La catequesis de Lucas es clara: cuando una comunidad se muestra disponible a la escucha de la Palabra de Dios, que está presente en las Escrituras, y pone la Eucaristía en el centro de su vida, llega gradualmente a la fe y hace la experiencia del Señor resucitado. La Palabra y la Eucaristía constituyen la única gran mesa de la que se alimenta la Iglesia en su pregrinación hacia la casa del Padre. Los discípulos de Emaús, a través de la experiencia que tuvieron con Jesús, comprendieron que el Resucitado está allí donde se encuentran los hermanos en torno a Simón Pedro.
Mostrarnos disponibles a escuchar la Palabra supone una actitud de apertura para acogerla, dejar que resuene en nuestro interior... y llevarla, en el servicio y la entrega, a todos los que nos rodean. No es tarea fácil, pero si dejamos que el Señor nos acompañe en el camino, nuestro corazón arderá al reconocerle resucitado en cada uno de los hermanos... Feliz Pascua para todos.
ResponderEliminarme parece impresionante el cambio que estoy notando en nuestra parroquia,gracias Nacho sigue asi,un saludo Montse.
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