"No necesitan médico los sanos, sino los enfermos" (Mt 9,13)
Mateo escribió su Evangelio para la comunidad judeocristiana, presentando a Jesús como el nuevo Moisés, como aquel que trae la nueva ley del amor al nuevo pueblo de Dios, al nuevo Israel. A continuación, Mateo pone una particular atención a la Iglesia, convocada, salvada e instituida por el propio Jesús. Sólo él entre los sinópticos emplea el término "Iglesia", exactamente en dos lugares: 16,18 y 18,17.
Mateo escribió su Evangelio para la comunidad judeocristiana, presentando a Jesús como el nuevo Moisés, como aquel que trae la nueva ley del amor al nuevo pueblo de Dios, al nuevo Israel. A continuación, Mateo pone una particular atención a la Iglesia, convocada, salvada e instituida por el propio Jesús. Sólo él entre los sinópticos emplea el término "Iglesia", exactamente en dos lugares: 16,18 y 18,17.
Gracias, Señor, por la compasión tan grande que te has dignado dispensar por nuestra redención, y te ruego: haz que podamos ser en verdad partícipes eternamente de esta redención y de la salvación eterna que hay en ti. ¿Quién al oír decir al apóstol: «Esta palabra es verdadera: Jesucristo ha venido a este mundo para salvar a los pecadores», no pronunciará al mismo tiempo una alabanza y una oración ni dirá: «A ti, Señor, la alabanza, a ti la acción de gracias, porque en tu gran misericordia buscas la vida y no la muerte del pecador. Dígnate, Señor, concedernos tu justificación por nuestros pecados y salvarnos con la salvación eterna»?
Cuando oímos, pues, las palabras de Cristo con las que se nos refieren o prometen sus beneficios, debemos abundar, como nos enseña el apóstol, en acciones de gracias a él. Ahora bien, el ánimo de aquel que ama y está repleto de deseo, una vez realizada la acción de gracias, debe añadir la oración para ser hecho digno de sus promesas.
Juan el Cartujo
Lecturas de la fiesta:
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