Aquí estamos, Señor, un año más, a pesar de nuestros achaques debido a la edad, para darte gracias por el inmenso don de la fe. Gracias por todos los favores que hemos recibido hasta ahora y los que quieras hacernos todavía en el tiempo que desees concedernos.
Por la gracia de la perseverancia a tu servicio. Por la amistad que recibimos de las personas que nos rodean.
Gracias por el bienestar material, tan difícil en estos tiempos, y me atrevo a decirte: Señor Jesús, gracias por el padecimiento que todos recibimos a lo largo de la vida, que nos ayude a estar más unidos a ti, con tu Gracia.
(Acción de gracias de la Eucaristía)
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