El próximo miércoles, al caer la tarde, nuestros hermanos mayores en la fe, el pueblo judío, conmemora el
día en que Dios creó el mundo o, según el rabino Eleazar ben Shamúa, el día de
la creación del hombre; y es a partir de este día cuando se cuentan los años.
Es la fecha de la Fiesta de las Trompetas (en hebreo:זכרון תרועה Zikron Teru'ah, conmemoración con sonar de
trompetas), establecida por Levítico 23,24.
La
celebración comienza al anochecer de la víspera. El shofar se toca durante la plegaria matutina. El sonido de
este cuerno, casi siempre de carnero, llama a los judíos a la meditación, al
autoanálisis y a retomar el camino de justicia (Teshuvá). Es el primero de los
días del regreso e introspección, de balance de los actos y de las acciones
realizadas, de plegaria y sensibilidad especiales (Aseret Yemei Teshuva) que
terminan con el Yom Kippur (Día del Perdón).
También se
conoce como el Día del Toque del Shofar y como el Día del Juicio porque,
ese día Dios juzga a los hombres, abriendo tres libros: uno, con los malos
(quienes quedan inscritos y sellados para la muerte); otro, con los buenos
(quienes quedan inscritos y sellados para la vida), y el tercero, para quienes
serán juzgados en Yom Kippur.
Rosh Hashaná (Comienzo
del Año), junto con Yom Kippur (Día del Perdón), forman
en la tradición judía una unidad llamada Yamim Noraim (Días Terribles), por ser el momento en que
Dios juzga al mundo y decreta lo que sucederá en el transcurso del nuevo año.
El 1º de
tishrei no es sólo el primer día del año, sino también su "Cabeza".
Así como la cabeza comanda al resto del cuerpo, del mismo modo en este día se
predestinan todos los hechos que ocurrirán durante el año.
L`SHANA TOVAH!
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