Vistas de página en total

Buscar este blog

viernes, 30 de noviembre de 2012

PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO

"No queda defraudado quien en ti espera"  (Sal 24,3)




«A ti, Señor, levanto mi alma»: al comienzo del Adviento renace en mí la esperanza de volver a caminar por tus sendas que con frecuencia he abandonado. Tu invitación a levantar la cabeza para ver la cercana liberación es lo que mueve mi esperanza. Por eso, a ti levanto mi alma. La promesa de tu venida sostenga de nuevo mi compromiso por obrar el bien.
«Señor, enséñame tus caminos»: al pedirte que endereces mi camino, comprendo que no puedo nada si tú mismo no me enseñas tus caminos. No sólo eso, tú mismo eres el Camino, tú eres el «germen de justicia» capaz de hacer justos nuestros caminos, tú eres el único por el que pueda decidir de nuevo gastar mis días en la caridad.
«Enseñas el camino justo a los pecadores»: Quiero ser sincero, Señor. Ante tu promesa siento todavía más fuerte el tirón de mis distracciones y los afanes que embotan el corazón, observo la capa opresora de males que afligen al mundo en el que vivo y que nos llevan con frecuencia a contentarnos con una vida ordinaria, sin relieve. Ábrenos a la esperanza, para que no dejemos de pensar noblemente y para que, en definitiva, podamos agradarte.

Vídeo de la semana

Lecturas del domingo:


No hay comentarios:

Publicar un comentario