Te escribiré una carta de amor.
Te escribiré perdido desde el exilio.
Sin tinta, sin papel, sólo mis días y noches,
te escribiré con letras de sangre.
Te cantaré un canto de gratitud.
Será mi voz la voz del universo,
del ruiseñor, de la brisa y del niño, de los ríos
y del fragor del mar,
pondré en mi voz, un poco de tu voz.
Te escribiré una carta sin igual,
la escribiré con la niña de mis ojos,
en una mirada tan prendada de ti,
se grabará en el cielo y en la tierra.
Te hablaré con palabras calladas
llenas de ti, de tu hermosura,
llamas vivas, humareda de fuego
para clamar todo lo que no sé.
Te escribiré en código secreto,
aquel idioma de los querubines,
de las galaxias y de los ángeles
de los locos, los locos de amor.
Te la mandaré en un sobre sellado
te la enviaré como botella al mar,
por la gaviota, quizás una paloma,
o la tórtola de mi sacrificio.
Tú la abrirás rompiendo el cristal.
La leerás escrita en el viento.
En mi soledad vendrás a buscarme,
seré uno con mi carta de amor.
Abraham de la Cruz.
Te escribiré perdido desde el exilio.
Sin tinta, sin papel, sólo mis días y noches,
te escribiré con letras de sangre.
Te cantaré un canto de gratitud.
Será mi voz la voz del universo,
del ruiseñor, de la brisa y del niño, de los ríos
y del fragor del mar,
pondré en mi voz, un poco de tu voz.
Te escribiré una carta sin igual,
la escribiré con la niña de mis ojos,
en una mirada tan prendada de ti,
se grabará en el cielo y en la tierra.
Te hablaré con palabras calladas
llenas de ti, de tu hermosura,
llamas vivas, humareda de fuego
para clamar todo lo que no sé.
Te escribiré en código secreto,
aquel idioma de los querubines,
de las galaxias y de los ángeles
de los locos, los locos de amor.
Te la mandaré en un sobre sellado
te la enviaré como botella al mar,
por la gaviota, quizás una paloma,
o la tórtola de mi sacrificio.
Tú la abrirás rompiendo el cristal.
La leerás escrita en el viento.
En mi soledad vendrás a buscarme,
seré uno con mi carta de amor.
Abraham de la Cruz.
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