudarme» (Salmo 21)



AHÍ ESTAMOS. Curas, catequistas, padres de familia, estudiantes, mayores o jóvenes…  enfrentados una y otra vez con la tensión real de saber que nuestra fe, para muchos, es motivo de burla o, peor aún, de indiferencia. A pocos importa un mensaje que, en el mejor de los casos, se entiende como una ética para andar por la vida. Sin noticias de Dios, se titulaba una película no hace mucho. Para muchos ese sería un buen titular para hablar de nuestra época.
Y ahí, CONTRA VIENTO Y MAREA, CONTRA SILENCIO Y AUSENCIA, NOS TOCA SEGUIR PELEANDO.

De Pastoral SJ

lunes, 25 de junio de 2012

FORMACIÓN DURANTE EL VERANO.



Dos documentos  muy interesantes para formarnos durante este verano.

Uno es la carta apostólica Porta Fidei (La puerta de la fe), por la que se convoca al Año de la Fe.
http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/motu_proprio/documents/hf_ben-xvi_motu-proprio_20111011_porta-fidei_sp.html

Otro es los Lineamenta  (Directrices, en latín), de cara a la nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana
http://www.vatican.va/roman_curia/synod/documents/rc_synod_doc_20110202_lineamenta-xiii-assembly_sp.html

Aprovechemos este tiempo.

domingo, 24 de junio de 2012

AVISOS

A partir del próximo domingo, durante los meses de julio y agosto, la Eucaristía dominical será únicamente a la 1:15, y la diaria, de lunes a sábado, a las 8:30 de la tarde.
La hoja parroquial asimismo se deja de editar hasta septiembre.

El lunes 25, a las 4:30, última reunión del presente curso de Cáritas parroquial en Fátima.
Los miércoles a las 5 se mantiene la oración de silencio, con adoración del Santísimo, durante todo el verano.


sábado, 23 de junio de 2012

¿DÓNDE VA EL DINERO CUANDO SE MUERE?




Cuentan que un día se mueren todos los billetes y se van al cielo. San Pedro los recibe y piden permiso para entrar, pero les dice que ninguno de ellos puede hacerlo.
- ¡No fastidies! ¿Pero cómo que no? -dice el de 500 €- Yo soy poderoso y tengo las puertas abiertas pues en todas partes me quieren. Igual yo -dice el de 100 €- Todos me quieren tener, ¿por qué no podemos entrar? Y yo -dice el de 20 €.
- No insistan -dice San Pedro-, no pueden entrar al cielo, mmmm.... tal vez el de 5 € pueda hacerlo.....

En eso se oye un raro ruído, son todas las moneditas de 0.10, 0.20 y 0.50 céntimos que también habían muerto...
- Pasen, pasen -les dice San Pedro- Las puertas del cielo están abiertas para ustedes.
Los billetes se ponen muy enojados y reclaman, -¿por qué razón ellas que valen menos sí y nosotros no?

 San Pedro les responde:

 ¡¡¡ Porque ellas sí van a Misa  los domingos !!!

jueves, 21 de junio de 2012

12 DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO. FESTIVIDAD DE SAN JUAN BAUTISTA.

“Serás llamado profeta del Altísimo, pues irás delante del Señor a preparar sus caminos”  (Lc 1,76)


Ángel del desierto, Precursor de Cristo, último profeta y primer santo, el Bautista es una de las figuras más populares y fascinantes de la iconografía ortodoxa.

Por haber luchado valerosamente en favor de la verdad, te fue concedido anunciar con alegría a los que estaban en el abismo que había aparecido en carne humana el Dios que redime los pecados del mundo.  (Tropario de la fiesta ortodoxa)


Sabemos que la misión de Juan el Bautista fue sobre todo preparar el camino a Jesús. De ahí que valga la pena meditar sobre el deber de preparar la venida de Jesús tanto en las almas como en la historia. Es éste un deber que incumbe a cada verdadero creyente. Preparar es más que anunciar. Es preciso poner al servicio de Jesús y de su proyecto salvífico no sólo las palabras, sino toda la vida. Desde esta perspectiva podemos captar el sentido de la presencia de Juan el Bautista en los comienzos de la historia evangélica: con su comportamiento penitencial, Juan quiso hacer comprender a sus contemporáneos que había llegado el tiempo de la gran decisión; a saber, la de estar del lado de Jesús o en contra de él.
Con el bautismo de penitencia, Juan quería hacer comprender que había llegado el tiempo de cambiar de ruta, de invertir el sentido de la marcha, precisa y exclusivamente a causa de la inminente llegada del Mesías-Salvador. Con su predicación, Juan el Bautista quería sacudir la pereza y la inedia de demasiada gente de su tiempo, que de otro modo ni siquiera se habría dado cuenta de la presencia de una novedad desconcertante, como fue la de Jesús. Ahora bien, fue sobre todo con su «pasión» como Juan el Bautista preparó a sus contemporáneos para recibir a Jesús: precisamente para decirnos también a nosotros que no hay preparación auténtica para la acogida de Jesús si ésta no pasa a través de la entrega de nosotros mismos, a través de la Pascua.

Vídeo del día:

Lecturas de la fiesta:


POR QUÉ TANTO MIEDO


La barca en la que van Jesús y sus discípulos se ve atrapada por una de aquellas tormentas imprevistas y furiosas que se levantan en el lago de Galilea al atardecer de algunos días de verano. Marcos describe el episodio para despertar la fe de las comunidades cristianas que viven momentos difíciles.
El relato no es una historia tranquilizante para consolarnos a los cristianos de hoy con la promesa de una protección divina que permita a la Iglesia pasear tranquila a través de la historia. Es la llamada decisiva de Jesús para hacer con él la travesía en tiempos difíciles: "¿Por qué sois tan cobardes? ¿Aún no tenéis fe?".
Marcos prepara la escena desde el principio. Nos dice que "era al atardecer". Pronto caerán las tinieblas de la noche sobre el lago. Es Jesús quien toma la iniciativa de aquella extraña travesía:"Vamos a la otra orilla". La expresión no es nada inocente. Les invita a pasar juntos, en la misma barca, hacia otro mundo, más allá de lo conocido: la región pagana de la Decápolis.
De pronto se levanta un fuerte huracán y las olas rompen contra la frágil embarcación inundándola de agua. La escena es patética: en la parte delantera, los discípulos luchando impotentes contra la tempestad; a popa, en un lugar algo más elevado, Jesús durmiendo tranquilamente sobre un cojín.
Aterrorizados, los discípulos despiertan a Jesús. No captan la confianza de Jesús en el Padre. Lo único que ven en él es una increíble falta de interés por ellos. Se les ve llenos de miedo y nerviosismo: "Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?".
Jesús no se justifica. Se pone de pie y pronuncia una especie de exorcismo: el viento cesa de rugir y se hace una gran calma. Jesús aprovecha esa paz y silencio grandes para hacerles dos preguntas que hoy llegan hasta nosotros: "¿Por qué sois tan cobardes? ¿Aún no tenéis fe?".
¿Qué nos está sucediendo a los cristianos? ¿Por qué son tantos nuestros miedos para afrontar estos tiempos cruciales, y tan poca nuestra confianza en Jesús? ¿No es el miedo a hundirnos el que nos está bloqueando? ¿No es la búsqueda ciega de seguridad la que nos impide hacer una lectura lúcida, responsable y confiada de estos tiempos? ¿Por qué nos resistimos a ver que Dios está conduciendo a la Iglesia hacia un futuro más fiel a Jesús y su Evangelio? ¿Por qué buscamos seguridad en lo conocido y establecido en el pasado, y no escuchamos la llamada de Jesús a "pasar a la otra orilla" para sembrar humildemente su Buena Noticia en un mundo indiferente a Dios, pero tan necesitado de esperanza. 

De  Eclesalia.net

martes, 19 de junio de 2012

IMPERCEPTIBLE

La Luz, que nadie conoció,
la Luz, más allá del tiempo,
la Luz, oculta al mundo,
brilla, ¡la vi en tus ojos!

Amor, que siempre perseguí,
amor, bajado del cielo,
amor, infinitamente,
vida, inefable rostro.

Eres, a nada comparable.
Eres, y te reconocí.
Eres, fuente inagotable.
Te das, hermoso tesoro.

La paz, en la cual descanso,
la paz, plenitud y gozo,
la paz, la que siempre soñé,
fluye, divino venero

libre, libertad inefable,
libre, más aún que el viento,
libre, quiero adorarte,
sin fin, corazón volando.

                          Abraham de la Cruz

domingo, 17 de junio de 2012

BLUES Y RELIGIÓN. SON HOUSE (2)

Son House

En una entrada anterior (2 de junio) comentaba la relación, a menudo tormentosa, entre el blues y la religión.
Hoy quiero mostrar un ejemplo clásico de un blues con contenido religioso. Se trata de Preachin' blues, de Son House, uno de los maestros del blues de entreguerras, grabado hacia 1930.
La letra comenta que él quiere hacerse predicador de la iglesia baptista, y así no tendría que trabajar (sic), pero que el blues le ha robado el alma y, aunque lo intenta con todas sus fuerzas y reza todo lo que puede, el alcohol y las mujeres se lo impiden.

En mi habitación me arrodillé para rezar:
el blues me robó el alma.
oh, si me poseyera la religión, Señor, este mismo día,
pero las mujeres y el whisky no me dejarían rezar.
........

oh, desearía tener  un pedazo de cielo propio,
Señor Todopoderoso!- si tuviera un pedazo de cielo propio,
entonces, le daría a todas mis mujeres un hogar feliz y duradero.

Concluye el tema cantando el siguiente verso

Voy a predicar el blues, a elegir mi sitio y sentarme,
                             cuando el Espíritu llegue, hermanas, quiero que saltéis arriba y abajo.

Son House mantuvo toda su vida esta lucha entre el blues, que le poseía, y la necesidad de redención a través de una fe que le podría liberar de sus demonios particulares (whisky y mujeres).
Escuchemos su voz rota acompañada de la guitarra en este maravilloso blues




AVISOS SEMANA 18 DE JUNIO

Lunes 18
4:30 reunión grupo Cáritas parroquial en Fátima
Miércoles 20
5:00 oración de silencio con exposición del Santísimo.
Jueves 21
6:30 reunión grupo de enfermos y ancianos en el despacho parroquial.

El papa Benedicto XVI ha convocado para el próximo curso 2012-13 "El año de la fe". Su carta de invitación a los cristianos acerca de este tema se puede encontrar en
http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/motu_proprio/documents/hf_ben-xvi_motu-proprio_20111011_porta-fidei_sp.html

Con motivo del 25 aniversario de la instauración de nuestra parroquia por parte del obispo Mauro Rubio, se está organizando una semana llena de actos y uno de ellos será el 20 de octubre la visita a las Edades del Hombre en Oña (Burgos). Toda persona interesada se puede apuntar en el despacho a partir del día 21 de junio.


viernes, 15 de junio de 2012

11 DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

"Habitaré en la casa del Señor todos los días de mi vida"  (Sal 26,4)




Padre, de quien procede todo don, que sigues sembrando y haciendo crecer tu Reino de paz y amor entre nosotros, haznos colaboradores de esta obra tuya a través de la fe que suscitas en nosotros. Haz que seamos siempre conscientes de que no son nuestros medios ni nuestras fatigas los que difunden en el mundo el Evangelio de tu Cristo, que lleva al hombre a la salvación. Mantennos unidos a él, que nos ha hecho sus testigos, y concédenos la fuerza de su santo Espíritu para que seamos capaces de asumir compromisos animosos en tu santa Iglesia, a fin de renovarla con humildad y paciencia. 

Vídeo del día:

Lecturas:


jueves, 14 de junio de 2012

EL CORAZÓN DE JESÚS




La imagen de un Jesús repeinado, triunfante y frío ha vaciado una devoción que es síntesis de nuestra fe: la encarnación de un Dios implicado de tú a tú con la humanidad, que no observa pasivamente sino que se “remanga”, camina a nuestro lado, haciendo su corazón carne a la vera del sufriente. En ese horizonte nace el encuentro y brota una oración bellísima de liturgia cotidiana, que habla de un amor infinito, gratuito, sincero y de diario.
 Nos dicen de Dios que “ve con ojos de misericordia”, que tiene un corazón como el nuestro. ¿Qué tiene eso que ver con la misericordia? Hija del latín, es la unión de miser (viene a significar desdicha) y cor-cordis (corazón), y traduce la imagen del corazón cercano al sufrimiento, a la debilidad. Proyecta la capacidad para poner el corazón en medio de la desgracia ajena. Esto es mirar el sufrimiento cara a cara,  con el centro dónde guardamos lo que amamos, lo que nos cautiva. Con el corazón.
Entregarse por alguien; sostener al que llora; vivir con gratuidad; perdonar; comprometerse, construir... son formas de poner el corazón en juego, de practicar misericordia, de AMAR. Quizás esto nos ayude a dar sentido a la fiesta del Sagrado Corazón.
Esta devoción invita a dejarse acompañar por Él; no buscar su lógica sino dejarnos descansar en ella, expresión de la plegaria que nuestras abuelas recogían en un murmullo:"Corazón de Jesús, en Vos confío"; supone confiarse a sus manos. Vivir día a día la Contemplación para alcanzar amor de San Ignacio. Ser conscientes de que somos infinitamente queridos, esperados, acompañados… y entonces, entender que el amor de verdad no supone conquista, sino entrega a los demás, supone lanzarse, apostar, abrazar, acoger… como el corazón de Jesús.



miércoles, 13 de junio de 2012

CON HUMILDAD Y CONFIANZA


 A Jesús le preocupaba mucho que sus seguidores terminaran un día desalentados al ver que sus esfuerzos por un mundo más humano y dichoso no obtenían el éxito esperado. ¿Olvidarían el reino de Dios? ¿Mantendrían su confianza en el Padre? Lo más importante es que no olviden nunca cómo han de trabajar.
Con ejemplos tomados de la experiencia de los campesinos de Galilea, les anima a trabajar siempre con realismo, con paciencia y con una confianza grande. No es posible abrir caminos al Reino de Dios de cualquier manera. Se tienen que fijar en cómo trabaja él.
Lo primero que han de saber es que su tarea es sembrar, no cosechar. No vivirán pendientes de los resultados. No les han de preocupar la eficacia ni el éxito inmediato. Su atención se centrará en sembrar bien el Evangelio. Los colaboradores de Jesús han de ser sembradores. Nada más.
Después de siglos de expansión religiosa y gran poder social, los cristianos hemos de recuperar en la Iglesia el gesto humilde del sembrador. Olvidar la lógica del cosechador que sale siempre a recoger frutos y entrar en la lógica paciente del que siembra un futuro mejor.
Los comienzos de toda siembra siempre son humildes. Más todavía si se trata de sembrar el Proyecto de Dios en el ser humano. La fuerza del Evangelio no es nunca algo espectacular o clamoroso. Según Jesús, es como sembrar algo tan pequeño e insignificante como "un grano de mostaza" que germina secretamente en el corazón de las personas.
Por eso, el Evangelio solo se puede sembrar con fe. Es lo que Jesús quiere hacerles ver con sus pequeñas parábolas. El Proyecto de Dios de hacer un mundo más humano lleva dentro una fuerza salvadora y transformadora que ya no depende del sembrador. Cuando la Buena Noticia de ese Dios penetra en una persona o en un grupo humano, allí comienza a crecer algo que a nosotros nos desborda.
En la Iglesia no sabemos en estos momentos cómo actuar en esta situación nueva e inédita, en medio de una sociedad cada vez más indiferente a dogmas religiosos y códigos morales. Nadie tiene la receta. Nadie sabe exactamente lo que hay que hacer. Lo que necesitamos es buscar caminos nuevos con la humildad y la confianza de Jesús.
Tarde o temprano, los cristianos sentiremos la necesidad de volver a lo esencial. Descubriremos que solo la fuerza de Jesús puede regenerar la fe en la sociedad descristianizada de nuestros días. Entonces aprenderemos a sembrar con humildad el Evangelio como inicio de una fe renovada, no transmitida por nuestros esfuerzos pastorales, sino engendrada por él.

De  Eclesalia.net

martes, 12 de junio de 2012

CONSEJO PARROQUIAL

Última reunión del curso 2011-2012

MANDA EL CAPITAL. POR AHORA.




Ni en sus más inspirados sueños habría podido Platón imaginar una idea tan sumamente física: el ser humano perece esclavo frente a la sombra del capital. Salvo las relaciones cercanas, todas las demás están supeditadas a este aspecto.
El mundo ya no se configura en naciones sino en empresas; no hay estabilidad geográfica sino inestabilidad mercantil. Es por eso que cualquier relación humana, más allá de las de rostro y corazón, está mediatizada por instituciones. El capital nos deshumaniza, nos separa, crea entes de apariencia real que dicen servirnos para tratar de convertirnos en siervos.
Capital, empresa, mercado, institución, son conceptos con los que desayunamos cada día en pro de un supuesto desarrollo del país; pero vacíos de humanidad, no tienen en cuenta a la persona en sus circunstancias y arrasan con el individuo y la comunidad.
Lo importante para ellos es el “máximo beneficio”, pero procuran no ser descarados diciéndonos que nos quieren, que están a nuestro lado, que buscan lo mejor para nosotros, que nos dan el mayor interés o que apoyan causas solidarias. Sabemos sus nombres propios porque no tienen pudor en repetirlos por todos los medios. Su objetivo es el veneno que nos esclaviza y aniquila. Siempre el “máximo beneficio” caiga quien caiga.
De la caverna de Platón hubo un preso que logró salir; sabemos lo que le pasó cuando regresó a contar a sus compañeros lo que había visto fuera de la cueva. Quiero pensar que nuestra historia no termina así. Quiero creer que en todos hay un poso de trascendencia que nos despierta. Conozco personas que inician el ascenso fuera de esta esclavitud, que tienen iniciativas liberadoras, que proponen un pensamiento alternativo, que son capaces de movilizar conciencias, que tratan como personas. Manda el capital. Por ahora.

       De  Eclesalia.net


lunes, 11 de junio de 2012

VIVE SENCILLAMENTE


La fiesta del Cuerpo y Sangre  del Señor nos invita a examinar nuestra caridad. O nuestro egoísmo. A redescubrir la templanza y la austeridad  para compartir nuestros bienes con los necesitados que viven junto a nosotros.
La templanza ha sido alabada por los pensadores de todos los siglos. A Cicerón se atribuye la sentencia que reza: “La templanza es un gran capital”.  Quevedo pudo añadir que “Mucho peligro corre todo lo que templanza no tiene”.  
Sin embargo, en épocas de prosperidad la virtud de la templanza parece ser una virtud olvidada. Hasta su mismo nombre suena extraño y desoído. Llegados los tiempos de la crisis no nos acostumbramos a vivir con sencillez y austeridad. No sabemos renunciar.
Es preciso rescatar el valor antropológico de la templanza. En nuestros tiempos hay pocas palabras más desprestigiadas que las de "renuncia" o "abnegación". En un mundo que busca la eficacia a corto plazo, pase lo que pase y pese a quien pese, la renuncia parece inhumana por antiproductiva. 
Y, sin embargo, la renuncia no es la virtud de los que se conforman con poco, sino la expresión del sueño de los que aspiran a todo lo que de verdad vale. La abnegación no es un barato consuelo para beatos: es el esfuerzo valeroso de aquellos que están dispuestos a dar un poco por el todo. El hombre que no ha aprendido a renunciar, nunca segará un trigal ni vendimiará una viña.
 Para San Agustín, “la templanza es aquella virtud del alma que modera y reprime el deseo de aquellas cosas que se apetecen desordenadamente”.
En un sermón cuaresmal, San Juan de Ávila contrapone al consejo de San Pedro el del mismo demonio: “Hermanos, dice el príncipe de los apóstoles, sed templados. Tiene mucha razón por cierto. ¡Qué de males causa este comer! ¡A cuántos derriba el enemigo! Hácelos hartar hasta no más, y vase riendo de ellos, y envía a otro peor que él, y dice: ‘¡Cuál te lo dejo! Ve tú y tiéntalo como quisieres, que bueno queda y aparejado para todo lo que de él quisieres hacer’”   
El ser humano vive ante lo otro, los otros y el absolutamente Otro. En cada una de esas relaciones, adquieren un puesto importante los valores tutelados por la virtud de la templanza:
• Con relación a lo otro, se impone vivir el sentido de la sobriedad, como signo del señorío del hombre frente a las cosas que lo rodean. La austeridad de la vida y la superación de la fiebre consumista son signos que reflejan la comprensión de una persona que sabe valorar su libertad.
•  Con relación a los otros el ejercicio de la templanza refleja el valor de la fraternidad y de la solidaridad con los más necesitados. 
• Respecto al Absolutamente Otro, vivir en la templanza significa aprender a descubrir un espacio y un sentido para la adoración gratuita. La templanza es la respuesta valiente y generosa frente a todas las tentaciones de idolatría.
El lema de Cáritas nos invita a vivir con sobriedad y a pensar en las necesidades de los demás: "Vive sencillamente para que otros sencillamente puedan vivir" .

                                                                        José-Román Flecha Andrés

domingo, 10 de junio de 2012

AVISOS SEMANA 11 DE JUNIO

Lunes 11
Reunión Cáritas 4:30 parroquia de Fátima
Miércoles 13
Oración de silencio a las 5:00
Jueves 14
Exposición Santísimo a las 7:30
Viernes 15
Fiesta del Sagrado Corazón a las 8:00

viernes, 8 de junio de 2012

CORPUS EN LA CIUDAD ABIERTA


Las calles españolas se adornan estos días para el Corpus. La estampa parece extraña en una sociedad cada vez más laica. Hay quienes, desde la indiferencia religiosa, ven pasar la custodia eucarística como auténticos voyeurs.
Por las costuras de esta sociedad que busca lo ecléctico en el escenario público, asoma la trascendencia. Cada vez son más pequeños los recorridos y se va arrinconando la manifestación pública en favor de la fiesta cívica.
Un maratón popular, la fiesta del Orgullo Gay, la entrada de la selección española por la Gran Vía madrileña, la victorias futbolísticas en Cibeles o Neptuno, ocupan calles con frecuencia.
Este domingo, los cristianos salen a la calle cantando y rezando. No sé si muchos sabrán ver que, tras lo que pueda parecer un boato fuera del tiempo, se ocultan muchas manos samaritanas que acogen y recogen cada día a los más pobres en esas procesiones que, en el silencio, se celebran junto a la soledad, la enfermedad y la miseria.
Son otras procesiones del Corpus que recorren con unción las grandes avenidas del sufrimiento, alejadas del turismo. Una cosa no quita lo otro, aunque no debiera ocultarlo.

De  Vida Nueva

jueves, 7 de junio de 2012

10 de JUNIO: SANTÍSIMOS CUERPO Y SANGRE DE CRISTO

"Mi cuerpo es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida"  (Jn 6,55)





«Tomad y comed; esto es mi cuerpo... Tomad y bebed; ésta es mi sangre... Mi cuerpo es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida... » Estas palabras de Jesús sintetizan todo el misterio eucarístico. También Pablo dirá: « Prestad atención antes de acercaros a este alimento y a esta bebida: que no os ocurra la desgracia de comer y beber sin alimentaros y sin calmar vuestra sed». También la Iglesia nos recomienda precisamente esta toma de conciencia cuando nos dice “saber-pensar a quién se va a recibir”. En realidad, si lo pensamos bien, el alimento es tal en la medida en que «se pierde-desaparece- muere para convertirse-llegar-a-ser» carne de nuestra carne y sangre de nuestra sangre. Para expresarlo con la imagen evangélica: si el grano de trigo se niega a morir enterrado, se vuelve imposible la espiga. Con la participación en el Pan eucarístico, el hombre viejo debe morir—dejarse asimilar por el Hombre nuevo, o el-alimento-ya-no-es-tal. La eucaristía es una «angostura» tremenda que no perdona. Jesús dirá: « Quien se alimenta de mí debe vivir-de-mí, por-mí». Tal vez sean éstas las palabras más graves, las palabras que implican mayor responsabilidad para quienes participan activamente en la Eucaristía. Es la madre que vive-de/para-los-hijos, de/para-el-esposo porque está toda unificada-gravitada- concentrada. De este modo, los pensamientos-puntos de vista-centros de interés-mentalidad de quienes participan (= tomar parte) en la eucaristía “deben” convertirse en los de Cristo: para que podamos llamarnos «cristianos». 


Vídeo:
http://www.youtube.com/watch?v=AQkq9Uexq78&feature=channel&list=UL

Lecturas del día:
http://www.aciprensa.com/calendario/calendario.php?dia=10&mes=6&ano=2012


miércoles, 6 de junio de 2012

ES POSIBLE OTRO AFRONTAMIENTO DE LA CRISIS MINISTERIAL ( 2 )


 II PARTE
Jesús Martínez Gordo

La diócesis de Udine. 
El año 1997 el arzobispo de Udine, A. Battisti, comunicaba su decisión, largamente madurada, de favorecer e impulsar la figura del coordinador parroquial. Lo hacía mediante una carta que, fechada el 15 de agosto del mismo año, llevaba el significativo título de “el coordinador parroquial. Identidad, tareas, formación”. En esta carta, después de clarificar las tareas específicas e insustituibles del sacerdote, señalaba que el coordinador parroquial “participa” de la cura pastoral del párroco o arcipreste (CIC 517 & 2), colaborando con él en la elaboración del programa de actuación, encontrando agentes pastorales, precisando los servicios que se les van a confiar, favoreciendo su formación teológica y pastoral y, sobre todo, promoviendo la colaboración recíproca entre todos ellos.
El coordinador pastoral es elegido de entre los miembros del consejo parroquial o (si esto no fuera posible) de entre los agentes de pastoral, de manera que pueda ser “reconocible y reconocido” por la comunidad. El párroco lo presenta al obispo, a quien corresponde su nombramiento. La encomienda se realiza por un quinquenio y es renovable. El obispo indica en el nombramiento las tareas que le confía, habida cuenta de su capacidad y de su disponibilidad.
El servicio es normalmente gratuito, pero la comunidad debe comprometerse a pagar los gastos que resulten de tal prestación, así como la formación necesaria para su capacitación, los desplazamientos y la asistencia sanitaria o la seguridad social al coordinador que no la tuviera. Si el trabajo exigiera media dedicación o dedicación plena se ha de prever una retribución adecuada a sus necesidades, previo acuerdo con los servicios de la curia. Estos son extremos que se han de clarificar antes de recibir el nombramiento episcopal.

El obispo, al presentar esta decisión a la diócesis, decía en una nota: “me hago cargo de que muchas comunidades no son conscientes todavía del momento delicado de nuestra archidiócesis ni del cambio radical de mentalidad que esto requiere. Pero sería grave y culpable omisión por mi parte como obispo y de vosotros sacerdotes y fieles, no ponernos con responsabilidad pastoral a la escucha de lo que el Espíritu dice a nuestra iglesia, para ayudarle a responder a los graves desafíos de nuestro tiempo”.
El 22 de noviembre de 1998, el arzobispo de Udine, Mons. A. Battisti, entregaba públicamente, en la Catedral, el nombramiento de cooperadores pastorales a 32 laicos, a 6 comunidades religiosas femeninas y a 4 religiosos a título individual que se unían a 8 diáconos permanentes enviados en los años anteriores a otras tantas parroquias de la diócesis.

Recientemente, la diócesis de Udine ha refirmado la importancia de esta responsabilidad que ha tipificado como “referente pastoral”: “un cristiano laico, hombre o mujer, que se compromete responsablemente en promover y coordinar la actividad pastoral que se le confía, por el bien de la comunidad parroquial o de la unidad pastoral”. Es una figura ministerial que se desglosa, en unos casos, como “referente de la comunidad” (coordinador de las actividades pastorales de las parroquias en las que el párroco no reside de manera estable) y, en otros, como “referente de la unidad pastoral” (referencia para los trabajadores pastorales de cada uno de los cinco ámbitos en los se articula la actividad de la unidad pastoral: liturgia, catequesis, caridad, juventud y familia).

La diócesis de Bolzano-Bressanone. Mons. Egger, obispo de esta diócesis hasta su fallecimiento en 2008, reconocía la importancia de la vía abierta por la diócesis de Udine, pero subrayaba la necesidad de estrenar una nueva, más carismática. Y se inspiraba para ello en el modo como Pablo identificaba a sus colaboradores y como descubría la estructura que dar a la comunidad.
Si Pablo fuera obispo de Bolzano-Bressanone, venía a sostener, Mons. Egger, muy probablemente tendría presentes estos cuatro criterios en el discernimiento ministerial:

1.- El criterio territorial. También las pequeñas parroquias de montaña tienen derecho a mantener su propia identidad y sería una decisión errónea pretender unificarlas con otras más grandes sólo por cuestiones de burocracia eclesiástica. Antes de llegar a tal extremo hay que invitarlas a que reconozcan los servicios y los carismas que ya se ejercitan en su seno, posibilitando -si es necesario- reconocimientos formales de los mismos. La parroquia es la forma más inmediata de acceso al Evangelio y de anuncio del mismo. No es de recibo perder tal preciada mediación.

2.- El criterio carismático. Los laicos reconocidos o llamados a desempeñar una responsabilidad pastoral tienen un camino que andar y no todos han de aproximarse al perfil de quien, por ejemplo, es convocado a desempeñar una tarea con plena dedicación, con una formación teológica completa y con posibilidades de hacer una carrera eclesiástica. Habrá algunos que tengan que presentar este perfil, pero los animadores o gestores de las comunidades locales y otras posibles figuras no tienen por qué ajustarse a él. Por otra parte, no se han de ignorar los riesgos que corren los más profesionalizados: su perfil puede acabar estando desmedidamente referido al de un modelo de trabajo socialmente aceptado (dedicación horaria, sindicación, exigencias laborales, etc.) y desconocer la dimensión espiritual de esta dedicación.

3.- El criterio institucional. No hay que forzar los procesos si no se quiere acabar obteniendo los efectos contrarios a los deseados (tales como un nuevo laicado clericalizado) o perpetuar nuestras actuales deficiencias eclesiales. Hay que inventar algo que sea efectivamente una anticipación del futuro, lo que frecuentemente requiere paciencia histórica y no necesita de tanta mediación institucional.

4.- El criterio personal. Los guías de la comunidad han de ser personas capaces de establecer y mantener relaciones regulares y personales. Este tipo de relación ha sido siempre el punto más importante de la tarea pastoral y ahora tal carisma se encuentra, en buena medida, en los laicos que moderan los consejos pastorales. Y, de manera especial, en aquellos que son capaces de interpretar la voluntad de la comunidad cristiana y contribuyen decisivamente para que avance unida.

El resultado de este proceso de discernimiento abierto en su día por Mons. Egger ha sido una articulación mixta entre la figura del laico con encomienda pastoral y la de un equipo ministerial.

En el primer caso, un laico (llamado “asistente pastoral”) es nombrada por el obispo diocesano como “responsable parroquial” para que desempeñe (bajo la moderación de un presbítero) las tareas y servicios requeridos por la pastoral parroquial. En las unidades pastorales con más 3.500 habitantes este asistente tiene una dedicación a tiempo pleno. Es pagado por las parroquias y la diócesis colabora mediante una contribución.

El equipo pastoral, por su parte, presenta dos modalidades:

a.- en las parroquias con sacerdote residente funciona como un apoyo del mismo. Normalmente, lo forman los miembros del Consejo Parroquial y les compete –bien sea grupal o individualmente- el acompañamiento y la formación de los voluntarios, el apoyo de cuantas iniciativas se estimen oportunas, el debate de todos los problemas específicos que puedan surgir, la propuesta de nuevas iniciativas, la atención a sectores específicos y determinados de la vida pastoral, etc.

b.- en las parroquias (o suma de parroquias) sin un presbítero residente, el obispo les confía responsabilidades específicas y bien concretas en determinadas áreas pastorales. Uno de sus miembros asume el papel de guía del equipo pastoral.

domingo, 3 de junio de 2012

ES POSIBLE OTRO AFRONTAMIENTO DE LA CRISIS MINISTERIAL

El foro de curas de Vizcaya, en su blog, ha colocado una interesante entrada acerca de la organización diocesana y la crisis ministerial. Copio literalmente la primera parte del comunicado, para en próximos días poner la segunda parte. El que desee acceder al blog lo tiene en


http://baf-fcb.blogspot.com.es/

Remodelación y coraje pastoral 
Es posible otro afrontamiento de la crisis ministerial

PRIMERA PARTE
 Jesús Martínez Gordo

          Son constataciones comunes a las Iglesias europeas el aumento de las parroquias sin sacerdote residente, el descenso y envejecimiento de sus presbiterios, la caída de la práctica religiosa y sacramental, la creciente minorización sociológica de la pertenencia eclesial, la movilidad de los fieles, la aparición del fin de semana como tiempo de descanso y la emergencia de una cultura laica.

          Hacia una iglesia minoritaria en una sociedad crecientemente indiferente.La suma de todos estos datos arroja una nueva situación sociológica marcada por la pérdida de la situación –hasta el presente- hegemónica de la iglesia católica. Parece estar verificándose en una buena medida el pronóstico que efectuara Y. M. Congar hace ya más de un cuarto de siglo cuando sostuvo que se caminaba hacia una situación en la que la Iglesia sería de nuevo minoritaria en un mundo crecientemente pagano o (lo que viene a ser lo mismo) en un contexto sociocultural cada día más indiferente, increyente, agnóstico, ateo o, como mucho, ocasionalmente practicante. La pertenencia a la Iglesia va camino de ser una decisión minoritaria, a la vez que más personal y responsable.

         Sin embargo, este diagnóstico del teólogo francés –acertado en el fondo- necesita ser matizado en dos puntos: el primero, referido a la condición de minoría de la iglesia y, el segundo, para precisar lo que se entiende por “paganismo”. En primer lugar, es cierto que la Iglesia ya ha pasado a lo largo de su historia por una situación semejante, pero es preciso reconocer que el escenario en el que nos estamos adentrando no deja de ser una inquietante novedad para una institución cuya existencia ha transcurrido (durante la mayor parte de su historia) en un régimen hegemónico y en unas condiciones sociológicas en las que lo realmente extraño y sorprendente era no ser cristiano o católico. Y si es cierto que esta constatación –de la que se empieza a ser consciente de una u otra manera– obliga a repensar muchas pautas de comportamiento, mediaciones y estrategias hasta no hace poco incuestionados e incuestionables, no deja de ser menos cierto que la comunidad cristiana no parece estar preparada ni mentalizada para proceder al cambio de perspectiva que demanda.

            Y, en segundo lugar, es preciso recordar que no se va a regresar a una situación de paganismo puro y duro, sino de secularización coexistente con una religión difusa. Quizá el ejemplo más patente de esta amplia religiosidad sociológica y bajísima pertenencia efectiva es la que arrojan los datos estadísticos, por ejemplo, de la iglesia en  Suiza donde el 5 % de sus ciudadanos se declara ateo, el 80 % cristianos y, sin embargo, sólo entre el 5 y el 10 % son practicantes. Algo de esto empieza a ocurrir en algunas iglesias locales de España, particularmente en Cataluña y en el País Vasco.

            Entre ser resto o residuo. La  Iglesia se está jugando su ser o no ser según el camino que se emprenda. Si, por ejemplo, la estrategia que se asume es la de la inhibición (esperando a que los tiempos mejoren o a que llegue el momento de la jubilación sin mayores sobresaltos), se están poniendo las bases para que la comunidad cristiana acabe siendo un residuo ya que la tarea que se desempeñe consistirá, en el mejor de los casos, en mantener lo actualmente existente.

            En la estrategia inhibicionista lo importante es cuidar y mantener la agrupación sociológica de creyentes (sean éstos permanentes u ocasionales) ya que son ellos quienes garantizan lo imprescindible para que una parroquia (o una agrupación de varias de ellas) pueda seguir funcionando, aunque sea bajo mínimos: un horario de acogida y de despacho, la atención a las demandas cultuales (particularmente, sacramentos de la iniciación, así como funerales, misas de salida y eucaristía dominical) y una economía lo más saneada posible. No suele haber más pretensiones, por ejemplo, en una buen parte de las remodelaciones (frecuentemente entendidas como mera y simple agrupación de parroquias) que se han realizado en muchas diócesis.

           La estrategia inhibicionista es propia, sobre todo, de quienes no desean complicarse para nada la vida ni pagar los costos que supondría dejar a las generaciones futuras un proyecto de remodelación con el que salir, al menos, al paso de lo que parece venirse irremediablemente encima.

           Ignorando la consistencia de los hechos aportados y la razonabilidad de las previsiones que se establecen, prefieren ir tirando y que sean otros (los de arriba, los de abajo o los que vengan por detrás) quienes asuman la responsabilidad y, sobre todo, los costes de tomar decisiones pastorales con un cierto coraje pastoral. Y cuando irremediablemente llegue ese momento, es muy probable que ya no quede por administrar más que una disolución o un cierre que hubiera podido ser evitado si se hubiera tenido el arrojo y la audacia evangélica requeridas en su día.

          Es más que evidente que el peligro que no logra eludir esta estrategia es el de que lo poquito que todavía exista se vaya apagando irremediablemente. La comunidad cristiana corre alto riesgo de ser un residuo desechable, difícilmente reciclable y condenado a una irrelevancia tan dulce como segura y mortal. Hay llamadas a la moderación y a la tranquilidad que son anticipos de una liquidación en buena parte evitable.

            Pero si la opción que se adopta se decanta por favorecer el nacimiento y el acompañamiento por laicos de comunidades evangelizadoras que superen las meras agrupaciones socio-religiosas, entonces es probable que se estén poniendo los fundamentos para que emerjan de la crisis una Iglesia y unas comunidades cristianas con conciencia de ser un resto, aptas, por tanto, para hacerse presentes como fermento -desde su minoría sociológica- en la sociedad. Tales son, por ejemplo, los casos de las diócesis y de Poitiers (Francia) y de Udine y Bolzano-Bressanone (Italia).  En estas iglesia locales se ha procedido a una remodelación pastoral no en función de las posibilidades de presbiterios existentes (tal y como se está realizando, por ejemplo, en la diócesis de Bilbao y en otras muchas de España), sino en función de las necesidades de las comunidades parroquiales. En el modo y manera de actuar de esas dos iglesias locales se encuentra un “inédito viable” del que están ayunas la inmensa mayoría de las diócesis españolas y, también, las del País Vasco.

            La diócesis de Poitiers. En la diócesis de Poitiers se decantaron por potenciar –a partir del último quinquenio del siglo XX– los equipos pastorales integrados por cinco laicos que (debidamente preparados) reciben la encomienda de animar las llamadas “unidades pastorales de base”, es decir, la agrupación de dos o tres antiguas parroquias de la zona rural.

            De entre ellos, uno tiene la responsabilidad del anuncio de la fe, otro se encarga de promover la vida de oración y  un tercero de fomentar la caridad y sus obras. Estos tres laicos son designados por el Obispo. El cuarto y el quinto los eligen las unidades pastorales de base asignándoles los asuntos económicos y la coordinación del grupo. Este núcleo es ayudado en su tarea por un número de laicos que solía oscilar entre 10 y 20 personas.   Como viene siendo habitual en las diferentes iglesias locales de Francia, el obispo les confiere la misión pastoral en una celebración litúrgica.  Gracias a estos equipos de laicos han empezado a abrirse más de cien iglesias cerradas, fundamentalmente en el mundo rural.

            Lo sucedido en Poitiers es particularmente interesante por lo que supone de crítica al modo reorganizativo que ha tenido en cuenta únicamente las posibilidades de servicio presbiteral y no las necesidades de la comunidad cristiana. Cuando se procede exclusivamente reajustando las unidades pastorales en función del número de sacerdotes disponibles, resulta muy difícil eludir –como así había sucedido en esta diócesis- una desertificación pastoral.

            A los curas se les encomienda acompañar estos equipos ayudándoles a vivir su tarea a la luz del Evangelio. No se les pide que hagan funcionar estos equipos en los que, por cierto, hay laicos que lo pueden hacer muy bien, sino que favorezcan una lectura evangélica de las decisiones que van adoptando. También se les pide que sean hombres de comunión entre las diversas comunidades del arciprestazgo -sosteniéndolas y animándolas- y que tengan muy presente siempre la misión evangelizadora de la iglesia. La atención a tareas de este calado pasa por superar la tentación (muy propia de un presbiterio con una edad avanzada) de centrarse únicamente en el servicio sacramental.

            En este el marco hay que comprender que el obispo de Poitiers pidiera a los sacerdotes que no celebraran más de tres misas cada fin de semana: una el sábado a la tarde y dos los domingos. En los lugares en los que no fuera posible la presencia dominical del sacerdote, se invitaba a la gente a reunirse para rezar en su iglesia. Al actuar de esta manera testimoniaban que la fe no había muerto en ese lugar y evitaban que se creyera que la iglesia solo se abría para celebrar funerales.   La experiencia de estos años –señalaba Mons. A. Rouet en su día– ha permitido diferenciar muy bien entre la oración del domingo a la mañana y la eucaristía. Nosotros, comentaba, evitamos la expresión Asamblea Dominical en Ausencia de Presbítero (ADAP) porque son comunidades que no se reúnen en ausencia de un presbítero, sino para encontrarse con Cristo. Conviene no perder de vista que la práctica está aumentando –incluso si no hay misa cada domingo- en aquellos sitios en los que han entrado en funcionamiento estos equipos de base.

AMOR A TRES PERSONAS

Fluye, fluye de la Fuente
en alegres corrientes,
el agua se derrama
de tu amor sin medida
en el aljibe de gracias
escondido en mi seno.
En este puro venero
veo la luz de tu rostro,
tu dulzura me espera
y se me va la vergüenza
por haberme olvidado
que vivo de tu presencia.
El caos y la locura
van hostigando al mundo.
De ellos me liberaste
por una mirada tuya.
Sumergido en el hondísimo
lago de tus ojos,
una paloma celestial
en ellos se va mirando,
sus alas me dan tu soplo,
puedo oír en su canto
el eco de tu palabra,
ese fluir de arriba,
manantial de pura dicha
que me viene de tu boca
cuando voy a tu encuentro
descendiendo a oscuras
guiado por la vereda
de la fe que me donaste
una noche de otoño
a la luz de las estrellas.

                                     Abraham de la Cruz

sábado, 2 de junio de 2012

BLUES (1)

"Es ligero el equipaje, amigo, de los hijos de Dios"  (Blues del hijo de Dios)


El blues, nacido hace poco más de un siglo en el sur profundo de los Estados Unidos, en el entorno de marginalidad y represión de los negros de las grandes plantaciones de algodón, ha sido la música popular sin lugar a dudas más influyente del siglo XX.
No bien vista por los "bienpensantes" de entonces debido a tocar temas de sexo, alcohol y violencia en numerosas ocasiones, reflejo de una vida habitual de desarraigo en un medio social muy complicado, con frecuencia, directa o indirectamente, los temas tratan de Dios y del problema del mal en el mundo. 
Además, hay que tener en cuenta que numerosos cantantes de blues comenzaron en los coros de gospel de las parroquias de los pueblos de Luisiana y Mississippi y, por otra parte, no fueron pocos los que se  hicieron  predicadores, alternando la vida de vagabundeo del típico bluesman con épocas de inusitado fervor religioso.

Por su carga emotiva, el blues se puede aplicar fácilmente a la música de nuestras celebraciones, siendo especialmente atractivo para la juventud. Un ejemplo:


P.D.: Gracias, Pedro, por tus aportaciones.



viernes, 1 de junio de 2012

AVISOS SEMANA 4 DE JUNIO

Lunes 4
4:30  reunión Cáritas parroquial en Fátima
6:45  grupo formación de adultos (Gaudium et Spes) en los locales.
Martes 5
8:30  reunión Consejo parroquial en los locales para la revisión del curso 2011-2012
Miércoles 6
5:00  oración de silencio, con exposición del Santísimo.