«Pero tú, Señor, no te quedes lejos; fuerza mía, ven
corriendo a ayudarme» (Salmo 21)
AHÍ ESTAMOS. Curas, catequistas, padres de familia,
estudiantes, mayores o jóvenes… enfrentados una y otra vez con la tensión
real de saber que nuestra fe, para muchos, es motivo de burla o, peor aún, de
indiferencia. A pocos importa un mensaje que, en el mejor de los casos, se
entiende como una ética para andar por la vida. Sin noticias de Dios, se
titulaba una película no hace mucho. Para muchos ese sería un buen titular para
hablar de nuestra época.
Y ahí, CONTRA VIENTO Y MAREA, CONTRA SILENCIO Y AUSENCIA,
NOS TOCA SEGUIR PELEANDO.
De Pastoral SJ
Nos toca seguir peleando porque cuando se han descubierto destellos de la presencia de Dios en la propia vida (y en la de otros) el camino iniciado en el seguimiento se torna irreversible, ya no podemos volvernos atrás. Lo que nos da garantías es que sabemos de quién nos fiamos: Él está aquí aunque muchas veces no lo sepamos...
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