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martes, 23 de junio de 2015

SAN JUAN BAUTISTA

«Serás llamado profeta del Altísimo, pues irás delante del Señor para preparar sus caminos»
 (Lc 1,76).

Icono del Bautista. Rusia, s. XVII

De grandes dimensiones, el Santo está aquí representado como se le hallaba del lado derecho en la iconostasia de la Iglesia de Oriente, símbolo del Antiguo Testamento, e inclinándose delante del Pantocrator, colocado en el centro.Con ambas manos intercede para la remisión de los pecados de la humanidad. El campo central más profundamente ahuecado refuerza el brillo de la imagen.
Juan se identifica desde lejos en los iconos por su rostro de asceta y su barba bastante alborotada, barba que la iconografía convencional siempre representa con un aspecto similar.Con mechones de pelo que surgen de la barba, pero bastante cuidados. Además, habitualmente lleva los pies descalzos como lo describe el Antiguo Testamento caminando por el desierto, alimentándose de miel silvestre.
Los iconos de Juan Bautista eran especialmente venerados en los monasterios de orden de estricta obediencia, ya que es el santo protector de los monjes.




 El primer testigo cualificado de la luz de Cristo fue Juan el Bautista. En su figura captamos la esencia de toda misión y testimonio. Por eso ocupa una posición tan importante en el prólogo y emerge con su misión antes incluso de que la Palabra aparezca en la carne. Es testigo con las vestiduras de precursor.
Eso significa sobre todo que él es el final y la conclusión de la antigua alianza y que es el primero en cruzar, viniendo de la antigua, el umbral de la nueva. En este sentido, es la consumación de la antigua alianza, cuya misión se agota aludiendo a Cristo. Por otra parte, Juan es el primero en dar testimonio realmente de la misma luz, por lo que su misión está claramente del otro lado del umbral y es una misión neotestamentaria. La tarea veterotestamentaria confiada por Dios a Moisés o a un profeta era siempre limitada y circunscrita en el interior de la justicia.
Esta tarea era confiada y podía ser ejecutada de tal modo que mandato y ejecución se correspondieran con precisión. La tarea veterotestamentaria confiada a Juan contiene la exigencia ¡limitada de atestiguar la luz en general. Es confiada con amor y -por muy dura que pueda ser- con alegría, porque es confiada en el interior de la misión del Hijo (A. von Speyr, // Verbo si fa carne, Milán 1982, I, pp. 64ss).http://www.santaclaradeestella.es/BIBLIOTECA/Flecha.JPG


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