Hace ahora 25 años, el día 24 de octubre de 1987 tuvo lugar
la primera celebración de la
Eucaristía en la
Parroquia de La Anunciación del Señor, en el Barrio Garrido, en la
ciudad de Salamanca. La elección del nombre no fue casual pues respondía a los
contextos del Año Santo Mariano, y del Sínodo Diocesano que en esos momentos
celebraba nuestra Diócesis. El rápido crecimiento del Barrio Garrido exigía en
esos momentos la creación de una nueva parroquia para la mejor atención de la
zona; nuevas calles, nuevas plazas fueron envolviendo la zona cercana a la
estación del tren, en un barrio muy poblado necesitado de servicios ciudadanos,
y por supuesto, de parroquias. Así, en 1987, el entonces obispo de la Diócesis de Salamanca, D.
Mauro Rubio Repullés, erigía canónicamente esta nueva parroquia, por
desmembración de las parroquias de San Mateo y de Nuestra Señora de Fátima.
Apenas unas semanas antes del inicio de la parroquia el que fuera impulsor de
la misma y su primer párroco D. José Andrés Mato, nos animaba a un grupo de
fieles a colaborar en esta tarea, no exenta de dificultades en sus primeros
momentos pero no por ello menos ilusionante.
Los feligreses pronto formamos un grupo que colaboró mucho, uniéndose
v.gr las MM. Mercedarias y pronto otros más y los mismos jóvenes que de manera
masiva se formaban y se integraban en la vida diaria parroquial.
Ya en el primer año se formaron grupos de evangelización y
catequesis, liturgia y servicio a la Comunidad (administración, atención al templo y
Cáritas). En 1989 había una treintena de catequistas y se confirmaron un total
de 64 jóvenes.
En 1994, ante la necesidad de espacio para las actividades
parroquiales se adquirió el centro parroquial que continúa siendo lugar de
encuentro y actividad.
La vida parroquial ha sido intensa, rica y fraterna, de ello
queda constancia en la vitalidad actual, y para las generaciones futuras queda
un testimonio en otros elementos como la difusión semanal desde 1999 de una
hoja parroquial.
A D. José Andrés Mato le sucedió como párroco D. Ángel
Benito Coello (q.e.p.d.) en 1989. Después, en 1999 y hasta 2009 fue párroco D.
Moisés Sánchez Ramos, momento en que fue relevado en esa responsabilidad por el
actual párroco Ignacio Gómez Carreño (Nacho).
Aparte de sacerdotes y religiosas (recordamos especialmente
la presencia del las Esclavas del Sagrado Corazón), el número de fieles que
colaboraron en aquellos primeros momentos y a lo largo de estos veinticinco años
de historia es, gracias a Dios, casi innumerable. Y es que muchas han sido y
son las personas que con su dedicación han contribuido y contribuyen a que la
parroquia sea mucho más que el edificio. Nombrar a todos y cada uno sería
imposible. Dejamos para Dios la confección exhaustiva de esa lista, con sus
méritos y recompensas.
Han sido veinticinco años prestando servicio al barrio,
proporcionando cada día un elemento de cohesión, siendo punto de encuentro, de
celebración, oración y fuente de esperanza en medio de nuestra vida.
No celebramos el aniversario de la parroquia simplemente
para mirar atrás y recordar con más o menos nostalgia otro tiempo. Celebramos
veinticinco años como ocasión de gracia para tomar impulso e introducirnos con
decisión en el futuro.
Entre los retos para ese futuro, ya presente, se encuentra
la evangelización de tantos como viven entre nosotros. Convencidos de que las
vasijas de barro no restan valor al tesoro que llevamos. Testimoniar a los
demás lo que supone la fe en nuestra vida, cómo Jesús revaloriza todo lo que
vivimos. Y transmitir un tesoro que también es riqueza para cuantos quieran
acogerlo.
Raúl Román
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