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jueves, 19 de junio de 2014

LA TRINIDAD DE LA MISERICORDIA



Contemplación de la representación de la “Trinidad de la Misericordia”, obra realizada en terracota por la dominica Sor Caridad Müller de Cazis, Suiza.

Vemos en tres círculos, inclinados el uno al otro, las tres divinas personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Cada una de las tres personas está orientada hacia una persona débil, poco atrayente, indigente, enferma… situada en el centro: la criatura.
El Padre, la más grande de las tres personas, pone las manos bajo los brazos de la criatura humana para sostenerla es su enfermedad y debilidad: pone toda su fuerza para ayudar al débil a alzarse, a ponerse en pie.
El Hijo, al lado izquierdo, se inclina sobre la criatura y demuestra su misericordia hacia ella en un gesto que recuerda el lavatorio de pies.
El Padre y el Hijos son sostenidos por la fuerza del Espíritu desde lo alto, con los signos de fuego y la paloma juntos. Único en esta representación es el hecho que las tres personas salen de su propio círculo en su volverse hacia el débil; salen de sí para acoger en su amor a la criatura dándose la unidad de la misericordia.
Las tres personas viven ejemplarmente lo que significa verdaderamente el amor hacia el prójimo: se olvidas de sí mismas, llegan a ser todas dedicación y oblación hacia la criatura que está en medio de ellos. De este afecto el  débil es sostenido y en éste se puede confiar tranquilamente. En este afecto es creado y a él retorna –al fin de su vida- en el amor universal dela Trinidad.
El Hijo, investido por este amor, aceptó la misión del Padre en el Espíritu Santo y llega a ser este amor verdadero precio de la Redención de la humanidad y del mundo.

Al Cristo de la Trinidad:

                Tus manos sobre los hombres, por Ti llegados a Dios,
                y acogidos en familia de igualdad que es comunión.
                tus manos en las del Padre, corriente de un mismo Espíritu,
                que guía nuestros senderos a ritmo de vida y viento.
                Tus manos en cruz tendidas hacia las manos del Mundo.
                Rutas del tiempo nuevo, Camino, Verdad y Vida.
                Trinidad que pisa el suelo para hacernos todo a todos.
                Manos-Casa; Llagas-Pascua; Alas-Vuelo: ¡Uno y Nuestro!
                Trinidad que nos arrastra a vivir con la alegría que va dentro.
                Como hijos, como hermanos, por tanto camino incierto.
                                                                             

                                                                                                                 (Pedro Casaldáliga)


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