Vistas de página en total

Buscar este blog

miércoles, 15 de agosto de 2012

DOMINGO 20 DEL TIEMPO ORDINARIO


"El que coma de este pan vivirá para siempre"  (Jn 6,58)



Decía Agustín: «Oh Dios, mi corazón está inquieto hasta que no repose en ti», pero cuando examino la tortuosa historia de nuestra salvación veo que no sólo nosotros deseamos ardientemente pertenecer a Dios, sino que Dios también anhela pertenecer a nosotros. Parece como si Dios nos estuviera diciendo a grandes voces: «Mi corazón estará inquieto hasta que no pueda reposar en vosotros, mis amadas criaturas» [...]. Dios desea comunión: una unidad que sea vital y viva, una intimidad que proceda de ambas partes, un vínculo que sea verdaderamente mutuo [...].
Este intenso deseo que siente Dios de entrar en la más íntima relación con nosotros es lo que constituye el núcleo de la celebración y de la vida eucarística. Dios no sólo quiere entrar en la historia humana convirtiéndose en una persona que vive en una época y en un país específico, sino que quiere llegar a ser nuestro alimento y nuestra bebida diarios en todo tiempo y en todo lugar

                               (H. J. M. Nouwen, La forza della sua presenza, Brescia 2000, pp. 61 ss).

Lecturas del día:



No hay comentarios:

Publicar un comentario