Cuando Tú me miras así
me pierdo en tu mirada
mi barro se desvanece.
Ya soy libre, desaparecí.
Por la puerta de tus ojos
me fui, dejando mi nada.
Qué será, cuando de verdad
me sacarás del destierro
de forma definitiva.
El gozo fluye ligero,
anegando mi ventura.
Los ríos bajan del cielo
irrigando la llanura,
del mar de tu mirar manso.
Te contemplo en la noche
a pesar de no ver nada.
Pero en mi debilidad,
me distraigo, me pierdo.
Lo sé bien, pero qué más da,
si vivo en tu presencia,
mi desnudez y miseria.
Confianza es mi escudo.
Tus ojos nunca me dejan
atado por mis pobrezas.
Me guardan de la malicia
de mis muchos enemigos,
demasiados por mis fuerzas.
¡Sí, el cielo tiene rostro!
El más bello que nunca vi.
Andaré a su encuentro
sobre un lago sin fondo
el del amor en tus ojos.
Abraham de la Cruz
me pierdo en tu mirada
mi barro se desvanece.
Ya soy libre, desaparecí.
Por la puerta de tus ojos
me fui, dejando mi nada.
Qué será, cuando de verdad
me sacarás del destierro
de forma definitiva.
El gozo fluye ligero,
anegando mi ventura.
Los ríos bajan del cielo
irrigando la llanura,
del mar de tu mirar manso.
Te contemplo en la noche
a pesar de no ver nada.
Pero en mi debilidad,
me distraigo, me pierdo.
Lo sé bien, pero qué más da,
si vivo en tu presencia,
mi desnudez y miseria.
Confianza es mi escudo.
Tus ojos nunca me dejan
atado por mis pobrezas.
Me guardan de la malicia
de mis muchos enemigos,
demasiados por mis fuerzas.
¡Sí, el cielo tiene rostro!
El más bello que nunca vi.
Andaré a su encuentro
sobre un lago sin fondo
el del amor en tus ojos.
Abraham de la Cruz
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