"Éste
es el grupo que viene a tu presencia, Señor." (Sal 23)
Los santos no se evaden, para refugiarse en una intimidad
solo poblada por Dios. Al revés, la fe les abre al mundo. Les acerca al
prójimo. Les llena de motivos para el encuentro. son maestros, sanadores,
artistas, que comparten las zozobras y las alegrías de la gente.
Disfrutan con la vida bien concreta y real, ríen alto y
fuerte. A veces también lloran. Arriesgan, en ocasiones hasta dar la vida por
enfrentarse a lo injusto. Como hizo Jesús, en cuyo espejo se miran. Otras
veces es la suya una entrega más callada, más cotidiana, que va construyéndose
en el día a día. Todos los santos del mundo y de la historia.
Al recordarles, lo
hacemos con gratitud, con admiración, pero también con la conciencia de que cada
uno de nosotros está llamado a vivir el evangelio con la misma pasión, hondura
y radicalidad.
Lecturas de la fiesta:
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