La excarcelación del preso etarra Josu Uribetxeberria
Bolinaga –quien fuera uno de los secuestradores de José Ortega Lara– por
motivos humanitarios ha generado mucho debate en los últimos tiempos, sobre
todo, en torno a si hay que aplicar una ley en beneficio de quien no tuvo
piedad con su prójimo. Fueron muchas las voces políticas que se manifestaron
sobre esta cuestión, aunque también desde la Iglesia lo hicieron.
Fue el caso, y en más de una ocasión, del obispo de San
Sebastián, José Ignacio Munilla. El
prelado criticó que algunos pidan la excarcelación de presos por
razones humanitarias y luego no sean capaces de condenar la violencia, pero
también se preguntó si son cristianas y éticas expresiones como ‘que se mueran
en la cárcel, que se lo tienen merecido’.
Munilla dejó claro que el mensaje cristiano es
“inequívoco”, en el sentido de reclamar perdón y misericordia para el
pecador. En su opinión, al terrorismo, además de derrotarlo, hay que
“trascenderlo moral y espiritualmente”.
En la línea de la misericordia se muestra Fernando,
diácono permanente y capellán adjunto de la cárcel de Pamplona: “No
entramos a juzgar la ley, nos fijamos en la persona humana como hijo de Dios,
hermano nuestro.Nadie debería morir en cautividad, haya hecho lo que haya
hecho; nos pondríamos a la misma altura. Nuestro mensaje es el del perdón de
Dios Misericordioso”.
En concreto, sobre el caso Bolinaga, añade que se ha
aplicado la ley y que puede gustar o no, pero “el hombre está por encima
de la ley y como creyentes, confiamos en el Dios Amor”. “¿Quiénes somos
nosotros para no perdonar y juzgar? ¿Es que podemos pedir perdón por nuestras
faltas y luego no perdonar a nuestro hermano? ¿Tenemos una doble vara de medir
o una doble moral?”, añade.
“Lo que nos hace humanos”
Por su parte, José Ángel Martínez, capellán del centro
penitenciario de Álava, cree que “la muerte en la cárcel –en 2010 fallecieron
185 personas, según Instituciones Penitenciarias– es lo más inhumano que
existe”.
“Por ello, la ley acepta que se pueda conceder un beneficio
a ciertos internos. Es la misericordia con el inmisericorde lo que nos
hace humanos, personas y cristianos. ‘Si perdonáis a los que os perdonan, ¿qué
mérito tenéis?’, dice un tal Jesús al que seguimos. El odio, la venganza, la
violencia…, lo mismo que han degradado a muchas personas que están en la
cárcel, nos degradaría”, concluye.
En el nº 2.818 de Vida Nueva. Misericordia
con el inmisericorde, íntegro solo para suscriptores
De Vida Nueva
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