He recibido con satisfacción la resolución definitiva de la
Congregación Romana para la Doctrina de la Fe sobre mi libro, Jesús.
Aproximación histórica. Con este motivo quiero dirigirme a quienes han leído mi
libro o han seguido de cerca las polémicas suscitadas a lo largo de estos seis
años.
1. Antes que nada, quiero decir que recibo las decisiones
que se han tomado sobre mi libro como un estímulo que me reafirma en lo que, en
estos momentos, es el único objetivo de mi vida: contribuir a que los hombres y
mujeres de hoy podamos conocer mejor la personalidad apasionante de Jesús,
acoger con más entusiasmo su proyecto de construir un mundo más humano, y
acercarnos con más fe al misterio de esperanza que se encierra en su persona.
2. A quienes habéis leído mi libro os puede interesar
conocer, aunque sea de manera concisa, las principales decisiones tomadas por
Roma. En lo referente a cuestiones doctrinales, la Congregación reconoce que mi
libro no contiene ninguna proposición contraria a la fe, por lo cual no me ha
pedido corregir ningún error doctrinal o afirmación herética. En lo referente a
cuestiones metodológicas, la Congregación hace diversas consideraciones sobre
el objetivo y la naturaleza de mi libro, y sobre la relación entre fe e
investigación histórica. Sin embargo, no ha considerado necesario pedirme una
revisión del enfoque de mi obra ni tampoco corrección alguna sobre la
metodología que empleo en mi trabajo.
3. Lo que se me ha pedido es que, “para evitar equívocos y
malentendidos” introduzca en futuras ediciones “las modificaciones” sugeridas
por mí mismo, en torno a cinco puntos concretos. No he dudado en ningún momento
en colaborar con esta disposición, pues lo único que he buscado siempre ha sido
que mi libro siga sembrando la Buena Noticia de Jesús. La nueva edición saldrá
próximamente.
4. En estos momentos quiero agradeceros vivamente a los que,
a lo largo de estos años, me habéis manifestado de diversas maneras vuestra
cercanía y apoyo incondicional. He podido leer conmovido la experiencia que
habéis vivido muchos de vosotros al leer mi libro. Me decís que Jesús ha
cambiado radicalmente vuestra vida, que en él os habéis encontrado por fin con
un Dios Amigo, que os habéis reafirmado en vuestra fe, que os habéis
comprometido a vivir de manera evangélica… Gracias a todos. Me habéis hecho
experimentar que Jesús sigue vivo en medio de nosotros.
5. Ahora solo miro al futuro. Quiero vivir mis últimos años
colaborando en lo que considero la tarea más urgente en la Iglesia actual:
volver a Jesucristo como la única verdad de la que nos está permitido vivir y
la única fuerza que nos puede hacer caminar hacia una Iglesia más evangélica al
servicio de un mundo más humano. Ya no sabría vivir de otra manera.
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