Murieron todos mis amores.
Les faltaba el aliento.
Les mataron, viento frío.
No pasaron el invierno.
Si florece el almendro,
vigía de primavera,
promesa de otra brisa,
esperanza en tiniebla
es que le diste un beso.
Tu boca destila vida.
Tu soplo derrite el hielo,
de nuevo corren las aguas.
Querría morir en mi dolor
pues todo aquí se acaba.
No sabía que tu amor
mató muerte en Gólgota.
Hiciste florecer la cruz
en abrazo de ternura.
Reposas en la condena.
En la noche nació la luz.
Abraham de la Cruz
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