Los ortodoxos median en las marchas y los greco-católicos denuncian su represión |
El estado de permanente convulsión que vive Ucrania en
los dos últimos meses ha acelerado los acontecimientos estos días, sobre todo
tras el último choque entre manifestantes y fuerzas policiales, que se saldó
con cinco muertos y 300 heridos en Kiev. En medio de esta fuerte tensión, han
tenido una significativa difusión las imágenes de religiosos y miembros de
comunidades cristianas tratando de mediar entre la población y la policía.
Gran parte estas comunidades son ortodoxas, pero los
greco-católicos –con cinco millones de fieles en un país de unos 45 millones de
habitantes– también siguen muy de cerca los acontecimientos, dejando ver con
declaraciones públicas su claro apoyo a la oposición proeuropea.
Así, en una conversación con Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN),
el obispo de la Eparquía
greco-católica ucraniana de París, Borys Gudziak,
califica las manifestaciones como “una batalla por la dignidad”.
A su juicio, “en los dos últimos meses, Ucrania ha
registrado un dramático cambio”, lo que ha llevado a un aumento de la
“concienciación social” que ha recibido una respuesta que entiende injusta: “La
brutalidad de las fuerzas gubernamentales está impulsando a cada vez más
manifestantes a desempeñar un papel activo en esta apuesta por la dignidad”.
El conocimiento directo permite a Gudziak definir a la
mayoría de los manifestantes como personas pacíficas y con una honda
fe, siendo lo usual los rezos e incluso las confesiones con los sacerdotes que
participan en las concentraciones: “Resulta difícil imaginarse una
manifestación más devota en la Europa del siglo XXI”.
De Vida Nueva
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