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domingo, 30 de noviembre de 2014

LA VIRGEN DE ADVIENTO

Virgen del Signo. San Petersburgo, hacia 1700


La Madre de Dios se representa en posición de oración, sus manos elevadas son características tanto del Antiguo Testamento como del mundo grecorromano antiguo. La acompaña un signo – una representación de Cristo Emanuel dentro de la esfera divina de su vientre. El icono describe a la Virgen como el “signo” del Mesías profetizado en el Antiguo Testamento: “Por eso el Señor mismo les dará un signo. Miren, la joven está embarazada y dará a luz un hijo, y lo llamará con el nombre de Emanuel” (Isaías 7, 14).
La Virgen personifica a la Iglesia que contiene en sí misma al Dios viviente. En el Nuevo Testamento, el versículo se interpreta como una profecía de la llegada del Mesías y de que Dios no abandonará a su pueblo. Las tres estrellas que aparecen en velo son un símbolo de su perpetua virginidad: antes, durante y después del nacimiento de Cristo. Usa púrpura, el color del Adviento y de la realeza, como reina del cielo y de la tierra. Las letras apenas perceptibles junto a su cabeza MP OY, son abreviaturas de “Madre de Dios”. La inscripción, en la Antigua Iglesia Eslava, dice “Maria/Theotokos” o “María/Santa Madre de Dios”. Jesús está vestido como adulto, no como niño. Porta una rica túnica y capa, símbolo de su divina realeza. Con una mano el niño imparte su bendición a quien lo observa, mientras que en la otra sostiene los Evangelios. Las tres líneas en la aureola de Cristo simbolizan la Santa Trinidad.



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