Desde el punto de vista de nuestro ser cristianos la oración es algo fundamental porque nos pone en relación con Dios, con ese Dios Abbá (=Papá) del que nos habla Jesús de Nazaret y de quien Él es imagen, porque en Jesús el Amor alcanza la plenitud.
Y es fundamental porque en la oración nos relacionamos de tú a tú con nuestro Padre
–en toda relación de amor necesitamos encuentros con la otra persona para manifestarle lo que somos y lo que sentimos hacia ella, necesitamos dedicarle un tiempo y un espacio en el que ir ahondando en ese amor- y sólo desde la oración podemos salir de nosotros mismos e ir al encuentro de los hermanos, de todos los hombres y mujeres que nos rodean y en los que también se hace presente el Señor, aunque a veces nos cueste descubrirlo.
Desde aquí quiero animar a todos los miembros de nuestra comunidad parroquial a que cultivemos la oración cada día. Si somos capaces de dedicar un rato por la mañana al Señor, ofreciéndole el día que tenemos por delante para que nos ayude a amar (que en realidad es lo único que tenemos que hacer) y al final del día, recogiendo las luces y las sombras que hayamos podido vivir y ofreciéndoselas para que Él las transforme… entonces viviremos con sentido el día a día, nos sentiremos más plenos y seremos capaces de encontrarnos con los hermanos y anunciarles la Buena Noticia del Reino que de verdad que está aquí, aunque no nos lo acabemos de creer.
Vivi
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