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jueves, 28 de febrero de 2013

TERCER DOMINGO DE CUARESMA

"Bendice, alma mía, al Señor y no olvides sus beneficios"  (Sal 102,2)



      Todo es provisional en la vida del hombre, todo está ligado al tiempo: en este sentido, tanto justos
como pecadores viven en el tiempo, tiempo que es un don de Dios para ellos, un tiempo de gracia, y por ello, un tiempo abierto a la conversión. Ni el pecador empedernido ni el justo empedernido permanecerán así para siempre. Están llamados a ser "pecadores en conversión".
      Dios nos toca de muchas maneras para llevarnos a este estado de conversión. Nosotros sólo podemos prepararnos para que Dios nos toque. Fuera de la conversión estamos fuera del amor. En este caso no le quedarían al hombre más que dos posibilidades: la satisfacción de sí y la justicia propia, o una profunda insatisfacción y la desesperación.
      Fuera de la conversión no podemos estar en la presencia del verdadero Dios, pues no estaríamos junto a Dios, sino junto a uno de nuestros numerosos ídolos. Además, sin Dios, no podemos permanecer en la conversión, porque no es nunca el fruto de buenas resoluciones o del esfuerzo. Es el primer paso del amor, del Amor de Dios más que del nuestro. Convertirse es ceder al dominio insistente de Dios, es abandonarse, a la primera señal de amor que percibimos como procedente de El. Abandono en el sentido de capitulación. Si capitulamos ante Dios, nos entregamos a El. Todas nuestras resistencias se funden ante el fuego consumidor de su Palabra y ante su mirada; no nos queda ya más que la oración del profeta Jeremías: "Haznos volver a ti, Señor,  y volveremos".

                                                       A. Louf, A merced de su gracia, Madrid 1991

Precioso vídeo del día:

Lecturas de este domingo:




ANTES QUE SEA TARDE


Había pasado ya bastante tiempo desde que Jesús se había presentado en su pueblo de Nazaret como Profeta, enviado por el Espíritu de Dios para anunciar a los pobres la Buena Noticia. Sigue repitiendo incansable su mensaje: Dios está ya cerca, abriéndose camino para hacer un mundo más humano para todos.
Pero es realista. Jesús sabe bien que Dios no puede cambiar el mundo sin que nosotros cambiemos. Por eso se esfuerza en despertar en la gente la conversión: “Convertíos y creed en esta Buena Noticia”. Ese empeño de Dios en hacer un mundo más humano será posible si respondemos acogiendo su proyecto.
Va pasando el tiempo y Jesús ve que la gente no reacciona a su llamada como sería su deseo. Son muchos los que vienen a escucharlo, pero no acaban de abrirse al “Reino de Dios”. Jesús va a insistir. Es urgente cambiar antes que sea tarde.
En cierta ocasión cuenta una pequeña parábola. Un propietario de un terreno tiene plantada una higuera en medio de su viña. Año tras año, viene a buscar fruto en ella y no lo encuentra. Su decisión parece la más sensata: la higuera no da fruto y está ocupando inútilmente un terreno, lo más razonable es cortarla.
Pero el encargado de la viña reacciona de manera inesperada. ¿Por qué no dejarla todavía? Él conoce aquella higuera, la ha visto crecer, la ha cuidado, no la quiere ver morir. Él mismo le dedicará más tiempo y más cuidados, a ver si da fruto.
El relato se interrumpe bruscamente. La parábola queda abierta. El dueño de la viña y su encargado desaparecen de escena. Es la higuera la que decidirá su suerte final. Mientras tanto, recibirá más cuidados que nunca de ese viñador que nos hace pensar en Jesús, “el que ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido”.
Lo que necesitamos hoy en la Iglesia no es solo introducir pequeñas reformas, promover el “aggiornamento” o cuidar la adaptación a nuestros tiempos. Necesitamos una conversión a nivel más profundo, un “corazón nuevo”, una respuesta responsable y decidida a la llamada de Jesús a entrar en la dinámica del Reino de Dios.
Hemos de reaccionar antes que sea tarde. Jesús está vivo en medio de nosotros. Como el encargado de la viña, él cuida de nuestras comunidades cristianas, cada vez más frágiles y vulnerables. Él nos alimenta con su Evangelio, nos sostiene con su Espíritu.
Hemos de mirar el futuro con esperanza, al mismo tiempo que vamos creando ese clima nuevo de conversión y renovación que necesitamos tanto y que los decretos del Concilio Vaticano no han podido hasta hora consolidar en la Iglesia. 

De  Eclesalia.net

miércoles, 27 de febrero de 2013

LA MAYOR SABIDURÍA: EL SENTIDO COMÚN


            Sabíamos que Benedicto XVI es un hombre sabio. En el sentido más obvio de la palabra, es decir, el que posee amplios y profundos conocimientos. Ahora ha mostrado de manera eminente la otra cara de la sabiduría: la cordura, la prudencia, el sentido común. Que, sin duda, es la mejor de las sabidurías.

            Periodistas y politólogos indagan e indagarán en la búsqueda de motivos para la renuncia del Papa. En este mundo de la suspicacia y de la sospecha, es difícil atenerse a lo evidente. Se buscan motivos ocultos e inconfesables para todo. Pero lo evidente es que el Papa tiene 86 años. En plenitud de facultades psíquicas y, a lo que se ve, con  extraordinaria capacidad para tomar decisiones graves y excepcionales con plena libertad. Gracias a esa envidiable plenitud, unida a una humildad, valentía y generosidad poco comunes, ha tomado la dificilísima decisión de renunciar al Pontificado y abrir en vida el proceso sucesorio.

            Decisión en efecto muy difícil porque nadie la había tomado en los últimos 800 años. Y porque crea precedentes. Eso a lo que tanto se resisten los gobernantes de cualquier signo. Pero rasgo que distingue a los mejores, capaces de tomar en cada momento las decisiones que más convengan a las personas y a las instituciones que regentan.

            A mi modo de ver, en esta decisión se manifiesta también la talla espiritual del creyente Joseph Ratzinger. Obediente al Espíritu Santo, bien examinada su conciencia, como él mismo ha dicho, ha pensado que su renuncia era lo mejor para la Iglesia y con enorme sencillez ha hecho lo que tenía que hacer. En ello no hay ni la más mínima crítica a sus antecesores que, con distinta sensibilidad y en otras circunstancias, pensaron que tenían que hacer justamente lo contrario.

            Hace unos 37 años en nuestra Hoja Comunidad, mucho más modesta en su presentación y volumen que la actual, escribí que el Papa debería dimitir cuando la edad avanzada y la salud precaria lo aconsejaban. Me llovieron no pocas críticas. Hoy me felicito y creo que son muchos los que se felicitan por la elegante, humilde y sabia decisión del Pontífice Benedicto XVI, hoy más admirado que nunca.

                                                                    JOSÉ MARÍA YAGÜE




martes, 26 de febrero de 2013

CHARLAS CUARESMALES 1





El pasado jueves 21, en los locales de la Anunciación, Jose María Miñambres, párroco de San Juan Bautista, impartió la primera charla cuaresmal de la Unidad Pastoral acerca de La oración de Getsemaní.

EUCARISTÍA DIOCESANA PARA DAR GRACIAS A DIOS POR EL MINISTERIO PETRINO DE BENEDICTO XVI


Queridos diocesanos:

Escribo esta carta en nombre de nuestro Obispo, Don Carlos Hernández López.

Ante la noticia de la renuncia del Papa Benedicto XVI, el mismo Don Carlos escribió una nota que concluía con las siguientes palabras:
“Es de agradecer su gesto de renuncia. ¿Qué son las diversas tareas de servicio a la Iglesia, sino un dejar pasar al Señor y su obra de Redención, sin apoyarnos en nosotros mismos y sin creernos exclusivos y necesarios? Recuerda el gesto de Juan Bautista, que señaló a Jesús y desapareció, pues él “no era la luz, sino un testigo de la Luz” (Jn 1, 8). Todo un ejemplo de humildad y sabiduría evangélica tan necesaria hoy en la vida eclesial y de nuestra sociedad”.

Una vez que la renuncia se haya hecho realidad a las 20 horas del día 28 de febrero, es justo que nuestra iglesia diocesana se reúna en asamblea para celebrar la Eucaristía, presidida por nuestro Obispo, como acción de gracias por la misión pastoral de Benedicto XVI.

Citamos, por tanto, a todos los diocesanos, sacerdotes, religios@s y laicos a esta celebración que tendrá lugar el sábado 2 de marzo, a las 12,30, en la catedral nueva.

Animémonos unos a otros para participar unidos en esta acción de gracias.

“Alegraos; sed perfectos; animaos; tened un mismo sentir; vivid en paz, y el Dios del amor y de la paz estará con vosotros” (2 Co 13, 11).

                                                  Firmado: Florentino Gutiérrez. Vicario General

                                                  Salamanca, 21 de febrero de 2013

UN GIRO IMPRESCINDIBLE: INMERSIÓN EN LA PROPIA RESPONSABILIDAD


            Hablábamos la semana pasada de la necesidad de referentes. Al hilo de las palabras evangélicas puestas en boca del Padre “escuchad a mi Hijo amado”, proponíamos a Jesús como el referente necesario para el mundo de hoy. En el evangelio del próximo domingo, la propuesta es bien concreta. Veamos como reacciona Jesús ante “la noticia del día”. Eso que tanto nos interesa en la actualidad.

            Se presentan a Jesús “algunos” para contarle una barbaridad: el gobernador Pilato ha asesinado a un grupo de galileos, con el agravante de mezclar su sangre con la de las víctimas de los sacrificios al pie del Altar. La corrupción del poder no es cosa de ahora. En otros tiempos ocurrían cosas peores. Los poderosos no sólo se aprovechaban de los bienes ajenos, también disponían con demasiada frecuencia de la vida de los súbditos. Y eso por motivos triviales.

            ¿Qué responde Jesús? ¿Se une a la queja o a la protesta? Sería lo lógico ante tamaño abuso de poder. Es lo que sabemos hacer hoy: ante los Bárcenas, Urdangarín, Blanco, Método 3, etc. etc., ¿qué nos queda sino el chismorreo, siguiendo las pautas de las tertulias radiales y televisivas? O bien la manifestación callejera para protestar contra lo mal que lo están haciendo nuestros gobernantes. Sabemos que todo esto no nos lleva a ninguna parte, y que –en ocasiones- empeora las cosas (imagen pública de España, decaimiento de la autoestima, impedir las serenas y equitativas sentencias de los jueces...). Pero no encontramos otros cauces para expresar nuestro descontento sino el pataleo. Con lo que desde los medios, la calle y la tertulia vamos creando un creciente clima social de crispación, descontento y desaliento personal y colectivo.

            Jesús sugiere otra alternativa. A la brutal noticia recibida, añade el recuerdo de otra terrible calamidad: una torre que se cae y aplasta a 18 personas. Y enseguida, cambia de registro. En lugar de buscar culpables, aprovecha el momento para obligar a los oyentes a entrar dentro de sí mismos, a bucear en el yo para encontrar las propias responsabilidades.

            Podemos pasarnos la vida “echando balones fuera”, responsabilizando de todo a los adversarios, a los gobernantes, a los súbditos... Y, a la vez,  ser incapaces de la menor autocrítica. Como dicen los chinos, lo que procede es “darse un par de vueltas por la propia casa antes de querer arreglar el mundo”. Este es el camino sugerido por Jesús: “no penséis que vosotros sois mejores”.

            Y dando por supuesto lo que es obvio, que nadie es inocente, propone la parábola de la higuera que año tras año permanece estéril y no da fruto. Hay que cortarla. Queda claro que el dueño de la higuera no es ni vengativo ni impaciente. Otorga nuevos plazos. Pero, al final, cada uno tiene que dar los frutos que de él se pueden esperar según las capacidades y recursos recibidos. A esta inmersión responsable en el “yo mismo”, es a lo que se nos invita en medio de este desajustado y calamitoso mundo que nos toca vivir. Hay que examinarse sobre las propias corruptelas, desidias, pereza, caminos fáciles...Ser menos fiscales de los demás. Dar plazos. Y cambiar, es decir, dar buenos frutos. Menos lamentarse y más producir.

                                                                               JOSÉ MARÍA YAGÜE

domingo, 24 de febrero de 2013

AVISOS SEMANA 25 DE FEBRERO

Lunes 25
  - A las 4:30 reunión de los grupos de Cáritas de la Anunciación y Fátima en los locales de Fátima.
  - Reunión del grupo de Habilidades Sociales a las 4:30 en el centro de San Mateo
  - A las 7:30. reunión del grupo de Doctrina Social de la Iglesia en los locales de la Anunciación.

Martes 26
  - Se reúne el Grupo de la Legión de María a las 5:30 en los locales de San Mateo.

Miércoles 27
  - Oración de Silencio a las 5 con exposición del Santísimo en la Anunciación.

Jueves 28
  - Clases de guitarra de la UP a las 6 en los locales de la Anunciación.
  - A las 8 de la tarde, Exposición del Santísimo en San Mateo.

Sábado 2 de marzo
  - Retiro de Cuaresma de la UP en los Agustinos. Apuntarse antes del miércoles 27 en el despacho de San Mateo o en la sacristía de la Anunciación. Salimos todos juntos de la puerta de la parroquia de San Mateo.

Ejercicios de Día:  del 4 al 8 de marzo de 8 a 9:30 de la tarde en los salones parroquiales de San Juan Bautista.. Los interesados comunicarlo al párroco antes del 1 de marzo.

Ya se puede pasar por el despacho de la Anunciación de 5:30 a 6:45 de la tarde para abonar la cuota parroquial de la Anunciación del Señor. También se puede pagar por domiciliación en
Caja Duero - España   2104-0051-04-3030000876


jueves, 21 de febrero de 2013

2º DOMINGO DE CUARESMA

"El Señor es mi luz y mi salvación"  (Sal 26,1)

La Transfiguración del Señor, de Teófanes el griego (1408)

Teófanes nació en Constantinopla, la capital del Imperio Bizantino. En 1370 se mudó a Nóvgorod, y desde 1395 residió en  Moscú. Los moscovitas lo describieron como «entendido en filosofía» por su amplia erudición. Un ejemplo de su arte erudito puede verse en su icono de la Transfiguración de Jesús donde la llamativa geometría y brillo de la figura de Cristo se contrapone a la ordenada confusión de apóstoles sobre el pasaje terreno, arrojados como muñecos en las estribaciones del Monte Tabor. El balance armónico de las proporciones y las formas, sumado al uso magistral de ocres terrosos y dorados a la hoja, evocan una espiritualidad muy poderosa, y transmiten la genialidad de este relativamente desconocido pintor.
Su estilo es considerado insuperable expresivamente , en especial si se trata de pinturas monocromas. Algunos de sus contemporáneos decían que «parecía pintar con una escoba» por la ejecución tosca, definida y remarcada de sus frescos más preciados, únicos en la tradición bizantina.


El Evangelio nos dice que su rostro apareció totalmente transfigurado. Sabes muy bien que el rostro revela el corazón, revela la interioridad de un ser. Con los ojos de tu corazón contempla ese rostro, pero a través del rostro encuentra el corazón de Cristo. El rostro de Cristo expresa y revela la ternura infinita de su corazón. Cuando sientes una gran alegría, tu rostro se ilumina y refleja tu felicidad. Es un poco lo que le ha pasado a Jesús en la transfiguración.
Si escrutas el corazón de Cristo en la oración, descubrirás que la vida divina, el fuego de la zarza ardiente, estaba escondido en el fondo del mismo ser de Jesús. Por su encarnación, ha “humanizado” la vida divina para comunicártela sin que te destruya, pues nadie puede ver a Dios sin morir. En la transfiguración, esta vida resplandece con plena claridad de una manera fugaz e irradia el rostro y los vestidos de Jesús. Sobre el rostro de Cristo contemplas la gloria de Dios.
En la transfiguración, todo el peso de la gloria del Señor -es decir, la intensidad de su vida- irradia de Jesús. Las figuras de Moisés y Elías convergen hacia él. No hay que engañarse en esto: el ser mismo de Cristo hace presente al Dios tres veces santo de la zarza ardiente y al Dios íntimo y cercano del Horeb. Sin embargo, hay que aprehender toda la dimensión de la gloria de Jesús, que brilla e una manera misteriosa en su éxodo a Jerusalén, es decir, en su Pasión. En el centro mismo de su muerte gloriosa es donde Jesús libera esta intensidad de vida divina escondida en él.
La contemplación de la transfiguración te hace penetrar en el corazón del misterio trinitario, del cual la nube es el símbolo más brillante. Si aceptas en Jesús el entregar tu vida al Padre por amor, participas del beso de amor que el Padre da al Hijo.
                                              (J. Lafrance, Ora a tu Padre, Madrid 1981, 104-105)

Vídeo de la semana:

Lecturas del día:



miércoles, 20 de febrero de 2013

REUNIÓN CÁRITAS DE LA UP


Ayer día 19 de febrero, nos reunimos los dos grupos de Cáritas de la Unidad Pastoral, para revisar la marcha de los grupos, comunicar la experiencia personal y hablar acerca de la pastoral socio-caritativa en la UP, así como de los retos de futuro que nos plantea la actual crisis del sistema económico y social que padecemos, y cómo dar respuesta a las situaciones que vivimos en la atención que prestamos.

ESCUCHAR A JESÚS


Los cristianos de todos los tiempos se han sentido atraídos por la escena llamada tradicionalmente “La transfiguración del Señor”. Sin embargo, a los que pertenecemos a la cultura moderna no se nos hace fácil penetrar en el significado de un relato redactado con imágenes y recursos literarios, propios de una “teofanía” o revelación de Dios.

Sin embargo, el evangelista Lucas ha introducido detalles que nos permiten descubrir con más realismo el mensaje de un episodio que a muchos les resulta hoy extraño e inverosímil. Desde el comienzo nos indica que Jesús sube con sus discípulos más cercanos a lo alto de una montaña sencillamente “para orar”, no para contemplar una transfiguración.

Todo sucede durante la oración de Jesús: “mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió”. Jesús, recogido profundamente, acoge la presencia de su Padre, y su rostro cambia. Los discípulos perciben algo de su identidad más profunda y escondida. Algo que no pueden captar en la vida ordinaria de cada día.
En la vida de los seguidores de Jesús no faltan momentos de claridad y certeza, de alegría y de luz. Ignoramos lo que sucedió en lo alto de aquella montaña, pero sabemos que en la oración y el silencio es posible vislumbrar, desde la fe, algo de la identidad oculta de Jesús. Esta oración es fuente de un conocimiento que no es posible obtener de los libros.

Lucas dice que los discípulos apenas se enteran de nada, pues “se caían de sueño” y solo “al espabilarse”, captaron algo. Pedro solo sabe que allí se está muy bien y que esa experiencia no debería terminar nunca. Lucas dice que “no sabía lo que decía”.

Por eso, la escena culmina con una voz y un mandato solemne. Los discípulos se ven envueltos en una nube. Se asustan pues todo aquello los sobrepasa. Sin embargo, de aquella nube sale una voz: “Este es mi Hijo, el escogido. Escuchadle”. La escucha ha de ser la primera actitud de los discípulos.

Los cristianos de hoy necesitamos urgentemente “interiorizar” nuestra religión si queremos reavivar nuestra fe. No basta oír el Evangelio de manera distraída, rutinaria y gastada, sin deseo alguno de escuchar. No basta tampoco una escucha inteligente preocupada solo de entender.

Necesitamos escuchar a Jesús vivo en lo más íntimo de nuestro ser. Todos, predicadores y pueblo fiel, teólogos y lectores, necesitamos escuchar su Buena Noticia de Dios, no desde fuera sino desde dentro. Dejar que sus palabras desciendan de nuestras cabezas hasta el corazón. Nuestra fe sería más fuerte, más gozosa, más contagiosa.

De  Eclesalia.net


martes, 19 de febrero de 2013

PROGRAMA CUARESMAL 2013




VÍSPERAS DE CUARESMA DE LUNES A JUEVES
La Anunciación a las 7:15
San Mateo a las 8 de la tarde

TODOS LOS VIERNES: MEDITACIÓN DEL VÍA CRUCIS
La Anunciación a las 6:15
San Mateo a las 7 de la tarde

TRES MEDITACIONES ACERCA DE LA PASIÓN DE CRISTO
Lugar: Centro de la Anunciación a las 8 de la tarde.

            21 DE FEBRERO JUEVES:
            Huerto de Getsemaní: José María Miñambres (sacerdote)

            6 DE MARZO MIÉRCOLES
            Las negaciones de Pedro: José María Yagüe (sacerdote)

            25 DE MARZO LUNES SANTO
            Camino del calvario: religioso/a

RETIRO ESPIRITUAL DE CUARESMA
Sábado 2 de marzo de 10:30 a 6 de la tarde en los Agustinos
Salida desde San Mateo a las 10 de la mañana. Apuntarse previamente en el despacho
de San Mateo antes del día 26 de febrero.
Lo imparte D. Miguel Castellanos Soto, religioso franciscano párroco de San Francisco
y Santa Clara.

CAMINO DE ESPERANZA
Domingo 17 de marzo, de 9:30 a 7:15 de la tarde.

CELEBRACIONES PENITENCIALES
20 de marzo en la Anunciación del Señor a las 7:15
21 de marzo en San Mateo a las 8 de la tarde.


AUSENCIA DE REFERENTES


            Ante el vacío interior de nuestra sociedad, cuando faltan referentes y todo se confía a la técnica y a la razón, es más necesario que nunca abrirse al misterio. Los problemas humanos y sociales de nuestro mundo, a pesar de (o precisamente por)  los recursos de que disponemos, nos ponen sobre aviso: hay que buscar las soluciones más adentro, en lo interior del hombre. Y, sobre todo, sin perder la relación psicológica con la fuente de la vida, con el misterio que nos envuelve.

            La cantilena de algunos progresistas es echar la culpa de los males a la religión, que funcionaría como cortapisa a la libertad humana. Pienso, por el contrario, que tenía más razón  Benjamín Franklin cuando se preguntaba: “si los hombres son tan perversos teniendo religión, ¿cómo serían sin ella? Las sociedades modernas más avanzadas presumen (salvo quizá los EE.UU. de América) de secularismo y laicidad.

            ¿Hay alguien que pueda mostrar que un hombre sin Dios y una sociedad sin religión son mejores, más nobles, más libres? De verdad, ¿alguien puede pensar con honestidad que el machismo, la violencia de género, la prostitución, los abortos masivos, la muerte de inocentes, el tráfico de armas, el terrorismo, la delincuencia, la corrupción al uso… son obra o consecuencia de las religiones? Anda, ya…

            Sin duda, uno de los grandes problemas de nuestra época es la falta de referentes. Padres, maestros, dirigentes sociales ven mermada su autoridad. Jóvenes y súbditos en general se encuentran perdidos, sin hallar salidas a los graves problemas que los aquejan (falta de trabajo, incertidumbre ante el futuro, corrupción...). También la Iglesia  se ve privada de credibilidad, sin la cual resultan vanos todos los esfuerzos para realizar su misión dirigida precisamente a suscitar la fe. ¿Qué fe puede suscitar un testigo carente de toda credibilidad?

            El referente fundamental nos lo presenta el Evangelio del domingo próximo. Jesucristo en oración. Jesucristo transfigurado. Jesucristo presentado por el Padre como el Hijo a quien hay que escuchar. Hoy escuchamos muchas cosas, estamos en la civilización del ruido y de la imagen. Pero hay que escuchar más adentro. Hay que atreverse a apagar TV, radios y móviles, para escuchar la voz interior. En ella podemos escuchar a Dios mismo. Y transfigurarnos a imagen de Cristo. Quien no se trans-figura acaba por des-figurarse. ¿No es esto lo que está ocurriendo?

            Y hablando de referentes: no se pierdan a ese anciano de 86 años que conocemos como Benedicto XVI. Después de 800 años, ha tomado por primera vez la tremenda decisión que parecía imposible: renunciar al Papado. A su sabiduría teológica ha unido eso tan poco común que es el sentido común. Y ha sido valiente creando un precedente insospechado. No ha tentado a Dios, pretendiendo contar con una asistencia especial y milagrosa del Espíritu Santo, que no es exigible cuando no se utilizan bien todos los recursos y capacidades naturales. Se ha sentido sin fuerzas y se ha dicho a sí mismo y nos ha dicho a todos: en el sano ejercicio de la responsabilidad y, sobre todo, de la autoridad hay que saber retirarse a tiempo. ¡Cuántos en la Iglesia y en la sociedad civil deberíamos tomar ejemplo!

                                                                                   JOSÉ MARÍA YAGÜE

domingo, 17 de febrero de 2013

AVISOS SEMANA 18 DE FEBRERO

Lunes 18
- A las 4:30, reunión de Cáritas de la Anunciación y Fátima en los locales de Fátima.
- Grupo de Mayores a las 5 en el centro de la Anunciación.

Martes 19
- Se reúne el grupo de la Legión de María a las 5:30 en los locales de San Mateo

Miércoles 20
- A las 5, Oración de Silencio con exposición del Santísimo en la Anunciación.

Jueves 21
- Exposición del Santísimo a las 6:15 en la Anunciación
- Clases de guitarra de la UP de 6 a 8 en los locales de la Anunciación.

A partir del lunes 21, después de la Eucaristía de la Anunciación y San Mateo, rezo de Vísperas de lunes a jueves. Los viernes, meditación del Vía Crucis.

Cuota parroquial de la Anunciación
Ya se puede pasar por el despacho de la Anunciación de 5:30 a 6:45 de la tarde para abonar la cuota parroquial. También se puede pagar por domiciliación bancaria en
Caja Duero - España   2104-0051-04-3030000876

OPERACIÓN BOCATA DE MANOS UNIDAS
El jueves 21 se celebra la Operación Bocata.
Todas las personas interesadas en colaborar con embutidos, jamón de york, mortadela, queso, fiambres, etc. (tortilla de patatas no), se pueden entregar el día 20 míércoles en la Iglesia de la Anunciación de 5:30 a 6:45, o en la de San Mateo de 6 a 7:30.


jueves, 14 de febrero de 2013

PRIMER DOMINGO DE CUARESMA

"Ésta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe"  (1Jn 5,4b)



           “A sus ángeles ha dado órdenes para que te guarden en tus caminos” (Sal 90,11). El diablo conoce bien esta promesa porque la supo utilizar en la hora más álgida de la tentación; sabe bien cuál es nuestra fuerza y nuestra debilidad. Pero no tenemos nada que temer si permanecemos a la sombra del trono del Altísimo.

           Mientras estemos cimentados en Cristo, participaremos de su seguridad; él ha hecho añicos el poder de Satanás [...] y de ahora en adelante los espíritus malignos, en vez de tener poder sobre nosotros, tiemblan y se espantan a la vista de un verdadero cristiano. Pues saben que poseen lo que les hace vencedores; que pueden, si quieren, mofarse de ellos y ponerlos en fuga. Los espíritus malignos lo saben bien y lo tienen muy presente en lodos sus asaltos; sólo el pecado les da poder sobre ellos, y su gran empeño consiste en hacerles pecar, en sorprenderles en el pecado, sabiendo que no hay otro modo de vencerlos. Por eso, hermanos míos, no seamos ignorantes de sus planes, sino, conociéndolos bien, vigilemos, oremos, ayunemos, permanezcamos bajo las alas de Altísimo, que es nuestro escudo y auxilio.

                                                          (J. H. Newman, Sermoni liturgici, Fossano, s.f., 144)

Vídeo de la semana:

Lecturas del día:


miércoles, 13 de febrero de 2013

MIÉRCOLES DE CENIZA



NUESTRAS TENTACIONES HOY


           
           El aire social en España hoy se está volviendo irrespirable. La queja, unida a la indignación, crece y crece. Evidentemente no faltan razones. Cada día te encuentras con más personas que han ido al paro, con ínfimas compensaciones, o que están amenazados de caer en esa fosa. De la que cada día es más difícil salir.     Mientras tanto, los políticos disfrutan de sus suculentos sueldos. Naturalmente ellos no se perjudican a sí mismos ni a sus amigos. Otros, porque han tenido la fortuna de trabajar en Bancos ruinosos y receptores de dinero público, pueden prejubilarse a los 53 o 54 años asegurando su futuro. Nos alegramos por ellos, pero el agravio comparativo con los que se van a la calle sin nada y sin futuro laboral es evidente.

            Empresas públicas, tales como los Paradores y otras, son pésimamente gestionadas. En lugar de profesionales que saben de qué va el asunto, los directivos son familiares y amigos de políticos (“floreros”), con altos salarios, ruinosos para sus empresas. ¿Con el fin de privatizarlas o por simple ignorancia e incompetencia?

            Este ambiente de inconformismo extenso e intenso está plenamente justificado. Lo reconocen hasta los mismos responsables de las medidas conducentes a esta situación. Pero son incapaces de moralizarla. ¿Aguantaremos los españolitos más desmadres y por más tiempo?

            Las tentaciones en este momento se diversifican por los extremos. Caer en la resignación y el “nada podemos hacer”. Lejos, muy lejos está la resignación de ser el comportamiento ético exigible en estos momentos. No podemos dejar las manos libres a los responsables de esto para que sigan gozando de impunidad en sus desmadres.

            Por el otro extremo, estaría la tentación revolucionaria del “quítate tú para que me ponga yo”. Estaríamos en lo mismo si la oposición mantiene iguales o parecidos niveles de corrupción y desinterés por el bien nacional, es decir, el cuidado de los pobres, parados y creciente número de marginados. No nos infunden ninguna confianza quienes mantienen sus privilegios y, ni desde el gobierno ni desde la oposición, han hecho nada para buscar reformas y salidas eficaces a la crisis.

            Lo exigible es que la autoridad sea ejercida como servicio a los pobres. Porque no estamos contra la autoridad sino todo lo contrario. No entendemos de ninguna manera que se quieran justificar, por ejemplo, los desmanes de un alcalde que roba en un supermercado y que sea absuelto, por más que trate de explicarse. Abogamos por reforzar el principio de autoridad, pero no con medidas autoritarias o arbitrarias, sino con el sometimiento a las leyes justas de quienes ostentan o detentan el poder y, sobre todo, a los principios constitucionales que deberían ser más exigibles: que todos los ciudadanos somos iguales en dignidad y derechos ante la Ley. Esto es lo que exigimos ver puesto en práctica ya. Y basta de robo de guante blanco e impunidad para los infractores merced a las habituales dilaciones y tergiversaciones de la “Injusticia Española”.

                                                                  JOSÉ MARÍA YAGÜE CUADRADO

NO DESVIARNOS DE JESÚS


Las primeras generaciones cristianas se interesaron mucho por las pruebas y tensiones que tuvo que superar Jesús para mantenerse fiel a Dios y vivir siempre colaborando en su proyecto de una vida más humana y digna para todos.
El relato de las tentaciones de Jesús no es un episodio cerrado, que acontece en un momento y en un lugar determinado. Lucas nos advierte que, al terminar estas tentaciones, “el demonio se marchó hasta otra ocasión”. Las tentaciones volverán en la vida de Jesús y en la de sus seguidores.
Por eso, los evangelistas colocan el relato antes de narrar la actividad profética de Jesús. Sus seguidores han de conocer bien estas tentaciones desde el comienzo, pues son las mismas que ellos tendrán que superar a lo largo de los siglos, si no quieren desviarse de él.
En la primera tentación se habla de pan. Jesús se resiste a utilizar a Dios para saciar su propia hambre: “no solo de pan vive el hombre”. Lo primero para Jesús es buscar el reino de Dios y su justicia: que haya pan para todos. Por eso acudirá un día a Dios, pero será para alimentar a una muchedumbre hambrienta.
También hoy nuestra tentación es pensar solo en nuestro pan y preocuparnos exclusivamente de nuestra crisis. Nos desviamos de Jesús cuando nos creemos con derecho a tenerlo, y olvidamos el drama, los miedos y sufrimientos de quienes carecen de casi todo.
En la segunda tentación se habla de poder y de gloria. Jesús renuncia a todo eso. No se postrará ante el diablo que le ofrece el imperio sobre todos los reinos del mundo: “Al Señor, tu Dios, adorarás”. Jesús no buscará nunca ser servido sino servir.
También hoy se despierta en algunos cristianos la tentación de mantener, como sea, el poder que ha tenido la Iglesia en tiempos pasados. Nos desviamos de Jesús cuando presionamos las conciencias tratando de imponer a la fuerza nuestras creencias. Al reino de Dios le abrimos caminos cuando trabajamos por un mundo más compasivo y solidario.
En la tercera tentación se le propone a Jesús que descienda de manera grandiosa ante el pueblo, sostenido por los ángeles de Dios. Jesús no se dejará engañar:“No tentarás al Señor, tu Dios”. Aunque se lo pidan, no hará nunca un signo espectacular del cielo. Solo hará signos de bondad para aliviar el sufrimiento y las dolencias de la gente.
Nos desviamos de Jesús cuando confundimos nuestra propia ostentación con la gloria de Dios. Nuestra exhibición no revela la grandeza de Dios. Solo una vida de servicio humilde a los necesitados manifiesta su Amor a todos sus hijos. 

De  Eclesalia.net

martes, 12 de febrero de 2013

RENUNCIO




Queridísimos hermanos:
Os he convocado a este Consistorio, no sólo para las tres causas de canonización, sino también para comunicaros una decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia.
Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino. Soy muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando.
Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de San Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado.
Por esto, siendo muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, que me fue confiado por medio de los Cardenales el 19 de abril de 2005, de forma que, desde el 28 de febrero de 2013, a las 20.00 horas, la sede de Roma, la sede de San Pedro, quedará vacante y deberá ser convocado, por medio de quien tiene competencias, el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice.
Queridísimos hermanos, os doy las gracias de corazón por todo el amor y el trabajo con que habéis llevado junto a mí el peso de mi ministerio, y pido perdón por todos mis defectos.
Ahora, confiamos la Iglesia al cuidado de su Sumo Pastor, Nuestro Señor Jesucristo, y suplicamos a María, su Santa Madre, que asista con su materna bondad a los Padres Cardenales al elegir el nuevo Sumo Pontífice. Por lo que a mi respecta, también en el futuro, quisiera servir de todo corazón a la Santa Iglesia de Dios con una vida dedicada a la plegaria.

Vaticano, 10 de febrero 2013


domingo, 10 de febrero de 2013

MENSAJE DE BENEDICTO XVI PARA LA CUARESMA


Creer en la caridad suscita caridad
«Hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él» (1 Jn 4,16)

 Queridos hermanos y hermanas:
La celebración de la Cuaresma, en el marco del Año de la fe, nos ofrece una ocasión preciosa para meditar sobre la relación entre fe y caridad: entre creer en Dios, el Dios de Jesucristo, y el amor, que es fruto de la acción del Espíritu Santo y nos guía por un camino de entrega a Dios y a los demás.
1. La fe como respuesta al amor de Dios
En mi primera Encíclica expuse ya algunos elementos para comprender el estrecho vínculo entre estas dos virtudes teologales, la fe y la caridad. Partiendo de la afirmación fundamental del apóstol Juan: «Hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él» (1 Jn 4,16), recordaba que «no se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva... Y puesto que es Dios quien nos ha amado primero (cf. 1 Jn 4,10), ahora el amor ya no es sólo un “mandamiento”, sino la respuesta al don del amor, con el cual Dios viene a nuestro encuentro» (Deus caritas est, 1). La fe constituye la adhesión personal ―que incluye todas nuestras facultades― a la revelación del amor gratuito y «apasionado» que Dios tiene por nosotros y que se manifiesta plenamente en Jesucristo. El encuentro con Dios Amor no sólo comprende el corazón, sino también el entendimiento: «El reconocimiento del Dios vivo es una vía hacia el amor, y el sí de nuestra voluntad a la suya abarca entendimiento, voluntad y sentimiento en el acto único del amor. Sin embargo, éste es un proceso que siempre está en camino: el amor nunca se da por “concluido” y completado» (ibídem, 17). De aquí deriva para todos los cristianos y, en particular, para los «agentes de la caridad», la necesidad de la fe, del «encuentro con Dios en Cristo que suscite en ellos el amor y abra su espíritu al otro, de modo que, para ellos, el amor al prójimo ya no sea un mandamiento por así decir impuesto desde fuera, sino una consecuencia que se desprende de su fe, la cual actúa por la caridad» (ib., 31a). El cristiano es una persona conquistada por el amor de Cristo y movido por este amor ―«caritas Christi urget nos» (2 Co 5,14)―, está abierto de modo profundo y concreto al amor al prójimo (cf. ib., 33). Esta actitud nace ante todo de la conciencia de que el Señor nos ama, nos perdona, incluso nos sirve, se inclina a lavar los pies de los apóstoles y se entrega a sí mismo en la cruz para atraer a la humanidad al amor de Dios.
«La fe nos muestra a Dios que nos ha dado a su Hijo y así suscita en nosotros la firme certeza de que realmente es verdad que Dios es amor... La fe, que hace tomar conciencia del amor de Dios revelado en el corazón traspasado de Jesús en la cruz, suscita a su vez el amor. El amor es una luz ―en el fondo la única― que ilumina constantemente a un mundo oscuro y nos da la fuerza para vivir y actuar» (ib., 39). Todo esto nos lleva a comprender que la principal actitud característica de los cristianos es precisamente «el amor fundado en la fe y plasmado por ella» (ib., 7).
2. La caridad como vida en la fe
Toda la vida cristiana consiste en responder al amor de Dios. La primera respuesta es precisamente la fe, acoger llenos de estupor y gratitud una inaudita iniciativa divina que nos precede y nos reclama. Y el «sí» de la fe marca el comienzo de una luminosa historia de amistad con el Señor, que llena toda nuestra existencia y le da pleno sentido. Sin embargo, Dios no se contenta con que nosotros aceptemos su amor gratuito. No se limita a amarnos, quiere atraernos hacia sí, transformarnos de un modo tan profundo que podamos decir con san Pablo: ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí (cf. Ga 2,20).
Cuando dejamos espacio al amor de Dios, nos hace semejantes a él, partícipes de su misma caridad. Abrirnos a su amor significa dejar que él viva en nosotros y nos lleve a amar con él, en él y como él; sólo entonces nuestra fe llega verdaderamente «a actuar por la caridad» (Ga 5,6) y él mora en nosotros (cf. 1 Jn 4,12).
La fe es conocer la verdad y adherirse a ella (cf. 1 Tm 2,4); la caridad es «caminar» en la verdad (cf. Ef 4,15). Con la fe se entra en la amistad con el Señor; con la caridad se vive y se cultiva esta amistad (cf. Jn 15,14s). La fe nos hace acoger el mandamiento del Señor y Maestro; la caridad nos da la dicha de ponerlo en práctica (cf. Jn 13,13-17). En la fe somos engendrados como hijos de Dios (cf. Jn 1,12s); la caridad nos hace perseverar concretamente en este vínculo divino y dar el fruto del Espíritu Santo (cf. Ga 5,22). La fe nos lleva a reconocer los dones que el Dios bueno y generoso nos encomienda; la caridad hace que fructifiquen (cf. Mt 25,14-30).
3. El lazo indisoluble entre fe y caridad
A la luz de cuanto hemos dicho, resulta claro que nunca podemos separar, o incluso oponer, fe y caridad. Estas dos virtudes teologales están íntimamente unidas por lo que es equivocado ver en ellas un contraste o una «dialéctica». Por un lado, en efecto, representa una limitación la actitud de quien hace fuerte hincapié en la prioridad y el carácter decisivo de la fe, subestimando y casi despreciando las obras concretas de caridad y reduciéndolas a un humanitarismo genérico. Por otro, sin embargo, también es limitado sostener una supremacía exagerada de la caridad y de su laboriosidad, pensando que las obras puedan sustituir a la fe. Para una vida espiritual sana es necesario rehuir tanto el fideísmo como el activismo moralista.
La existencia cristiana consiste en un continuo subir al monte del encuentro con Dios para después volver a bajar, trayendo el amor y la fuerza que derivan de éste, a fin de servir a nuestros hermanos y hermanas con el mismo amor de Dios. En la Sagrada Escritura vemos que el celo de los apóstoles en el anuncio del Evangelio que suscita la fe está estrechamente vinculado a la solicitud caritativa respecto al servicio de los pobres (cf. Hch 6,1-4). En la Iglesia, contemplación y acción, simbolizadas de alguna manera por las figuras evangélicas de las hermanas Marta y María, deben coexistir e integrarse (cf. Lc 10,38-42). La prioridad corresponde siempre a la relación con Dios y el verdadero compartir evangélico debe estar arraigado en la fe (cf. Audiencia general 25 abril 2012). A veces, de hecho, se tiene la tendencia a reducir el término «caridad» a la solidaridad o a la simple ayuda humanitaria. En cambio, es importante recordar que la mayor obra de caridad es precisamente la evangelización, es decir, el «servicio de la Palabra». Ninguna acción es más benéfica y, por tanto, caritativa hacia el prójimo que partir el pan de la Palabra de Dios, hacerle partícipe de la Buena Nueva del Evangelio, introducirlo en la relación con Dios: la evangelización es la promoción más alta e integral de la persona humana. Como escribe el siervo de Dios el Papa Pablo VI en la Encíclica Populorum progressio, es el anuncio de Cristo el primer y principal factor de desarrollo (cf. n. 16). La verdad originaria del amor de Dios por nosotros, vivida y anunciada, abre nuestra existencia a aceptar este amor haciendo posible el desarrollo integral de la humanidad y de cada hombre (cf. Caritas in veritate, 8).
En definitiva, todo parte del amor y tiende al amor. Conocemos el amor gratuito de Dios mediante el anuncio del Evangelio. Si lo acogemos con fe, recibimos el primer contacto ―indispensable― con lo divino, capaz de hacernos «enamorar del Amor», para después vivir y crecer en este Amor y comunicarlo con alegría a los demás.
A propósito de la relación entre fe y obras de caridad, unas palabras de la Carta de san Pablo a los Efesios resumen quizá muy bien su correlación: «Pues habéis sido salvados por la gracia mediante la fe; y esto no viene de vosotros, sino que es un don de Dios; tampoco viene de las obras, para que nadie se gloríe. En efecto, hechura suya somos: creados en Cristo Jesús, en orden a las buenas obras que de antemano dispuso Dios que practicáramos» (2,8-10). Aquí se percibe que toda la iniciativa salvífica viene de Dios, de su gracia, de su perdón acogido en la fe; pero esta iniciativa, lejos de limitar nuestra libertad y nuestra responsabilidad, más bien hace que sean auténticas y las orienta hacia las obras de la caridad. Éstas no son principalmente fruto del esfuerzo humano, del cual gloriarse, sino que nacen de la fe, brotan de la gracia que Dios concede abundantemente. Una fe sin obras es como un árbol sin frutos: estas dos virtudes se necesitan recíprocamente. La cuaresma, con las tradicionales indicaciones para la vida cristiana, nos invita precisamente a alimentar la fe a través de una escucha más atenta y prolongada de la Palabra de Dios y la participación en los sacramentos y, al mismo tiempo, a crecer en la caridad, en el amor a Dios y al prójimo, también a través de las indicaciones concretas del ayuno, de la penitencia y de la limosna.
4. Prioridad de la fe, primado de la caridad
Como todo don de Dios, fe y caridad se atribuyen a la acción del único Espíritu Santo (cf. 1 Co13), ese Espíritu que grita en nosotros «¡Abbá, Padre!» (Ga 4,6), y que nos hace decir: «¡Jesús es el Señor!» (1 Co 12,3) y «¡Maranatha!» (1 Co 16,22; Ap 22,20).
La fe, don y respuesta, nos da a conocer la verdad de Cristo como Amor encarnado y crucificado, adhesión plena y perfecta a la voluntad del Padre e infinita misericordia divina para con el prójimo; la fe graba en el corazón y la mente la firme convicción de que precisamente este Amor es la única realidad que vence el mal y la muerte. La fe nos invita a mirar hacia el futuro con la virtud de la esperanza, esperando confiadamente que la victoria del amor de Cristo alcance su plenitud. Por su parte, la caridad nos hace entrar en el amor de Dios que se manifiesta en Cristo, nos hace adherir de modo personal y existencial a la entrega total y sin reservas de Jesús al Padre y a sus hermanos. Infundiendo en nosotros la caridad, el Espíritu Santo nos hace partícipes de la abnegación propia de Jesús: filial para con Dios y fraterna para con todo hombre (cf. Rm 5,5).
La relación entre estas dos virtudes es análoga a la que existe entre dos sacramentos fundamentales de la Iglesia: el bautismo y la Eucaristía. El bautismo (sacramentum fidei) precede a la Eucaristía (sacramentum caritatis), pero está orientado a ella, que constituye la plenitud del camino cristiano. Análogamente, la fe precede a la
caridad, pero se revela genuina sólo si culmina en ella. Todo parte de la humilde aceptación de la fe («saber que Dios nos ama»), pero debe llegar a la verdad de la caridad («saber amar a Dios y al prójimo»), que permanece para siempre, como cumplimiento de todas las virtudes (cf. 1 Co13,13).
Queridos hermanos y hermanas, en este tiempo de cuaresma, durante el cual nos preparamos a celebrar el acontecimiento de la cruz y la resurrección, mediante el cual el amor de Dios redimió al mundo e iluminó la historia, os deseo a todos que viváis este tiempo precioso reavivando la fe en Jesucristo, para entrar en su mismo torrente de amor por el Padre y por cada hermano y hermana que encontramos en nuestra vida. Por esto, elevo mi oración a Dios, a la vez que invoco sobre cada uno y cada comunidad la Bendición del Señor.





AVISOS SEMANA 11 DE FEBRERO

Lunes 11
- A las 4:30, reunión del grupo de Cáritas de la Anunciación y Fátima en los locales de Fátima

Miércoles 13. Miércoles de ceniza.
Celebraciones
- A las 11 de la mañana en la Iglesia de San Mateo
- A las 6 de la tarde, celebración de la Ceniza para niños, adolescentes y jóvenes y padres de catequesis en la iglesia de San Mateo.
- A las 18:45 en la iglesia de la Anunciación del Señor.
- A las 19:30 en San Mateo.

Asímismo, el miércoles 13 a las 5 de la tarde, Oración de Silencio con Exposición del Santísimo en la iglesia de la Anunciación.
También a las 20:30 se convoca al Grupo de Jóvenes en el centro de la Anunciación.

Jueves 14
- A las 18:00 horas, clase de guitarra de la UP en los locales de la Anunciación.
- A las 20:00 horas, Exposición del Santísimo en San Mateo.

Viernes 15
- A las 6 de la tarde, con motivo del Día del Enfermo, el Equipo de Pastoral de la Salud de la UP nos convoca al la oración del enfermo, en San Mateo.

La Cuota de San Mateo se puede abonar en el despacho de San Mateo de 6 a 7:30 de la tarde, o bien por ingreso en la cuenta de Caja Duero-España:   2104-0051-03-0000000991



viernes, 8 de febrero de 2013

UNA CUARESMA LIMPIA Y SOLIDARIA


Un año más vuelve la Cuaresma, tiempo de gracia, de conversión, de escucha atenta de la Palabra de Vida. Cuaresma es camino a la Pascua, no es fin, sino medio para la celebración anual del Misterio de Cristo Resucitado. Cuaresma es adentrarse en la renovación, la restauración, en el ritmo que nos ayude a volver a empezar, confesando nuestra fe bautismal, renunciando a una vida sin Dios.
Es verdad que no hay Resurrección sin antes un Viernes Santo, y que desde la luz pascual el camino cuaresmal adquiere tonos bien distintos. El dolor, el sufrimiento y todas aquellas secuelas que ha dejado la corrupción del pecado, encuentran una luz nueva y radiante en el grito de la Pascua.
Pero la Cuaresma es también una ocasión propicia para la vivencia de la fraternidad. Con el ayuno, la oración y la limosna se abren vías nuevas que nos ayudan a ese renacer. El ayuno y la limosna no tienen como fin un bienestar del cuerpo, que es capaz de privarse de alimentos para armonizar la dieta, o para ayudar a la mente a una mayor fluidez, como destacan algunas corrientes espirituales, aunque también.
El ayuno y la abstinencia tienen en la Iglesia, siguiendo la tradición bíblica y patrística, un fuerte componente de solidaridad para con los más pobres y de señorío de la vida interior.
La crisis económica que azota al planeta y que adquiere particular virulencia en los sectores más débiles de la población, como son los jóvenes, los ancianos, los enfermos, los inmigrantes y las mujeres, dejando en la cuneta a muchos, hace necesario en la Iglesia una manera de estar nueva y significativa, siguiendo los criterios de austeridad y pobreza evangélica, para no ser escándalo de los más débiles.
Habría que cuidar mucho los detalles para evitar que la ostentación y el lujo en el ajuar litúrgico, en las obras innecesarias, en otros gastos superfluos, puedan ayudar a hacernos mas creíbles en una sociedad que, a veces, carece de lo necesario.
No es oportuno decir que las instituciones caritativas de la Iglesia están ayudando y excusar, así, gastos realmente suntuosos. No es por lástima; es por justicia cuanto hace Cáritas. Pero también una austeridad en la vida de los cristianos, que seamos capaces de quitarnos de la boca un poco para ayudar a muchos que atraviesan por este momento de penuria.
La Cuaresma es llamada a esta vida austera, una vida que camina con sencillez, se alimenta de lo esencial, comparte lo necesario y se llena de la Palabra de Dios, que da sentido a su vida.
Es un momento en el que la honradez en la gestión de nuestros trabajos y nuestros días reluzca como una paja brillante y dorada en la inmensidad de un granero. En tiempos en los que la corrupción en la vida pública escandaliza por su falta de honestidad, es momento de vivir desde la verdad, la caridad, la justicia y la limpieza de corazón. “Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios”.
Es la Cuaresma un tiempo propicio para revisar la cotidianidad y revestirla de austeridad que sirva de ejemplo, de justicia que ponga luz, de honestidad que devuelva el sabor de la política como servicio. En definitiva, de verdad capaz de iluminar, con luz pascual, el camino de la humanidad.

De  Vida Nueva


jueves, 7 de febrero de 2013

5º DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

"El poderoso ha hecho cosas grandes por mí, su nombre es santo"  (Lc  1,49)



El encuentro con Dios me hace entrever continuamente nuevos espacios de amor y no me hace pensar lo más mínimo en haber hecho bastante, porque el amor me impulsa y me hace entrar en la ecología de Dios, donde el sufrimiento del mundo se convierte en mi alforja de peregrino. En esta alforja hay un deseo continuo: «Señor, si quieres, envíame. Aquí estoy, dispuesto a liberar al hermano, a calmar su hambre, a socorrerle. Si quieres, envíame».
En un mundo tan poco humano, donde la gente llora por las guerras, por el hambre, el encuentro con Dios nos transforma, nos hace tener impresos en el rostro los rasgos de Dios, nos hace tener en el rostro el amor que hemos encontrado, junto con un poco de tristeza por no ver realizado este amor. Yo he encontrado al Señor, pero he encontrado asimismo nuestras miserias y, ante las más grandes injusticias -y muchas de ellas las he visto de manera directa-, nunca he podido ni he querido decir: «Dios, no eres Padre». Sólo me he visto obligado a decir justamente: «Hombre, hombre, no eres hermano». Y he vuelto a prometer a mi corazón el deseo de llegar a ser yo más fraterno, más hombre de Dios, más santo, a fin de propagar más el amor concreto que nos lleva a socorrer a los hambrientos, a las víctimas de la violencia, a los que no conocen ni siquiera sus derechos, a los que ya no se preguntan de dónde vienen ni a dónde se dirigen.
Es preciso vivir el carácter cotidiano del encuentro con él, cambiando nosotros mismos. He visto realizarse muchos sueños inesperados. Pero el acontecimiento más extraordinario, que todavía me sorprende, empezó cuando niños, jóvenes, personas de todas las edades, me eligieron como padre, como consejero y como cabeza de cordada. No me esperaba precisamente esto, y cada vez que un alma, un corazón, se confía a mí para que le aconseje, dentro de mí caigo de rodillas y me repito: «¿Quién soy yo, quién soy yo para ser digno de guiar a personas más buenas que yo? No, no soy digno, pero, Señor, por tu Palabra, también yo “me volveré red” para tu pesca milagrosa».
(E. Olivero, Amare con il cuore di Dio, Turín 1993, pp. 7-9).


Vídeo de la semana:
http://www.youtube.com/watch?v=7B1nepp2VyU

Lecturas del día:
http://www.servicioskoinonia.org/biblico/calendario/texto.php?codigo=20130210&cicloactivo=2013&cepif=0&cascen=0&ccorpus=0


miércoles, 6 de febrero de 2013

LA FUERZA DEL EVANGELIO


El episodio de una pesca sorprendente e inesperada en el lago de Galilea ha sido redactado por el evangelista Lucas para infundir aliento a la Iglesia cuando experimenta que todos sus esfuerzos por comunicar su mensaje fracasan. Lo que se nos dice es muy claro: hemos de poner nuestra esperanza en la fuerza y el atractivo del Evangelio.
El relato comienza con una escena insólita. Jesús está de pie a orillas del lago, y “la gente se va agolpando a su alrededor para oír la Palabra de Dios”. No vienen movidos por la curiosidad. No se acercan para ver prodigios. Solo quieren escuchar de Jesús la Palabra de Dios.
No es sábado. No están congregados en la cercana sinagoga de Cafarnaún para oír las lecturas que se leen al pueblo a lo largo del año. No han subido a Jerusalén a escuchar a los sacerdotes del Templo. Lo que les atrae tanto es el Evangelio del Profeta Jesús, rechazado por los vecinos de Nazaret.
También la escena de la pesca es insólita. Cuando de noche, en el tiempo más favorable para pescar, Pedro y sus compañeros trabajan por su cuenta, no obtienen resultado alguno. Cuando, ya de día, echan las redes confiando solo en la Palabra de Jesús que orienta su trabajo, se produce una pesca abundante, en contra de todas sus expectativas.
En el trasfondo de los datos que hacen cada vez más patente la crisis del cristianismo entre nosotros, hay un hecho innegable: la Iglesia está perdiendo de modo imparable el poder de atracción y la credibilidad que tenía hace solo unos años.
Los cristianos venimos experimentando que nuestra capacidad para transmitir la fe a las nuevas generaciones es cada vez menor. No han faltado esfuerzos e iniciativas. Pero, al parecer, no se trata solo ni primordialmente de inventar nuevas estrategias.
Ha llegado el momento de recordar que en el Evangelio de Jesús hay una fuerza de atracción que no hay en nosotros. Esta es la pregunta más decisiva: ¿Seguimos “haciendo cosas” desde un Iglesia que va perdiendo atractivo y credibilidad, o ponemos todas nuestras energías en recuperar el Evangelio como la única fuerza capaz de engendrar fe en los hombres y mujeres de hoy?
¿No hemos de poner el Evangelio en el primer plano de todo?. Lo más importante en estos momentos críticos no son las doctrinas elaboradas a lo largo de los siglos, sino la vida y la persona de Jesús. Lo decisivo no es que la gente venga a tomar parte en nuestras cosas sino que puedan entrar en contacto con él. La fe cristiana solo se despierta cuando las personas descubren el fuego de Jesús.

De  Eclesalia.net

martes, 5 de febrero de 2013

ECONOMÍA SAN MATEO 2012


  
I.      MOVIMIENTOS DE FONDOS EN LA PARROQUIA DE SAN MATEO EN EL AÑO  2012                                                 

   
     INGRESOS 
   
·         CUOTAS PARROQUIALES . . . . . . 12.158,02 Euros.
                                                         
·         COLECTAS PRO-PARROQUIA Y MISAS . .10.733,54   “
  
·         DONATIVOS. . . . . . . . . . . . . . .   2.478,00   “
  
·         LAMPADARIO, CEPILLO y OTROS . . . .   2.383,00  “


·         DONATIVOS PARA LOS POBRES

            DE LA PARROQUIA. . . . . . . . . . .  .  12.239,00  “

·          INTERESES CARTILLAS. . . . . .       3,60   “

·          DE 2% COLECTAS . . . . . . . . .    509,92  “ 

                                                                             
   
                  TOTAL INGRESOS AÑO 2012. . . . . .    40.505,08   Euros.


    

     GASTOS
  

·          A PERSONAL SACERDOTES . . . . . . . . . . 3.600,00  Euros.

·          ACTIVIDADES PASTORAL Y CATEQUESIS . . . .    133,81     “

·          OBRAS  Y REPARACIONES CORRIENTES. . . . .    337,59     “

·          ARREGLOS TEJADO PARROQUIA Y
                    ASFALTAMIENTO DE CALLE. . . . . . . . . .   8.492,15    “

·          SUMINISTROS,AGUA,LUZ,BASURA,GAS,TELÉFONO.  7.460,77     “

·          SUSCRIPCIONES, PERIÓDICOS, REVISTAS,
                    BOLETINES y HOJA COMUNIDAD. . . . . . . .    320,61  Euros.

·          TRIBUTOS, IMPUESTOS, CONTRIBUCIÓN
    CASAS-FINCAS . . . . . . . . . . . . . .   1.508,60     “

·          GASTOS BANCARIOS. . . . . . . . . . . . .     56,45     “

·          DONATIVOS A POBRES DE LA PARROQUIA. . . . 12.239,00     “

·          CULTO (LIMPIEZA, VINO, FORMAS, CERA, PAN,
LAUREL, FLORES) . . . . . . . . . . . . .  1.486,10  Euros.

·          GASTOS SOCIALES . . . . . . . . . . . . . 2.012,90     “

·          FOTOCOPIAS Y MATERIAL DE OFICINA. . . . .    757,80    “    

·          VARIOS. . . . . . . . . . . . . . . . . .    268,70    “


 
                    TOTAL GASTOS 2012 . . . . . . . . . . . .    38.674,48  Euros.


                
  

II.   COLECTAS DESTINADAS FUERA DE LA PARROQUIA 2012.


·         CÁRITAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . .         500,00  Euros.
·         DOMUND  . . . . . . . . . . . . . . . . . . .       1.182,00     “
·         CAMPAÑA CONTRA “EL HAMBRE”. . . . . . . . . .       4.000,00     “
·         IGLESIA DIOCESANA. . . . . .. . . . . . . . .         510,00     “
·         OPERACIÓN VIVIENDA. . . . . . . . . . . . . .       1.140,00     “
·         SANTA INFANCIA. . . . . . . . . . . . . . . .       1.050,00     
·         SANTOS LUGARES. . . . . . . . . . . . . . . .         350,00     “
·         CUERNO DE ÁFRICA. . . . . . . . . . . . . . .       4.500,00     “
 

TOTAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .      13.232,00  Euros.



III.  CÁRITAS PARROQUIAL.

     Tiene AUTONOMÍA PROPIA  y rinde CUENTAS mensualmente y en HOJA aparte.

LA JUNTA ECONÓMICA PARROQUIAL AGRADECE SU COLABORACIÓN Y TIENE A SU DISPOSICIÓN LOS LIBROS DE CUENTAS.

  

                                SALAMANCA, 31 de DICIEMBRE de 2012.

  
                                    EL PÁRROCO