"Su ternura se extiende a todas las criaturas" (Sal 144,9)
Vídeo de la semana:
http://www.youtube.com/watch?v=ztmX_TsS9B0
Lecturas del día:
http://www.servicioskoinonia.org/biblico/calendario/texto.php?codigo=20130428&cicloactivo=2013&cepif=0&cascen=0&ccorpus=0
«Os doy un mandamiento nuevo.» Como era de esperar que los
discípulos, al oír esas palabras y considerarse abandonados, fueran presa de la
desesperación, Jesús les consuela proveyéndoles, para su defensa y protección,
de la virtud que está en la raíz de todo bien, es decir, la caridad. Es como si
dijera: «¿Os entristecéis porque yo me voy? Pues si os amáis los unos a los
otros, seréis más fuertes». ¿Y por qué no lo dijo precisamente así? Porque les
impartió una enseñanza mucho más útil: «Por el amor que os tengáis los unos a
los otros reconocerán todos que sois discípulos míos». Con estas palabras da a
entender que su grupo elegido no hubiera debido disolverse nunca, tras haber
recibido de él este signo distintivo. Él lo hizo nuevo del mismo modo que lo formuló.
De hecho, precisó: «Como yo os he amado» [...].
Y dejando de lado cualquier alusión a los milagros que hubieran de realizar, dice que se les reconocerá por su caridad. ¿Sabéis por qué? Porque la caridad es el mayor signo que distingue a los santos: es la prueba segura e infalible de toda santidad. Es sobre todo con la caridad como todos conseguimos la salvación. Y en esto consiste principalmente ser discípulo suyo.
Precisamente gracias a la caridad os alabarán todos, al ver que imitáis mi amor. Los paganos, es verdad, no se conmueven tanto frente a los milagros como frente a la vida virtuosa. Y nada educa la virtud como la caridad. En efecto, los paganos llamarán con frecuencia «impostores» a los que obran milagros, pero nunca podrán encontrar nada criticable en una vida íntegra
Y dejando de lado cualquier alusión a los milagros que hubieran de realizar, dice que se les reconocerá por su caridad. ¿Sabéis por qué? Porque la caridad es el mayor signo que distingue a los santos: es la prueba segura e infalible de toda santidad. Es sobre todo con la caridad como todos conseguimos la salvación. Y en esto consiste principalmente ser discípulo suyo.
Precisamente gracias a la caridad os alabarán todos, al ver que imitáis mi amor. Los paganos, es verdad, no se conmueven tanto frente a los milagros como frente a la vida virtuosa. Y nada educa la virtud como la caridad. En efecto, los paganos llamarán con frecuencia «impostores» a los que obran milagros, pero nunca podrán encontrar nada criticable en una vida íntegra
(Juan Crisóstomo,
Homilías sobre el evangelio de Juan, 57,3s).
El pueblo cristiano es siempre un «pequeño resto» en medio
de los miles de millones de hombres que viven sobre la faz de la tierra, pero
es un fermento de masa «nueva» que debe hacer fermentar desde el interior toda
la masa. Y aunque la evidencia de la situación parece desmentir su eficacia, la
Palabra de Dios nos autoriza a no dudar y a dejar de sentir miedo. El fruto del
árbol sólo se ve después de un laborioso tiempo de germinación y de crecimiento
a lo largo de la sucesión de las estaciones. ¿No es éste el mismo camino de
Jesús, el Hijo del hombre glorificado a través de la muerte en la cruz? Todo se
ha vuelto nuevo: se dan cuenta de ello los que tienen los ojos límpidos y
penetrantes de la fe, aquellos que, resucitados con Cristo, caminan sobre la
tierra pero a quienes su corazón les empuja ya hacia arriba. La transformación
acaece ya día tras día a través de nuestro morir a toda clase de orgullo y de
egoísmo para pasar de la decadencia del pecado a la plenitud de la vida nueva.
Vídeo de la semana:
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Lecturas del día:
http://www.servicioskoinonia.org/biblico/calendario/texto.php?codigo=20130428&cicloactivo=2013&cepif=0&cascen=0&ccorpus=0
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