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lunes, 6 de febrero de 2012

LA MISIÓN DEL OBISPO (1)




1. En la organización pastoral de la Diócesis de SALAMANCA, en primer lugar se encuentra el obispo diocesano. Siendo el sucesor de los apóstoles, tiene la tarea de enseñar, santificar y guiar a toda la diócesis, en todas las tareas propias de una Iglesia particular. De él depende toda la estructura administrativa, jurídica y pastoral.

2. El Obispo es pastor. Una de las figuras más expresivas del Obispo es la de «Pastor» a imagen de Jesús «Buen Pastor» (Jn 10,11), que cuida de la oveja enferma, va en busca de la que se ha perdido, ahuyenta a quien pretende dispersar o matar a las ovejas, consuela a la afligida, conduce a todas en un mismo rebaño a un mismo redil y es capaz de dar la vida por ellas (cf. Directorio para el ministerio pastoral de los Obispos 2).

3. El Obispo es servidor. El alma del ministerio del Obispo es la caridad del Buen Pastor; lo que exige del Obispo una actitud de servicio caracterizada por la fuerza de ánimo, el espíritu apostólico y un confiado abandono a la acción interior del Espíritu (cf. Pastores Gregis 12)

4. Apacienta una diócesis. La diócesis es una porción de todo el pueblo de Dios que se le confía a un Obispo para que la apaciente con la cooperación de los presbíteros, constituyendo una Iglesia particular, donde está y obra la Iglesia de Cristo que es una, santa, católica y apostólica (cf. Christifideles laici).

5. El Obispo tiene la misma potestad de Cristo. La identidad y misión del Obispo tiene como centro el misterio de Cristo. El Obispo en virtud de su consagración episcopal es Maestro, Sacerdote y Pastor para guiar a la Iglesia con la misma potestad de Cristo (cf. Directorio para el ministerio pastoral de los Obispos 1, Eclesiae Imago 1973)                    

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