Estos son los textos de ayuda para la meditación durante la mañana y la tarde que el P. Jesús Jiménez nos proporcionó. Pueden ser útiles para preparar el Adviento personalmente en nuestra casa, en los ratos de oración personal.
SABADO TRES DE DICIEMBRE 2011. MAÑANA
VIVIR LA ESPERANZA DÍA A DÍA. 1
“Comienza el Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. Está escrito en el profeta Isaías: «Yo envío mi mensajero delante de ti para que te prepare el camino. Una voz grita en el desierto: 'Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos."»
Juan bautizaba en el desierto; predicaba que se convirtieran y se bautizaran, para que se les perdonasen los pecados. Acudía la gente de Judea y de Jerusalén, confesaban sus pecados, y él los bautizaba en el Jordán. Juan iba vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Y proclamaba: «Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo.»” Marcos 1,1-8
1. Vivir la esperanza con Juan el Bautista
a) En el Adviento preparamos la segunda venida del Señor y la Navidad
b) El Adviento es el tiempo de la esperanza cristiana
2. Rezamos con nuestra vida
a) Ofrecemos al Señor nuestras preocupaciones, nuestros deseos, nuestros proyectos
b) Buscamos su voluntad sobre nuestra vida en estos momentos.
c) Pedimos la luz del Señor para hacer un plan concreto en este Adviento.
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz. Lc 1, 68-79
Jesucristo, Palabra del Padre,
luz eterna de todo creyente:
ven y escucha la súplica ardiente,
ven, Señor, porque ya se hace tarde.
Cuando el mundo dormía en tinieblas,
en tu amor tú quisiste ayudarlo
y trajiste, viniendo a la tierra,
esa vida que puede salvarlo.
Ya madura la historia en promesas,
sólo anhela tu pronto regreso;
si el silencio madura la espera,
el amor no soporta el silencio.
Con María, la Iglesia te aguarda
con anhelos de esposa y de Madre,
y reúne a sus hijos en vela,
para juntos poder esperarte.
Cuando vengas, Señor, en tu gloria,
que podamos salir a tu encuentro
y a tu lado vivamos por siempre,
dando gracias al Padre en el reino. Amén.
SABADO TRES DE DICIEMBRE 2011. TARDE
VIVIR LA ESPERANZA DÍA A DÍA. 2
“Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.”
(Lucas 1, 46-55)
1. Vivir la esperanza con María.
a) cambio de vida desde lo que somos.
b) miramos nuestra vida desde la fe
.
2. Esta tarde os propongo orar nuestro pasado para reconciliarnos con él. Podemos dar los siguientes pasos:
a) Pedir la luz de Dios para profundizar sobre los acontecimientos que hemos vivido en los últimos tiempos (una semana).
b) Dar gracias por lo que hemos recibido de Dios y lo que hemos hecho bien con la gracia del Señor. También agradecemos lo que hemos disfrutado nosotros y aquellos a quienes queremos.
c) Pedir perdón por los pecados de pensamiento, palabra, obra y omisión.
Otros textos para la oración:
-“ De Pablo, Silvano y Timoteo a la Iglesia de Dios Padre y del Señor Jesucristo en Tesalónica: Gracia y paz a vosotros. Damos siempre gracias a Dios por todos vosotros, mencionándoos en nuestras súplicas, recordando vuestra fe activa, vuestro amor solícito y vuestra esperanza perseverante en nuestro Señor Jesucristo ante Dios nuestro Padre.” 1Tes 1, 2-3
Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra tí, contra tí sólo pequé,
cometí la maldad que aborreces.
En la sentencia tendrás razón,
en el juicio resultarás inocente.
Mira, en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.
Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.
Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.
Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. Salmo 50
¡llévame Tú!
Estoy lejos de casa, es noche oscura,
¡llévame Tú!
Guarda mis pasos; no pìdo ver
confines ni horizontes, solo un paso más me basta.
Antes no era así, no pedía que Tú me llevaras.
Me gustaba escoger y calcular mi camino, agitado; pero ahora
¡llévame Tú!
Yo amaba el lustre fascinante de la vida y, aún temiendo,
sedujo mi alma el amor propio:
no guardes cuenta del pasado.
Si hasta hoy me has bendecido con tu poder,
seguro que me seguirás guiando
entre páramos y lodazales, riscos y torrentes,
hasta que la noche huya
y con el alba estalle la sonrisa de los ángeles,
la que perdí, la que anhelo desde siempre.
En el mar, 16 de junio, 1833. Cardenal Newman
Estos textos, junto con las sugerencias aportadas por Chuchi, centraron la oración del día y nos ayudaron a compartir lo que íbamos rezando y viviendo.La oración comunitaria de la mañana fue para mí un tiempo privilegiado en el que he vuelto a ver que es el Señor el que nos une en fraternidad y por esto me siento agradecida.
ResponderEliminar