Siguen abriéndose entre mis manos paginas de este libro, y
cómo no, hay párrafos que tocan las fibras del corazón y me pregunto cómo
estamos tan lejos de vivir lo que el Evangelio siempre nos indica y nos propone
desde la libertad y desde el seguimiento a Jesús, ¿estamos dispuestos a ser
locos e ir contra corriente, amando este mundo con El lo ama?
Escucharle y dejarse seducir como le pasó a Charles de
Foucauld, debería ser el movimiento que el Espíritu encontrara en
nosotros, para hacernos dóciles a sus deseos.
En este día, donde Jesús pregunta, nos pregunta ¿me
amas? encuentre, aun con nuestras pobrezas y debilidades "Tú lo
sabes todo, tú sabes que te quiero". Esta es mi oración por ti y por
mi.
(Enviado por Miguel Ruano)
El éxito deforma nuestra visión de la realidad y,
desde luego, la apreciación de nosotros mismos. A lo largo de mi vida he visto
a menudo a las gentes de mundo caminando en una dirección y a mí en la
contraria. Porque mientras el mundo busca la fama, yo llevo treinta años
buscando anonimato; ellos buscan riqueza y poder, yo, en cambio, pobreza y
debilidad; todos quieren ser grandes, por mi parte elijo la pequeñez; no hay
quien no desee triunfar, yo perder. Prefiero los últimos puestos a los
primeros, la vida oculta a la pública y la humillación al encumbramiento. Por
todo ello veo a menudo a las gentes del mundo caminando en una dirección y a mí
en la contraria. Pero no soy el único; hay otros conmigo, solitarios todos,
todos locos. Y el primero de la fila es el propio Jesucristo, el más loco de
todos.
Charles
de Foucauld
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