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sábado, 30 de julio de 2011

CRISIS EN EL CUERNO DE AFRICA





En una conversación mantenida esta misma mañana con el padre Franco Cellana, superior de los Misioneros de la Consolata en Kenia, el misionero efectuaba un dramático llamamiento: “hemos repartido todo lo que teníamos, estamos preparados para repartir la ayuda en cuanto nos llegue, necesitamos con urgencia medicinas, agua, leche y harina para evitar la muerte de 1,5 millones de afectados solo en Kenia”.
El padre Cellana explica que las tres diócesis más afectadas Maralal, Marsabit y Garissa ya han establecido los mecanismos de coordinación y el plan de emergencia a la espera de que llegue la ayuda para poder repartirla, todas las congregaciones presentes en la zona han puesto todos sus recursos y existencias a disposición de este plan de emergencia.
El misionero recuerda que los 18 meses transcurridos sin lluvias han situado a los países del Cuerno de África en una dramática situación a la que es urgente responder para salvar la vida de millones de afectados, entre 11 y 14,5 millones de personas.
El padre Cellana denuncia que “se hacen muchas promesas pero que la ayuda oficial es poca y llega con mucha lentitud”. Ilustra la grave situación que viven con algunas anécdotas: “Esta mañana mientras recorría los caminos con el coche los niños nos perseguían con bidones de plástico pidiéndonos agua, hemos repartido la que llevábamos mientras les prometíamos que intentaríamos arreglarlo. El pasado fin de semana mantuvimos un encuentro con varias personas a las que ofrecimos unos refrescos, todos nos pidieron que les diésemos agua en lugar de refrescos”.
Mons. Peter Kihara de la diócesis de Marsabit insiste en lo dramático de su llamamiento y en el agradecimiento por la ayuda que ya han recibido, “estamos en condiciones de hacerla llegar a quienes más la necesitan”.
Por otra parte el misionero español José Luis Orpella informaba esta misma mañana de que en la diócesis de Garissa (Kenia) “las reservas de agua se han agotado o están a punto de hacerlo. El campo de refugiados de Dadaab –enclavado en el territorio de la diócesis– acoge ya a 400.000 desplazados, los precios de los alimentos se han duplicado en los últimos días y la situación es realmente crítica”.

Distribución de la ayuda de Cáritas Española
La primera partida de 100.000 € que Cáritas Española ha librado para esta emergencia se ha destinado a las Cáritas de Yibuti, Somalia, y Maralal en Kenia. 33.000 € se han destinado a la compra y distribución de medicamentos y alimentos para unas 5.000 personas afectadas por malnutrición en  Yibuti.
En Somalia 34.000 € han sido destinados a la distribución de alimentos en Baraba con destino a otros 5.000 beneficiarios. Y finalmente 33.000 € se han hecho llegar a Cáritas  Maralal destinados a la compra, transporte y distribución de alimentos y depósitos de agua en las poblaciones de Acher’s Post, Baragoi, Wamba y South Horr y la  reparación de dos bombas manuales, para la extracción de agua, en Barsaloi. Los beneficiarios serán alrededor de 5.000 personas.

1 comentario:

  1. Hoy he leído un artículo de Esther Vivas, del Centro de Estudios sobre Movimientos Sociales de la Universidad Pompeu Fabra que ha publicado el diario El País. Dice que "la crisis alimentaria a escala global y la hambruna en el Cuerno de África en particular son resultado de la globalización alimentaria al servicio de los intereses privados. La cadena de producción, distribución y consumo de alimentos está en manos de unas pocas multinacionales que anteponen sus intereses particulares a las necesidades colectivas y que a lo largo de las últimas décadas han erosionado, con el apoyo de las instituciones financieras internacionales, la capacidad de los Estados del sur para decidir sobre sus políticas agrícolas y alimentarias"... "Si queremos acabar con el hambre en el mundo es urgente apostar por otras políticas agrícolas y alimentarias que coloquen en su centro a las personas, a sus necesidades, a aquellos que trabajan la tierra y el ecosistema" Ante esto me pregunto qué podemos hacer los ciudadanos de a pie. Está muy bien colaborar con las organizaciones humanitarias y creo que tal y como está la situación hemos de hacerlo... pero seguiremos poniendo parches a un problema que es más profundo: el planteamiento sobre el uso y disfrute de los recursos del planeta y el papel de las multinacionales en todo ello. Mientras no afrontemos esto, seguirá muriendo gente de hambre... ¿nos tocará en algún momento a nosotros?

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