Para este tiempo de tantos
acontecimientos eclesiales, os recuerdo lo que nuestros obispos dijeron en el
año 1991 en su Documento del CLIM. Aporto solo algunos párrafos de dicho
documento Me pregunto si nuestras comunidades mas que dar servicios como un
comercio se ponen en serio y escuchan en el corazón una pastoral que sepa ir
hacia lo nuclear del mensaje Cristiano, ¿hay plan pastoral parroquial que
marque los objetivos? ¿ Sabemos donde queremos llegar o vamos sin rumbo a lo
que salga?.
Un cristiano laico que no esta arriba o
debajo de los otros miembros del tejido eclesial sino como hermanos caminan
juntos con los otros en comunión y al
servicio del Evangelio de Jesús. Recuerdo también como en el Plan Pastoral
Diocesano del año 2000-2004 hubo un apartado sobre los cristianos laicos y se daban también líneas de
trabajo para ayudarnos a que el fin de la Iglesia toda ella vaya cumpliendo. Es la hora de los
cristianos laicos este gran potencial dormido y que en esta hora el Espíritu
reclama su presencia en la Iglesia y en el mundo. Pido se le dé ya la mayoría
de edad, no para mandar o colaborar,
sino discípulo de Jesús que participa en la proclamación del Reino de Dios en
comunión con los demás miembros de la Iglesia.
“La misión renueva nuestras comunidades:
diócesis y parroquias. La animación de nuestras comunidades impulsa la misión:
la nueva evangelización, la evangelización misionera y su compromiso en la
construcción de una nueva civilización. La evangelización de los no creyentes
en la sociedad española, la participación de los miembros de nuestras
comunidades en la misión universal de la Iglesia, y la solidaridad con los
pobres, son signo y verificación de vitalidad. La conciencia de la
corresponsabilidad en la misión y la participación en la acción evangelizadora,
fortalece la fe de los creyentes y dinamiza nuestras comunidades.
. Sin duda entre convicción y propuesta
hay una estrecha relación. Asimismo entre la comunión y la misión hay una
profunda interdependencia. Una comunidad que vive lo que cree anuncia lo que
vive. La comunión es misionera, evangelizadora. No se enciende la luz bajo la
mesa (Mt 5,15), ni se edifica la ciudad sino en lo alto de un monte, para que
viendo crean. Una comunidad evangelizada es evangelizadora. La Iglesia, como la
samaritana (Jn 4,39), anuncia e invita a la adhesión a Jesucristo con quien se
ha encontrado.
Esta misión y servicio es, pues, para la
Iglesia entera y para cada uno de sus miembros, también para los laicos, una
"gloriosa carga".
Hoy la Iglesia ha de recorrer de nuevo
viejos caminos y emprender otros nuevos que se abren en nuestro tiempo a la
evangelización: la familia, la juventud, el trabajo, la política, los medios de
comunicación.
Los cristianos laicos son la Iglesia en
estos caminos de la historia, en los diversos escenarios de la sociedad secular.
Los laicos han de acompañar y aun cargar sobre sus hombros a los hombres
reducidos, para conducirles hasta su destino: la plenitud de ser hijos de Dios.
El compromiso de los laicos en las realidades seculares garantizará, a un
tiempo, la secularidad, el valor humano de las realidades temporales, y su dimensión
trascendente, sin confusión ni separación.
Ciertamente "grava sobre todos los
laicos la gloriosa carga de trabajar para que el designio de salvación alcance
cada día más a todos los hombres de todos los tiempos y de toda la tierra".
En un mundo secular los laicos -hombres y mujeres, niños, jóvenes y ancianos-,
son los nuevos samaritanos, protagonistas de la nueva evangelización, con el
Espíritu Santo que se les ha dado. El Espíritu Santo impulsa a los
evangelizadores y hace que se conviertan, comprendan y acepten el evangelio que
se les propone. La nueva evangelización se hará, sobre todo, por los laicos, o
no se hará.” (CLIM)
Un saludo Miguel Ruano Sánchez
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