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martes, 31 de julio de 2012

APEGOS



En un rincón de este mundo
me espera mi guarida.
Tú me aguardas en ella.
Estar a solas contigo.

Es mi más hondo deseo
te lo digo y lo pienso.
Dime ¿por qué no lo hago?
cuando me muero por ello.

No te cansas de esperarme.
Llevo ya tanto retraso
y además sin motivo
en un mar de incoherencias.

Será por las adherencias
que se me pegan a la piel.
Sólo tú puedes librarme,
pero me dejas muy libre.

Oculta en mi corazón
va creciendo la hoguera
que pronto va a desatarme
quemando las ataduras
que intentan retenerme.

Tú que vives en mi pecho
sopla sobre este fuego,
no me importa si muero
en este dulce incendio.

Oh amor ven a buscarme
llévame entre tus manos
hacia la morosa morada
que ilumina la llama de amor
estoy a solas contigo.

                                              Abraham de la Cruz

lunes, 30 de julio de 2012

SAN IGNACIO DE LOYOLA

Tomad, Señor, y recibid
toda mi libertad,
mi memoria,
mi entendimiento,
y toda mi voluntad,
todo mi haber y mi poseer;
Vos me lo disteis
a Vos, Señor, lo torno;
todo es vuestro,
disponed a toda
vuestra voluntad;
dadme vuestro
amor y gracia,
que ésta me basta.

                         Ignacio de Loyola,  EE nº 234

domingo, 29 de julio de 2012

EL GESTO DE UN JOVEN


De todos los gestos realizados por Jesús durante su actividad profética, el más recordado por las primeras comunidades cristianas fue seguramente una comida multitudinaria organizada por él en medio del campo, en las cercanías del lago de Galilea. Es el único episodio recogido en todos los evangelios.
El contenido del relato es de una gran riqueza. Siguiendo su costumbre, el evangelio de Juan no lo llama “milagro” sino “signo”. Con ello nos invita a no quedarnos en los hechos que se narran, sino a descubrir desde la fe un sentido más profundo.
Jesús ocupa el lugar central. Nadie le pide que intervenga. Es él mismo quien intuye el hambre de aquella gente y plantea la necesidad de alimentarla. Es conmovedor saber que Jesús no solo alimentaba a la gente con la Buena Noticia de Dios, sino que le preocupaba también el hambre de sus hijos e hijas.
¿Cómo alimentar en medio del campo a una muchedumbre numerosa? Los discípulos no encuentran ninguna solución. Felipe dice que no se puede pensar en comprar pan, pues no tienen dinero. Andrés piensa que se podría compartir lo que haya, pero solo un muchacho tiene cinco panes y un par de peces. ¿Qué es eso para tantos?
Para Jesús es suficiente. Ese joven, sin nombre ni rostro, va hacer posible lo que parece imposible. Su disponibilidad para compartir todo lo que tiene es el camino para alimentar a aquellas gentes. Jesús hará lo demás. Toma en sus manos los panes del joven, da gracias a Dios y comienza a “repartirlos” entre todos.
La escena es fascinante. Una muchedumbre, sentada sobre la hierba verde del campo, compartiendo una comida gratuita, un día de primavera. No es un banquete de ricos. No hay vino ni carne. Es la comida sencilla de la gente que vive junto al lago: pan de cebada y pescado ahumado. Una comida fraterna servida por Jesús a todos gracias al gesto generoso de un joven.
Esta comida compartida era para los primeros cristianos un símbolo atractivo de la comunidad nacida de Jesús para construir una humanidad nueva y fraterna. Les evocaba, al mismo tiempo, la eucaristía que celebraban el día del Señor para alimentarse del espíritu y la fuerza de Jesús, el Pan vivo venido de Dios.
Pero nunca olvidaron el gesto del joven. Si hay hambre en el mundo, no es por escasez de alimentos sino por falta de solidaridad. Hay pan para todos, falta generosidad para compartir. Hemos dejado la marcha del mundo en manos del poder financiero, nos da miedo compartir lo que tenemos, y la gente se muere de hambre por nuestro egoísmo irracional.

De  Eclesalia.net

jueves, 26 de julio de 2012

DOMINGO 17 DEL TIEMPO ORDINARIO

"Abres tú la mano, Señor, y nos sacias"  (Sal 44)



Jesús, con tus signos quieres hacerme conocer tu identidad de Hijo de Dios e introducirme en el misterio de tu persona y de tu misión.
Perdona mi pragmatismo, que se detiene en el interés inmediato, en la superficie de la realidad. No sé darte lo poco que poseo, pero, después, cuando con ese poco obras grandes cosas, me quedo arraigado en ello y no voy más al fondo, allí donde tú me quieres llevar. Un Dios que resuelve los problemas contingentes de la vida me va bien, pero un Dios que me propone ser siempre don total y gratuito para los otros me escandaliza. Tú me repites, Jesús, que, sin embargo, es precisamente ésa mi vocación de hijo del Padre.
Te pido, Señor, una vez más, aprender a amar en tu escuela.

Vídeo de la semana:
http://www.youtube.com/watch?v=P22gz_qP2GA&feature=channel&list=UL

Lecturas del día:
http://www.aciprensa.com/calendario/calendario.php?dia=29&mes=7&ano=2012




sábado, 21 de julio de 2012

EN EL TITANIC, LA RUINA EMPEZÓ POR ABAJO


Es ahora cuando la gente empieza a alarmarse. Recortes y amonestaciones a las economías familiares. Traven, en su novela La nave de los muertos, cuenta cómo el marinero protagonista pide al capitán diez dólares para bajar a tierra. Tras regatear, se los da, advirtiéndole que no se emborrache.
La respuesta es clara: “Esto es un insulto. Los oficiales se emborrachan dos veces al día y ahora me suelta usted un sermón para que no coja una borrachera. Jamás tomo ni una gota. No pruebo ese veneno. Soy abstemio”.
Hay que empezar por arriba, por la sala de mandos. El pueblo se sonríe cuando escucha decir al ministro Montoro que, en 2015, se aflojarán los recortes. Año electoral y, de nuevo, la feria del engaño. Ahora toca café para todos, aunque es verdad que, para algunos, con más azúcar que para otros.
“Todas las familias felices se parecen unas a otras; pero cada familia infeliz tiene un motivo especial para sentirse desgraciada”. Así empieza Anna Karenina, de Lev Tolstoi. A todos se les aprieta el cinturón, aunque hay familias que no lo podrán aguantar. Son infelices a su manera y en su desgracia.
En el Titanic, las bodegas en donde viajaban los polizones y trabajadores se anegaron antes. Arriba, en first class, seguía la orquesta con su música y el baile sin fin, contemplando el naufragio. Cada familia infeliz tiene su propio motivo para serlo.
No hay que desaprovechar esta ocasión para recuperar el renacer de las virtudes éticas clásicas en esta crisis económica y ética. Se busca que el renacer económico no quede cojo y la salida de la crisis vaya acompañada de bases más sólidas que rebajen las dosis de exceso de egoísmo, consumismo e individualismo, dando la vuelta al hiperconsumismo hedonista.
Estamos hablando de virtudes éticas como armazón del futuro. La crisis nos ha hecho más pobres, también de razones para acometer su salida. Ahí está el reto.

De  Vida Nueva

viernes, 20 de julio de 2012

16 DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

"Tú eres, Señor, el guía de tu pueblo"  (Jer 23,3)




Hoy te pido, Señor, por los poderosos de este mundo, por los hombres de gobierno, por todos los que con títulos distintos tienen la responsabilidad de guiar a otras personas. Ayúdales a vivir su tarea como servicio a los demás: que no les engañen con discursos demagógicos, que no les decepcionen con promesas imposibles de cumplir, que no les exploten haciéndoles creer que obran por el bien de todos.
Concédeles tu Espíritu para que aprendan de ti el respeto, la atención, la participación en las verdaderas necesidades de la gente.
Ayuda también a los que no están comprometidos a plena jornada en una tarea directa, política o social, a no quedarse tranquilos, a no asumir actitudes de delegación pasiva, sino a brindar su propia contribución competente y solidaria.

Vídeo del día:

Lecturas:




miércoles, 18 de julio de 2012

LA MIRADA DE JESÚS




Marcos describe con todo detalle la situación. Jesús se dirige en barca con sus discípulos hacia un lugar tranquilo y retirado. Quiere escucharles con calma, pues han vuelto cansados de su primera correría evangelizadora y desean compartir su experiencia con el Profeta que los ha enviado.
El propósito de Jesús queda frustrado. La gente descubre su intención y se les adelanta corriendo por la orilla. Cuando llegan al lugar, se encuentran con una multitud venida de todas las aldeas del entorno. ¿Cómo reaccionará Jesús?
Marcos describe gráficamente su actuación: los discípulos han de aprender cómo han de tratar a la gente; en las comunidades cristianas se ha de recordar cómo era Jesús con esas personas perdidas en el anonimato, de las que nadie se preocupa. “Al desembarcar, Jesús vio la multitud, se conmovió porque andaban como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles con calma”.
Lo primero que destaca el evangelista es la mirada de Jesús. No se irrita porque han interrumpido sus planes. Los mira detenidamente y se conmueve. Nunca le molesta la gente. Su corazón intuye la desorientación y el abandono en que se encuentran los campesinos de aquellas aldeas.
En la Iglesia hemos de aprender a mirar a la gente como la miraba Jesús: captando el sufrimiento, la soledad, el desconcierto o el abandono que sufren muchos y muchas. La compasión no brota de la atención a las normas o el recuerdo de nuestras obligaciones. Se despierta en nosotros cuando miramos atentamente a los que sufren.
Desde esa mirada Jesús descubre la necesidad más profunda de aquellas gentes: “andan como ovejas sin pastor”. La enseñanza que reciben de los maestros y letrados de la ley no les ofrece el alimento que necesitan. Viven sin que nadie cuide realmente de ellas. No tienen un pastor que las guíe y las defienda.
Movido por su compasión, Jesús “se pone a enseñarles con calma”. Sin prisas, se dedica pacientemente a enseñarles la Buena Noticia de Dios y su proyecto humanizador del reino. No lo hace por obligación. No piensa en sí mismo. Les comunica la Palabra de Dios, conmovido por la necesidad que tienen de un pastor.
No podemos permanecer indiferentes ante tanta gente que, dentro de nuestras comunidades cristianas, anda buscando un alimento más sólido que el que recibe. No hemos de aceptar como normal la desorientación religiosa dentro de la Iglesia. Hemos de reaccionar de manera lúcida y responsable. No pocos cristianos buscan ser mejor alimentados. Necesitan pastores que les transmitan la enseñanza de Jesús.

De  Eclesalia.net


domingo, 15 de julio de 2012

PROPUESTA PASTORAL NUEVA EVANGELIZACIÓN


 El pasado 19 de junio se presentó oficialmente el Instrumentum laboris de la XIII Asamblea general ordinaria del Sínodo de los Obispos sobre La Nueva Evangelización para la transmisión de la fe cristiana (7-28 octubre 2012). A poco más de tres meses de tan importante cita eclesial, estas páginas nos brindan la oportunidad de revisar todo lo que implica emprender una acción evangelizadora “novedosa”, para que su oferta pastoral llegue a interpelar realmente a nuestros contemporáneos, ya sean creyentes o no. He aquí algunas propuestas o sugerencias necesarias al hilo de este desafío.


http://www.vidanueva.es/2012/06/29/una-propuesta-pastoral-de-nueva-evangelizacion-francisco-jose-andrades-ledo/

Quien desee el documento completo, puede ponerse en contacto a través de el correo del blog

jueves, 12 de julio de 2012

15 DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

"Bendito seas, Padre, por habernos querido hijos tuyos"  (Ef 1, 3.5)




Hoy, Señor, me resulta fatigoso acoger la Palabra que me diriges: me estás diciendo que salga de mi pequeño mundo, me estás repitiendo que estar contigo no es una cuestión privada e intimista, sino camino, riesgo, apertura, comunicación, conflicto, encuentro.
Porque éstas son las consecuencias del amor con el que desde siempre me has amado y del que me has hecho testigo.
Si me miro a mí mismo y a mis fatigas, me espanto y te pido perdón por las flaquezas de mi respuesta a tu llamada. Si miro hacia ti, te bendigo, Señor, porque en tu grandioso proyecto de salvación has querido contar también conmigo. ¡A ti gloria y alabanza, oh Dios mío!

Vídeo del día:

Lecturas:




miércoles, 11 de julio de 2012

SAN BENITO




 Y el Señor, que busca su obrero entre la muchedumbre del pueblo al que dirige este llamado, dice de nuevo:  "¿Quién es el hombre que quiere la vida y desea ver días felices?" (Sal 33,13).  Si tú, al oírlo, respondes  "Yo", Dios te dice: "Si quieres poseer la vida verdadera y eterna, guarda tu lengua del mal, y que tus labios no hablen con falsedad.  Apártate del mal y haz el bien; busca la paz y síguela". (Sal 33, 14-15)
 Y si hacen esto, pondré mis ojos sobre ustedes, y mis oídos oirán sus preces, y antes de que me invoquen les diré:  "Aquí estoy".  ¿Qué cosa más dulce para nosotros, carísimos hermanos, que esta voz del Señor que nos invita? Vean cómo el Señor nos muestra piadosamente el camino de la vida.
 Ciñamos, pues, nuestra cintura con la fe y la práctica de las buenas obras, y sigamos sus caminos guiados por el Evangelio, para merecer ver en su reino a Aquel que nos llamó.

                                                      Regla de San Benito. Prólogo.

martes, 10 de julio de 2012

30.000 VISITAS



... a todos los que se han asomado a través de esta pantalla a nuestra parroquia.


España                      13.818
México                        3.124
Colombia                     1.931
Argentina                     1.502
Chile                            1.344
Venezuela                    1.026
Perú                             1.012
Estados Unidos               839
Alemania                         414
Ecuador                          377


...y a todos aquellos de otros países que no figuran en la estadística.

lunes, 9 de julio de 2012

EVANGELIZACIÓN NUEVA


En la Iglesia se siente hoy la necesidad de una nueva evangelización. ¿En qué puede consistir? ¿Dónde puede estar su novedad? ¿Qué hemos de cambiar? ¿Cuál fue realmente la intención de Jesús al enviar a sus discípulos a prolongar su tarea evangelizadora?
​El relato de Marcos deja claro que solo Jesús es la fuente, el inspirador y el modelo de la acción evangelizadora de sus seguidores. Estos actuarán con su autoridad. No harán nada en nombre propio. Son “enviados” de Jesús. No se predicarán a sí mismos: solo anunciarán su Evangelio. No tendrán otros intereses: solo se dedicarán a abrir caminos al reino de Dios.
​La única manera de impulsar una “nueva evangelización” es purificar e intensificar esta vinculación con Jesús. No habrá nueva evangelización si no hay nuevos evangelizadores, y no habrá nuevos evangelizadores si no hay un contacto más vivo, lúcido y apasionado con Jesús. Sin él haremos todo menos introducir su Espíritu en el mundo.
​Al enviarlos, Jesús no deja a sus discípulos abandonados a sus fuerzas. Les da su “autoridad”, que no es un poder para controlar, gobernar o dominar a los demás, sino su fuerza para “expulsar espíritus inmundos”, liberando a las gentes de lo que esclaviza, oprime y deshumaniza a las personas y a la sociedad.
​Los discípulos saben muy bien qué les encarga Jesús. Nunca lo han visto gobernando a nadie. Siempre lo han conocido curando heridas, aliviando el sufrimiento, regenerando vidas, liberando de miedos, contagiando confianza en Dios. “Curar” y “liberar” son tareas prioritarias en la actuación de Jesús. Darían un rostro radicalmente diferente a nuestra evangelización.
​Jesús los envía con lo necesario para caminar. Según Marcos, solo llevarán “bastón, sandalias y una túnica”​. No necesitan de más para ser testigos de lo esencial. Jesús los quiere ver libres y sin ataduras; siempre disponibles, sin instalarse en el bienestar; confiando en la fuerza del Evangelio.
​Sin recuperar este estilo evangélico, no hay nueva evangelización. Lo importante no es poner en marcha nuevas actividades y estrategias, sino desprendernos de costumbres, estructuras y servidumbres que nos están impidiendo ser libres para contagiar lo esencial del Evangelio con verdad y sencillez.
​La Iglesia ha perdido ese estilo itinerante que sugiere Jesús. Su caminar es lento y pesado. No acierta a acompañar a la humanidad. No tenemos agilidad para pasar de una cultura a otra. Nos agarramos al poder que hemos tenido. Nos enredamos en intereses que no coinciden con el reino de Dios. Necesitamos conversión.

De  Eclesalia.net

sábado, 7 de julio de 2012

BLUES Y RELIGIÓN. CHARLEY PATTON (3)


Charley Patton

Considerado por muchos como el padre del blues rural del sur de los Estados Unidos, Charley Patton, fue el prototipo del bluesman. Vagabundo, mujeriego, bebedor, pendenciero.. en fin, "un mal ejemplo" que, cuando las cosas se ponían feas se arrepentía y, sumergiéndose en la lectura de la Biblia, pretendía dedicarse a predicar el Evangelio, para después volver nuevamente a la carretera para tocar de un garito a otro.

Su última grabación, en 1934, con Bertha Lee, su compañera, tiene el sugerente título de Oh, Death, y está impregnada de la premonición de su próxima muerte:

Señor, oh, Señor, sé que no me queda mucho tiempo
será pronto por la mañana, cuando la muerte llegue a mi habitación
............
silencio, silencio, alguien me está llamando
Señor, oh, Señor, sé que no me queda mucho tiempo
............

Unas semanas después, Patton yacía en su lecho de muerte. Se pasó una semana rezando, repitiendo su oración favorita, grabada por él mismo en 1929:
“Cuando Él descienda, su cabello será cual lana de oveja y sus ojos cual llamaradas de fuego, y todos los hombres sabrán que es hijo del verdadero Dios vivo… en torno a sus hombros habrá un arcoíris y sus pies serán cual el bronce más exquisito… y levantará un árbol entre las doce clases de viandas, y sus hojas serán el pecado redimido… y tú te sentarás tras una gran roca que te amparará para siempre del viento y verás a veinticuatro ancianos que se sentarán contigo y les hablarás de tu problema y de que acabas de llegar del mundo”

Las grabaciones que nos ha llegado de él marcan un hito en la evolución del blues.
Emocionémonos escuchando Oh Death:




viernes, 6 de julio de 2012

MISERICORDIA QUIERO, NO SACRIFICIOS


De la liturgia de hoy:


Escuchad esto, los que exprimís al pobre, despojáis a los miserables, diciendo: "¿Cuándo pasará la luna nueva, para vender el trigo, y el sábado, para ofrecer el grano?" Disminuís la medida, aumentáis el precio, usáis balanzas con trampa, compráis por dinero al pobre, al mísero por un par de sandalias, vendiendo hasta el salvado del trigo. 
Aquel día -oráculo del Señor- haré ponerse el sol a mediodía, y en pleno día oscureceré la tierra. Cambiaré vuestras fiestas en luto, vuestros cantos en elegía; vestirá de saco toda cintura, quedará calva toda cabeza. Y habrá un llanto como por el hijo único, y será el final como día amargo. 
Mirad que llegan días -oráculo del Señor- en que enviaré hambre a la tierra: no hambre de pan ni sed de agua, sino de escuchar la palabra del Señor. Irán vacilantes de oriente a occidente, de norte a sur; vagarán buscando la palabra del Señor, y no la encontrarán.



                                                                                  Amós 8, 4-6. 9-12

jueves, 5 de julio de 2012

14 DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO


"Tu poder, Señor, se manifiesta plenamente en mi debilidad"  



Oh Padre, queremos darte gracias por habernos hecho precisamente así: criaturas frágiles y mortales, pero salidas de tus manos y portadoras de tu impronta. Frente a tu Palabra que llama «bienaventurados» a quienes no se escandalizan de ti y de tu Hijo, te entregamos todas nuestras dudas, nuestra incredulidad, los miedos frente a la manifestación de nuestra debilidad, que nos recuerda a renglón seguido que estamos hechos de tierra, aunque nuestro deseo sea infinito.
No queremos encontrarnos entre los que no han podido contemplar tus maravillas por estar demasiado replegados examinando nuestra propia humanidad, considerando nuestros propios límites y los de los otros: líbranos del miedo al hombre. Entréganos tu mirada de Padre y de Madre que ha engendrado su espléndida criatura, tu mirada tranquilizadora y fraterna de Salvador, solidaria con nosotros por obra del Espíritu, para acoger, en este mismo amor de perdón y compasión, a nosotros mismos y a cada hombre y mujer como inestimable don tuyo.

Vídeo de la semana:

Lecturas:


miércoles, 4 de julio de 2012

RECHAZADO ENTRE LOS SUYOS




 Jesús no es un sacerdote del Templo, ocupado en cuidar y promover la religión. Tampoco lo confunde nadie con un maestro de la Ley, dedicado a defender la Torá de Moisés. Los campesinos de Galilea ven en sus gestos curadores y en sus palabras de fuego la actuación de un profeta movido por el Espíritu de Dios.
Jesús sabe que le espera una vida difícil y conflictiva. Los dirigentes religiosos se le enfrentarán. Es el destino de todo profeta. No sospecha todavía que será rechazado precisamente entre los suyos, los que mejor lo conocen desde niño.
El rechazo de Jesús en su pueblo de Nazaret era muy comentado entre los primeros cristianos. Tres evangelistas recogen el episodio con todo detalle. Según Marcos, Jesús llega a Nazaret acompañado de un grupo de discípulos y con fama de profeta curador. Sus vecinos no saben qué pensar.
Al llegar el sábado, Jesús entra en la pequeña sinagoga del pueblo y “empieza a enseñar”. Sus vecinos y familiares apenas le escuchan. Entre ellos nacen toda clase de preguntas. Conocen a Jesús desde niño: es un vecino más. ¿Dónde ha aprendido ese mensaje sorprendente del reino de Dios? ¿De quién ha recibido esa fuerza para curar? Marcos dice que todo “les resultaba escandaloso”. ¿Por qué?
Aquellos campesinos creen que lo saben todo de Jesús. Se han hecho una idea de él desde niños. En lugar de acogerlo tal como se presenta ante ellos, quedan bloqueados por la imagen que tienen de él. Esa imagen les impide abrirse al misterio que se encierra en Jesús. Se resisten a descubrir en él la cercanía salvadora de Dios.
Pero hay algo más. Acogerlo como profeta significa estar dispuestos a escuchar el mensaje que les dirige en nombre de Dios. Y esto puede traerles problemas. Ellos tienen su sinagoga, sus libros sagrados y sus tradiciones. Viven con paz su religión. La presencia profética de Jesús puede romper la tranquilidad de la aldea.
Los cristianos tenemos imágenes bastante diferentes de Jesús. No todas coinciden con las que tenían los que lo conocieron de cerca y lo siguieron. Cada uno nos hacemos nuestra idea de él. Esta imagen condiciona nuestra forma de vivir la fe. Si nuestra imagen de Jesús es pobre, parcial o distorsionada, nuestra fe será pobre, parcial o distorsionada.
¿Por qué nos esforzamos tan poco en conocer a Jesús? ¿Por qué nos escandaliza recordar sus rasgos humanos? ¿Por qué nos resistimos a confesar que Dios se ha encarnado en un Profeta? ¿Tal vez intuimos que su vida profética nos obligaría a transformar profundamente su Iglesia?

De  Eclesalia.net

lunes, 2 de julio de 2012

¿QUÉ ES LA ORACIÓN?


Cuando dijiste: Buscad mi rostro, mi corazón te dijo: Yo busco, Señor, tu rostro. (Sal 27, 8).


La oración, si es espiritual y sincera, es al mismo tiempo llamado y respuesta, llamado divino y respuesta humana.
Este aspecto de la oración se funda sobre una importante verdad: la oración no alcanza la propia fuerza en cuanto relación efectiva con Dios sino cuando el hombre llega a la más alta conciencia de sí. Él está entonces persuadido que su alma ha sido creada a imagen de Dios, que de Él le viene su existencia y que lo que más vale de su ser es precisamente esta conciencia que tiene de su propia realidad. Llega así a captar, percibir y sentir el ser mismo de Dios.

No es posible que el hombre se conozca a sí mismo de modo verdadero, auténtico y real sin terminar en el conocimiento de Dios. Porque Dios es el creador del alma y el alma es creada a su imagen. El hombre cuando llega a tomar conciencia de su propia alma es cuando se coloca, por este mismo hecho, en presencia de la imagen divina. Además, la conciencia de sí, que es una facultad concedida al alma, es a imagen de la conciencia que Dios tiene de sí mismo. Así el camino hacia una verdadera toma de conciencia de sí es lo único que sin esfuerzo conduce a la percepción de Dios. Esta realidad es posteriormente reavivada por el re-nacimiento del hombre en el bautismo por obra del Espíritu Santo, que restituye a la conciencia, desfigurada por el pecado, la propia imagen divina original.

Gracias a la oración, el alma, de pie ante su Creador, consciente de su propia renovación por medio del Espíritu Santo, recibe de Cristo la imagen de su primera filiación, que había perdido a causa del pecado. Se presenta a Dios Padre con confianza como estaba invitada desde siempre, siempre atraída hacia su Creador, a semejanza del Hijo que no encuentra paz sino en el seno del Padre que lo llama y al cual responde.

La oración es un misterio radicado en la profundidad de nuestra conciencia espiritual. Por cuanto concierne a su naturaleza profunda, esta es un llamado divino interior constantemente dirigido a los hombres para que estos puedan unirse a Dios, fin del proyecto divino para el cual habían sido creados. Pero, en cuanto concierne a su realización manifiesta, implica la respuesta libre de una voluntad recta que, de tanto en tanto, se despierta y responde a este llamado: ponerse en la presencia de Dios para entretenerse con Él. Bajo estos dos aspectos, el misterioso llamado constante y el de la respuesta discontinua, la oración se realiza como un acto divino-humano, un intercambio llamado-respuesta, un diálogo de amor, como la define Gregorio de Nisa, diálogo ardiente por parte de Dios, lento y vacilante  por parte nuestra. En realidad, el uno y el otro llaman, el uno y el otro responden, pero es siempre Dios quien llama primero: “Le tiendo la mano cada día” (Is 65,2).

El fin temporal de este diálogo es que el hombre pueda permanecer bajo la protección de la providencia divina para salvaguardar la propia vida sobre la tierra y asegurarse el crecimiento. El objetivo último es que el hombre recobre para siempre la unión de amor con Dios.

Esta gracia es la que se realiza por la intervención de Dios en cada oración. Es Él, Creador y Padre, quien nos llama. Por esto es oportuno comenzar la oración con una ardiente acción de gracias. ¡Cómo se muestra humilde Dios cuando, no obstante nuestros pecados, se digna pedirnos que nos entretengamos con Él!

Por esto, para darle a Dios el honor que Él espera, debemos absolutamente glorificarlo, reconocernos pecadores y volver a Él, porque es según la pureza de nuestros corazones que Dios encuentra en nosotros su reposo.
Dios acepta tomar parte por la condición temporal del hombre con todo lo que ésta comporta en términos de debilidad, asumiendo con esta el deficiente orden temporal y la esclavitud de la naturaleza: “que ha sido sometida a la caducidad” (Rm 8, 20).

La condescendencia de Dios es inaudita: nos invita a presentarnos a él, acepta dialogar con nosotros y compartir todas nuestras penas: “… en todas sus angustias… Él ha sido angustiado” (Is 63, 9). Cuando lo encontramos en la oración, cuando hacemos la experiencia en la vida de todos los días, se revela para nosotros el secreto de su grandeza y de su humildad. La percepción de su grandeza nos abre a la realidad de nuestras almas pecadoras hasta conducirnos al arrepentimiento. La percepción de su humildad consume en nosotros todos los pensamientos orgullosos. Probamos entonces la viva y urgente necesidad de estar en su presencia en humildad y de ofrecerle el humilde sacrificio de nuestro amor. Así se revela la naturaleza de la oración, comunicación eficaz con Dios de resultados indefectibles.

La oración  comienza como una invitación secreta de Dios a estar en su presencia, invitación a recibir de nuestra parte una respuesta libre, acompañada por un ardiente deseo de diálogo. Prosigue, según el proyecto de Dios, como una obra de conversión y de purificación. Hasta llegar a su desarrollo último: ofrecerse humildemente en sacrificio de amor en vista a la comunión con Dios.

Si bien la oración es una facultad espiritual radicada en el fondo de la conciencia que el alma tiene de sí misma, son muchos los que no hacen uso y la dejan en un estado latente por toda su vida. Mueren sin haber podido tomar conciencia de la verdadera naturaleza de su alma y de su realización con Dios.
Esto es grave porque la oración no es una facultad que se refiere únicamente a la vida en este mundo. Está radicada a nuestra naturaleza, a fin de que por su medio nos elevemos hacia Dios para unirnos a Él y pasar de esta vida temporal a la vida eterna.

Fuimos, por así decirlo, creados para la oración…
La oración es el único vínculo que nos une a Dios. Representa en nuestros corazones la vida eterna que esperamos.
La oración nos permite descubrir nuestra imagen divina en la cual está impresa la santa Trinidad.
Cuando la oración decae, decae también la dignidad de esta imagen y su semejanza con Dios.
Dios nos atrae a sí por medio de la oración, caminamos hacia Él en un profundo e inexpresable misterio.
O mejor, en realidad somos nosotros los que, por medio de la oración atraemos a Dios: Él viene a nosotros y hace de nosotros su morada (Cf. Juan 14, 23).
En Dios el amor no es un sentimiento, sino don de sí. En la oración Dios se da a nosotros.
Dios se ha ofrecido a nosotros al habernos creado a su imagen. Por medio de la oración nos ha posibilitado unirnos a Él, haciéndose enteramente para nosotros y haciéndonos enteramente para sí (cf. Ct 6,3).
A través de la oración nuestra vida se abre a Dios: “… en todas sus angustias Él ha sido angustiado y el ángel de su rostro les ha salvado” (Is 63, 9).
A través de la oración la vida de Dios se abre a nosotros: “El Espíritu mismo intercede con insistencia por nosotros (en la oración), con gemidos inexpresables” (Rom 8, 26).

                           De  Théosis

domingo, 1 de julio de 2012

TE ESCRIBIRÉ UNA CARTA DE AMOR

Te escribiré una carta de amor.
Te escribiré perdido desde el exilio.
Sin tinta, sin papel, sólo mis días y noches,
te escribiré con letras de sangre.

Te cantaré un canto de gratitud.
Será mi voz la voz del universo,
del ruiseñor, de la brisa y del niño, de los ríos
    y del fragor del mar,
pondré en mi voz, un poco de tu voz.

Te escribiré una carta sin igual,
la escribiré con la niña de mis ojos,
en una mirada tan prendada de ti,
se grabará en el cielo y en la tierra.

Te hablaré con palabras calladas
llenas de ti, de tu hermosura,
llamas vivas, humareda de fuego
para clamar todo lo que no sé.

Te escribiré en código secreto,
aquel idioma de los querubines,
de las galaxias y de los ángeles
de los locos, los locos de amor.

Te la mandaré en un sobre sellado
te la enviaré como botella al mar,
por la gaviota, quizás una paloma,
o la tórtola de mi sacrificio.

Tú la abrirás rompiendo el cristal.
La leerás escrita en el viento.
En mi soledad vendrás a buscarme,
seré uno con mi carta de amor.

                         Abraham de la Cruz.