Mons. Osoro en su inicio como Arzobispo de Madrid, ha
advertido que “el ser humano necesita que se le diga quién es. Yo digo que hay
una gran enfermedad, y lo llamo la enfermedad de las 3D, y es importante que la
descubramos y vivamos. Hay un desdibujamiento”.
En este sentido ha explicado que “cuando habla del ser
humano, dice que es imagen de Dios, y que la descripción de lo que es de verdad
esa imagen de Dios es lo que dice el Señor cuando dice que Dios es amor. El ser
humano es imagen de ese Dios, que es amor. Ese desdibujamiento es una
enfermedad. Cuando uno no sabe lo que es, camina mal”.
“La otra D, ha apuntado, es el desencanto, la desesperanza,
la desilusión, motivadas por situaciones que son reales”. Y es que muchos
jóvenes “no tienen trabajo, o están por horas. Eso es un desencanto, pero
también lo es cuando tenéis razones incluso para saber vivir”.
Por último, la tercera D, que “es la desorientación. El ser
humano, o vive como un vagabundo o vive como un peregrino. Al vagabundo le da
igual estar hoy aquí, en Madrid, que en Valencia, Orense, Asturias, Oviedo,
Santander. Al peregrino no, porque tiene metas.
Esa enfermedad no puedo quitarla solo, pero entre vosotros y
yo podemos quitarla, porque podemos dar otra noticia distinta: que hay metas,
esperanza, que nadie sobra en este mundo, que todos nos necesitamos, que no
podemos hacer una cultura del descarte sino que tenemos que tenemos que hacer
la civilización del amor, o lo que el Papa actual llama la cultura del
encuentro, donde nadie sobra.
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