"Me enseñarás el sendero de la vida" (Sal 15,11)
Oh Dios, alejarse de ti es caer, volver a ti es resurgir,
permanecer en ti es construirse sólidamente; oh Dios, salir de ti es morir,
encaminarse a ti es revivir, habitar en ti es vivir [...]. Recíbeme a mí, tu
siervo, que huyo de las cosas engañosas que me acogieron mientras huía de ti.
Siento que debo volver a ti; llamo para que se abra tu puerta; enséñame cómo se
puede llegar hasta ti. No tengo nada más que tu buena voluntad. Sólo sé que se
deben despreciar las cosas caducas y pasajeras y que se deben buscar las cosas
eternas.
Es todo cuanto sé, oh Padre, porque sólo esto he aprendido,
pero ignoro de dónde hay que partir para llegar a ti. Sugiéremelo tú, muéstrame
el camino y dame lo necesario para el viaje. Si con la fe te encuentran los que
vuelven a ti, dame la fe; si con la virtud, concédeme la virtud; si con el
saber, dame el saber. Auméntame la fe, auméntame la esperanza, auméntame la
caridad, oh bondad admirable y singular.
(San Agustín, Soliloquios, I, 2-4, passim)
Vídeo de la semana:
Lecturas del día:
No hay comentarios:
Publicar un comentario