Vistas de página en total

Buscar este blog

viernes, 5 de agosto de 2011

LA TRANSFIGURACIÓN DEL SEÑOR

"A tu luz vemos la luz"  (Sal 35,10)


Transfiguración, segunda mitad del siglo XV, museo de Novgorod


La doctrina espiritual de Gregorio Palamas, que entiende la luz como una emanación de la energía divina no creada, recibe el nombre de "hesicaísmo", y es la base de la pintura de iconos. "A Dios nadie lo ha visto jamás"; así pues, la única manera de conocerlo es por negación, a través de la oscura luminosidad de una nube que revela escondiendo (la nube del no conocimiento).
En el episodio de la Transfiguración, Cristo sube al monte Tabor (una pequeña elevación de Galilea, a 588 metros sobre el nivel del mar) junto a sus discípulos Pedro, Santiago y Juan. El Tabor era considerado un lugar sacro desde la Antigüedad; bajo el pavimento de la actual iglesia de la Transfiguración, que ocupa su cima, la roca conserva restos de antiguos cultos cananeos. La montaña es el escenario del encuentro con Dios y de su revelación. En la cumbre del Tabor, los discípulos, desfallecidos y en estado de éxtasis, ven el cuerpo divinizado de Jesús sobre una nube, entre Moisés y Elías: "Su rostro se puso brillante como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz". En ese momento, los discípulos "cayeron rostro a tierra", abatidos por los rayos de luz "no creada" que emana del aura luminosa alrededor del cuerpo de Cristo.


Jesús, Tú eres Dios de Dios, luz de luz. Nosotros lo creemos, pero nuestros ojos son incapaces de reconocer tu belleza en las humildes apariencias de que te revistes. Purifica, oh, Señor, nuestros corazones, porque sólo a los limpios de corazón has prometido la visión de Dios. Concédenos la pobreza interior que nos hace atentos a su Presencia en la vida diaria, capaces de percibir un rayo de tu luz hasta en los lugares donde todo aparece oscuro e incomprensible. Haznos silenciosos y orantes, porque tú eres la Palabra salida del silencio que el Padre nos pide que escuchemos. Ayúdanos a ser tus verdaderos discípulos, dispuestos a perder la vida cada día por ti, por el Evangelio; haz crecer tu amor en nosotros para ser contigo siervos de los hermanos y ver en cada hombre la luz de tu rostro.

Lecturas del día:
http://www.aciprensa.com/calendario/calendario.php?dia=6&mes=8&ano=2011

No hay comentarios:

Publicar un comentario