Entre la salida de la primera estrella del domingo 16 y el martes 18 de septiembre, el mundo judío celebra el Rosh Hashaná, el comienzo del año 5773.
El 1º de tishrei recuerda la aparición del primer hombre, Adán, en el sexto día de la Creación.
También es Iom Hadín (Día del Juicio), durante el cual el Señor juzga a todas Sus criaturas, si bien su veredicto se rubrica con la culminación de Iom Kipur (Día del Perdón). Por ello, el arrepentimiento por los pecados y malas acciones o decisiones son una constante de la festividad, desde el mes anterior, elul, cuando se comienza el Jeshbón Hanéfesh (balance espiritual).
Además, como todo año nuevo, se expresan plegarias y deseos para un 5773 mejor y se saluda de diversas formas, pero con el mismo fin: “¡Shaná tová!” (Buen año), “¡Shaná tová umetuká!” (Un año buen y dulce) o “¡Leshaná tová tikatevu vetejatemu!” (Por un buen año, en el que seamos inscriptos y rubricados -en el Libro de la Vida y otras bendiciones-), entre otros.
El Concilio Vaticano II se refiere al pueblo judío como "nuestros hermanos mayores en la fe". Hay que tener presente que Jesús, los apóstoles, la Virgen María y la primera comunidad fueron judíos, así como que el cristianismo procede de esa Iglesia primitiva, la comunidad de Jerusalén. Es por ello por lo que desde aquí deseamos la Paz (Shalom) a estos nuestros "hermanos mayores" que celebran estos días su año nuevo.
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